La comunidad de Guarenas, en el estado Miranda y el ámbito cultural
venezolano se encuentran de luto tras el fallecimiento de Pablo Antonio Núñez
Gil, emblemático cultor que dirigió por más de cuatro décadas la Parranda de
San Pedro, manifestación declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad.
Guarenas, 23 de septiembre de 2025
Pablo Núñez, quien nació el 30 de junio de 1946, no fue simplemente un director, sino el heredero y custodio de una tradición familiar y comunitaria. Según documenta El Guardián Católico, reconocido por sus exhaustivas reseñas sobre esta expresión patrimonial, Núñez se integró a la parranda desde su infancia: “Iniciándose a los seis años como ‘Tucusito’ y pasando a formar parte del grupo de parranderos a los 11 años de edad”.
El punto de inflexión en la vida de Núñez, y por ende en la historia de la parranda, ocurrió el 29 de junio de 1980. En esa fecha, recibió de manos de su padre, Antonio Núñez, la responsabilidad de liderar la agrupación.
En ese acto formal, “juró
cumplir la promesa de María Ignacia y garantizar la originalidad del culto”,
un compromiso que, según constata la trayectoria del grupo, honró cabalmente
hasta el final de sus días.
Su liderazgo trascendió para
convertirse en un símbolo de resiliencia y dedicación exclusiva. Un
hecho trascendente en la historia de la Parranda de San Pedro fue la
continuidad al cumplimiento de la promesa durante la pandemia del Covid 19 de la que Venezuela también fue víctima.
De acuerdo con Pablo Núñez, ni siquiera cuando en Venezuela se sufrieron los estragos de la Gripe Española, los “Sanpedreños” dejaron de salir a la calle.
“A pesar de no recorrer en esta ocasión las calles de Guarenas, hemos venido al templo como cada año, para agradecer durante la misa por el milagro concedido”, indicó al periodista Ramón Antonio Pérez.
Posteriormente la comunidad
le rindió un sentido homenaje el 28 de junio de 2023, mientras el cultor se
encontraba convaleciente. Pablo Núñez, “mostrando la alegría y cordialidad con cada
uno de los que los saludaron”, estuvo acompañado de su esposa, María
Díaz, y sus hijos Pablo Gliman, Fernando, Gabriel y Gleidys, en un testimonio
del cariño y respeto que generaba.
Ese día, la relevancia de su
labor fue destacada por las autoridades culturales. Marian Martínez, Secretaria
de Patrimonio Inmaterial del estado Miranda, enfatizó que “el aporte de Pablo y de toda la
Parranda de San Pedro de Guarenas es muy valioso no solo para el estado Miranda
y Venezuela, sino también para el mundo”, en referencia al
reconocimiento otorgado por la UNESCO en
diciembre de 2013.
Cada 29 de junio, Guarenas y
Guatire festejan con la Parranda de San Pedro, el milagro obrado por el Primer
Papa de la Iglesia, en una niña esclava durante la época de la Colonia en
Venezuela, relata el portal Aleteia.
Cuenta la historia que los
escalofríos se fueron presentando de manera reiterada en el cuerpecito de Rosa
Ignacia, que apenas llegaba a los dos años de edad. Era una “extraña
enfermedad”, entonces conocida como “calentura”. Los curanderos y brujos de la
zona ya no podían hacer nada por ella. El temor crecía debido a que con las
elevadas fiebres, la muerte de la niña sería inminente. Su madre era María
Ignacia, una esclava que gozaba del favor de sus señores.
En su desespero, María Ignacia decidió invocar la intercesión del patrono de la hacienda: el apóstol San Pedro. Rosa Ignacia se salvó y su madre cumple la promesa: “cantar y bailar en agradecimiento al primer papa de la iglesia, cada 29 de junio, con la niña en brazos”.
Esta es la historia que ha
pasado de generación en generación entre los habitantes de Guarenas y Guatire, en
el estado Miranda (Venezuela), sin embargo, no existe una fecha exacta que
determine el prodigioso hecho o el inicio de la Parranda de San Pedro.
Pablo Glimán Núñez seguirá con la tradición
De acuerdo con la
información siniestrada por su hijo Fernando Núñez, el cuerpo de Pablo será
velado desde las 12 del mediodía de este 23 de septiembre en la funeraria Santo
Rostro de Guarenas.
El legado de Pablo Núñez perdura en la continuidad de la tradición, ahora bajo el liderazgo de su hijo, Pablo Glimán Núñez, quien desde 2021 guía a los sanpedreños de Guarenas. La partida física de Núñez cierra un capítulo terrenal, pero su voz, ligada al milagro de San Pedro y la fe de María Ignacia, resonará en cada estrofa y ritmo de la parranda. Como concluye la tradición, ahora será en el cielo donde San Pedro escuche la imponente voz de su más devoto cantor, elevándose en eterno agradecimiento.
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