Padre Numa Molina llama “bioterroristas” a venezolanos “retornados” con el COVID-19

La respuesta de la Compañía de Jesús en Venezuela no se dejó esperar: “Ratificamos nuestro compromiso, solidaridad y cercanía con las personas que buscan retornar al país”, escribió el provincial Rafael Garrido

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic

Caracas, 17 de julio 2020

“La Compañía de Jesús rechaza los términos peyorativos utilizados por un religioso de esta Congregación, con los que se ha referido a los migrantes en situación de retorno al país, pues ofenden la dignidad humana de los hermanos venezolanos que regresan al país en condición irregular debido a los controles desmedidos impuestos por el Ejecutivo Nacional, incluso antes de la pandemia del COVID-19”.

Este ha sido el primer punto de un comunicado firmado este 16 de julio 2020, por el padre Rafael Garrido, provincial de los Jesuitas en Venezuela desmarcando a la congregación de las palabras del padre Numa Molina –aunque no lo mencionan- quien había catalogado de “trocheros infectados” y “bioterroristas” a los venezolanos que regresan al país contagiados con la COVID-19. La polémica no tardó en posicionarse en las redes sociales donde los nombres de "Numa Molina" y "Jesuitas", se encuentran entre los más mencionados.

¿Qué dijo el padre Molina?

El padre Molina, un sacerdote jesuita allegado al gobierno de Nicolás Maduro, expresó el pasado 15 de julio en Twitter: “Un #TrocheroInfectado es un bioterrorista que te puede quitar la vida a ti y a tus seres más queridos. Entren por los pases autorizados, bienvenidos a su patria, pero sométanse a la cuarentena, no vengan a infectar a los venezolan@s”.

Fue su manera de solidarizarse con el mandatario a quien se le considera “ilegítimo” y que en días pasados también había acuñado consideraciones parecidas con los venezolanos que retornan a su país afectados de salud por la COVID-19.

El comunicado precisa que la actitud de Molina “no se corresponde” con las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús, y reafirma su compromiso.

“Confirmamos nuestro compromiso en la atención a los migrantes, desplazados, refugiados, víctimas de las guerras y del tráfico de personas; la defensa de la cultura y existencia digna de los pueblos originarios. Nos proponemos seguir contribuyendo a crear las condiciones para su acogida humana, acompañarlos en su proceso de integración en la sociedad y promover la defensa de sus derechos”, expresa el comunicado.

El Obispo de San Cristóbal responde

Monseñor Mario Moronta, obispo de San Cristóbal, también respondió a la expresión de Numa Molina. “No entiendo cómo un hermano sacerdote pueda llegar a decir todo eso de unos seres humanos que vienen con indefensión y que tenían, al menos la ilusión de ser atendidos con caridad por quienes tienen la obligación de atenderlos”, publica Diario Católico, órgano oficial de la diócesis fronteriza.

“Quizás ese hermano desconoce que en estos momentos hay un férreo control policial y militar por las llamadas “trochas” por donde suelen pasar muchos que van y vienen en el eje fronterizo colombo-venezolano. Quizás desconoce que existen “trochas”, sobre todo en la zona norte del Táchira y en otros lugares, controladas por fuerzas del orden y que permiten el paso de quienes “contribuyendo” quieren ir y venir por ese mismo eje fronterizo (pero esto no será creíble para quien nunca han estado trabajando en la frontera)”, expresó Moronta.

La Iglesia debe tomar una posición pública

Sin embargo, ante las expresiones vertidas por el padre Molina, desde las mismas redes sociales diversos usuarios civiles y religiosos piden sanciones ejemplares. “Me uno a la indignación generalizada ante las declaraciones anticristianas e inhumanas del P. Numa Molina sobre nuestros retornados”, dice Alexander Campos, quien además exige a las autoridades eclesiásticas del país “tomen posición pública” sobre esto.

“La Iglesia no puede callar ante tanta maldad, de otro modo será cómplice”, expresa Campos quien es integrante del Centro de Investigaciones Populares y profesor Universidad Central de Venezuela.

El padre José Palmar, desde el exilio, también se pronunció sobre las palabras del jesuita: “Si en tiempos de San Ignacio de Loyola se hubiese aplicado el criterio antihumano y anticristiano del infame mediocre jesuita chavista Numa Molina, San Francisco Javier no hubiera evangelizado la China meridonial”. Palmar dejó sentir algo más que rechazo: “Este sucio enchufado debe ser expulsado de la Compañía de Jesús”.

Entretanto, Asdrúbal Aguiar, un reconocido político, escritor y abogado venezolano,  celebró “como católico, como venezolano, y como docente en las universidades de la Compañía de Jesús su inmediata reacción, a través del Padre Provincial, ante la inaceptable e inhumana conducta de uno de sus miembros”. Momentos antes había solicitado un pronunciamiento público a la Compañía de Jesús.

¿QUIÉN LO APOYA? – Aunque no lo parezca, la postura de Numa Molina también ha encontrado eco favorable en miembros de algunas “iglesias” que no tienen el reconocimiento y tampoco están en comunión con la Conferencia Episcopal Venezolana o la Santa Sede. 

Entre estos se encuentra el Padre Gabriel Henríquez, quien se define en su perfil de Twitter como “Gente de Dios, Anglicano y Bolivariano”. Henríquez dejó ver su “solidaridad y afecto” hacia el cuestionado sacerdote. “Usted es un luchador y buen pastor, sigamos adelante en la opción preferencial por los pobres”.

Si usted no tiene nada que ocultar, no tiene nada que hacer ingresando por trochas. No es lo mismo un migrante de retorno que un #TrocheroInfectado. Bioterrorista les dijeron, y así se quedaron. Numa Molina siempre tan claro!!! Arriba padre! pic.twitter.com/ko9qm5t0G4

— Ricardo - Zurda Konducta (@RicardoKonducta) July 17, 2020

"Ratificamos nuestro compromiso, solidaridad y cercanía con las personas que buscan retornar al país, así como con todo el país en medio de esta complicada situación en la que todos debemos sacar lo mejor de nosotros mismos para superarla", concluyen los jesuitas de Venezuela sobre este nuevo episodio en el se involucra al más polémico de sus miembros en el país.

El padre Numa Molina no puede oficiar misas en la Arquidiócesis de Mérida por decisión del arzobispo monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, pero “ya es hora de que tampoco lo haga en toda Venezuela por el mal ejemplo que está dando a la feligresía y a la población en general”, son las peticiones que surgen de la feligresía.