Son muchas las iniciativas solidarias en esta época de Cuaresma para hacerle frente a la adversidad. |
La parroquia San
Francisco de Asís, en El Tocuyo, enfrenta las adversidades con solidaridad,
trabajo en equipo, desprendimiento y mucha fe en Dios
La Conferencia Episcopal Venezolana con la iniciativa del programa Ollas Comunitarias que forma parte de la Campaña Compartir 2017 y que Cáritas de Venezuela desarrolla desde el inicio de esta época de Cuaresma, ha permitido descubrir iniciativas de solidaridad a pesar de la situación tan adversa y compleja como la que se vive en el país suramericano.
Uno de estos
testimonios se vive en la parroquia “San Francisco”, ubicada en El Tocuyo, municipio
Morán del estado Lara, a cargo del padre Jesús Martínez. Desde el 4 de octubre
de 2016, día del santo patrono, “gracias a la buena voluntad de un grupo de
fieles, y ante tanta demanda de ayuda de muchas personas”, decidieron dar
de comer al hambriento.
Tras requerirse al
padre Martínez su testimonio, contó en la página de la Parroquia San
Francisco de Asís,
que después de obtener algunos insumos de parte de los feligreses, arrancaron
el 15 de octubre pasado con la primera “Olla solidaria”. Dieron de comer a cien
personas.
Trabajo en equipo
“Luego,
por seis domingos consecutivos se repitió la experiencia, en la que fue
incrementándose el número de los beneficiarios”, sostuvo.
Pero
el sacerdote resalta la participación “de los benefactores y
voluntarios”; entre estos, cita a la fundación Hijos de Morán, con quienes se
impusieron un nuevo reto: ofrecer el servicio diariamente.
Desde el 1 de
diciembre de 2016 hasta el presente, realizan ininterrumpidamente “jornadas de
alimentación, en las que actualmente se benefician más de 700 personas diarias”,
contando los que acuden a la parroquia, así como otros a quienes se les lleva
diariamente a sus casas o al hospital y también varios días a la semana
a
los privados de libertad.
El padre Martínez
reconoce el trabajo realizado por un equipo de voluntarios que se comprometen
por grupos de 20 personas a prestar el servicio diariamente.
“Realizan
el trabajo de preparación de los alimentos, lavado, picado, cocción, servicio
en las mesas y lavado de platos y utensilios de cocina”, cuenta.
También reciben a los comensales, les brindan acompañamiento, dialogan con
ellos, les imparten charlas y juega con los niños.
Enseñando a pescar
La ayuda que la
Iglesia de El Tocuyo les brinda a sus feligreses más necesitados no se queda
únicamente en los alimentos. No sólo les dan el pescado, sino que los
quieren enseñar a pescar. Organizan jornadas de corte de cabello,
dotación de vestimentas, entrega de juguetes a los niños -como ocurrió el 25 de
diciembre de 2016- y otras actividades recreativas.
“Para los
voluntarios se han realizado jornadas de capacitación de higiene y manipulación
de alimentos, así como talleres de nutrición, dirigidas por personal
calificado. Para prestar este servicio se cuenta con un local, propiedad de
nuestra parroquia San Francisco, que se ha habilitado como cocina, y para el
cual hemos ido obteniendo por donaciones o compras los utensilios necesarios
para tal fin”, precisa el joven y entusiasta sacerdote.
La parroquia tiene
en proyecto la creación de una escuela para “ofrecerles a los beneficiarios el
conocimiento básico de algún oficio según las habilidades y destrezas que
manifiesten poseer, para poder así reinsertarse en el campo laboral y
de esta manera ir logrando su crecimiento laboral y socioeconómico”,
explica.
Llamado a colaborar
El padre Jesús
Martínez hace un llamado “a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a que
se sumen a esta noble causa”. Recuerda las palabras de Jesús: “porque
tuve hambre y ustedes me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui
forastero y me acogieron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me
visitaron, en la cárcel y vinieron a mi…”.
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