Este
19 de diciembre, la arquidiócesis de Maracaibo recibió a dos nuevos sacerdotes,
quienes fueron ungidos presbíteros
al servicio de esta Iglesia
Ramón
Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Nota de Prensa y Fotos: Ana María Pérez
“Sean sacerdotes misericordiosos como
Jesús. Salgan a buscar la oveja extraviada y tráiganla sobre sus hombres para
pasar por la puerta del redil y devolverla al rebaño, restauren en sus hermanos
la belleza de su semejanza divina, a través del bautismo y de la confesión. No
den por perdido ningún hijo pródigo. Desde que el Hijo de Dios vino a este
mundo y se encarnó en el seno de un ser humano, María de Nazaret, y dio su vida
por todos, no hay ningún ser humano que no pueda volver a él”.
Fueron
las palabras del arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Ramón Santana Sequera,
durante la ceremonia religiosa que presidió con motivo de la ordenación
sacerdotal de los diáconos Jorge Pérez Chakal y Andry Sánchez.
Estos nuevos sacerdotes luego de
recorrer caminos de discernimiento, vocación, estudios, alegrías y tristezas, por
la gracias de Dios recibieron el orden sacerdotal, para ser “garantes de
administrar los sacramentos" como les exhorto monseñor Ubaldo y traer “a esta fuente a todos sus hermanos para que
se bañen en ella y queden purificados”.
Nuevos sacerdotes vivan las obras de
misericordia en su ministerio
El
arzobispo invitó a los neopresbiteros, a vivir este año jubilar de la
misericordia ejerciendo el sacerdocio configurado con Cristo y haciendo de las
obras de caridad espirituales un ministerio que enseñe “al que no sabe a través de la
evangelización, haciéndose presente en escuelas, liceos y universidades”.
Igualmente
recomendó dar buen consejo al que lo necesita en la dirección espiritual, la
consejería familiar, el encuentro con los novios con motivo de la confección
del expediente.
“Corrijan a los hermanos sacerdotes,
diáconos y laicos que están descaminados y déjense corregir, agradecidos, por
su hermanos, con humildad. Pidan perdón y ejerzan con gozo el gran ministerio
del perdón a través de la Confesión sacramental. Consuelen a los afligidos,
animen a los decaídos, levanten a los encorvados, alegren a los tristes, lloren
con los que lloran, rían con los que ríen. Háganse todo con todos para ganarlos
a todos a Cristo Jesús”, expresó monseñor Santa Sequera.
Estos
nuevos siervos de Dios, no solo están llamados a vivir las obras de
misericordia espirituales, sino también las corporales haciéndolas en su vida
ministerial un don dando de comer al hambriento, en su hambre física, y con la
eucaristía, pan de vida eterna.
“Den de beber al sediento,
sumergiéndolos en las aguas bautismales, saciando la sed de conocer y vivir de
la Palabra de Dios. Ofrezcan posada al necesitado, formando comunidades
parroquiales y sectoriales de puertas abiertas,
hospitalarias y acogedoras de todos los que como José y María en Belén
buscan posada y no encuentran", pidió el arzobispo durante la homilía.
"Vistan al desnudo, a través de la confesión y de
la caridad compartiendo su manto como la Verónica y San Martín. Visiten a los enfermos para llevarles
consuelo, paz, la unción sacramental y el viático para emprender el viaje a la
casa del Padre. Socorran a los presos, detenidos, procesados, sentenciados,
personalmente y formando voluntarios que participen en la pastoral
penitenciaria".
Entre
las gracias recibidas en la nueva vida sacerdotal y enmarcado en el año jubilar
de la misericordia, los nuevos presbíteros Jorge Pérez y Andry Sánchez,
obtuvieron el permiso de monseñor Ubaldo de administrar el sacramento de la
reconciliación sin limitaciones, pues según el arzobispo, “este año es propicio para que los
sacerdotes acerquen al pueblo a Dios perdonándoles sus pecados”.
Finalmente
informó que ambos fueron dejados como vicarios en las parroquias donde
realizaron su pastoral diaconal.
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