El Papa
Francisco aceptó la renuncia de monseñor Luis Armando Tineo Rivera, y en su
lugar designó como administrador apostólico “sede vacante”, a monseñor Ubaldo
Ramón Santana Sequera
Ramón Antonio
Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 23 de junio 2020
Los
siete años de servicio episcopal de Monseñor Luis Armando Tineo Rivera, al
frente de la Iglesia Particular de Carora, han llegado a su final, luego que el
martes 23 de junio del año 2020, el Papa Francisco aceptara su carta de
renuncia presentada en 2019 y designara desde esta fecha a Monseñor Ubaldo
Ramón Santana Sequera, como administrador apostólico “sede vacante”, cerrando
“así el ciclo de gobierno pastoral” iniciado el 14 de septiembre de 2013, pasando a ser ahora obispo emérito de Carora.
“Sus
siete años de servicio episcopal representan un periodo importante para la vida
de esta joven diócesis”, expresó Monseñor Ubaldo Santana en una carta dirigida
a la feligresía caroreña. “Dejando de lado juicios y valoraciones prematuras
démosle gracias por su entrega apostólica y encomendémoslo al Señor y a la
Santísima Virgen del Rosario de Chiquinquirá”, expresó el también arzobispo
emérito de Maracaibo.
“Es
de esperar que, dentro de poco la Santa Sede, a través de la Nunciatura
Apostólica en Venezuela, iniciará el correspondiente proceso de consulta para
la designación por parte del Santo Padre, dentro de un año más o menos, del
próximo obispo residencial de Carora. Ese pastor ya está en el corazón de
Cristo Jesús. Pongámoslo nosotros también en el nuestro”, indica Santana en la
carta recibida por El
Guardián Católico.
Monseñor
Ubaldo Santana venía desempeñándose como Administrador Apostólico Sede Plena
“ad nutum Sanctae Sedis”, desde el 29 de agosto de 2019, en la iglesia
diocesana de Carora, recuerda la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal
Venezolana; ahora, “continua su labor pastoral administrativa al frente de esta
Diócesis con otra connotación desde el Derecho Canónico”.
Ubaldo
Santana nació en Cagua, Aragua, el 16 de mayo de 1941, ordenado sacerdote el 12
de octubre de 1968 y de Obispo el 27 de mayo de 1990. Pertenece a la
congregación francesa de los Hijos de María Inmaculada. Fue nombrado Obispo de
Ciudad Guayana el 02 de mayo de 1990 y nueve años más tarde es nombrado
arzobispo de la Arquidiócesis de Maracaibo el 11 de noviembre de 2000, donde
tomó posesión el 13 de enero de 2001. Desde el 2018 Arzobispo Emérito de la
Arquidiócesis de Maracaibo.
A
continuación la carta integra de monseñor Ubaldo Santana:
DIÓCESIS DE CARORA
ADMINISTRADOR
APOSTÓLICO
MENSAJE AL PUEBLO SANTO DE DIOS QUE PEREGRINA EN CARORA
Que la gracia y la paz de
Jesús, el Gran y Único Pastor de las ovejas, esté con todos ustedes. Cumplo con
informarles que hoy el Papa Francisco ha aceptado la renuncia que le presentó
Su Excelencia Reverendísima Mons. Luis Armando Tineo Rivera. Para asegurar el
gobierno pastoral de esta diócesis, durante la “Sede Vacante”, el Santo Padre ha
nombrado a este servidor, a partir de la presente fecha, administrador
apostólico “sede vacante”.
Se cierra así el ciclo de
gobierno pastoral de Mons. Luis Armando Tineo (14-09 2013- 23-06-2020) y a
partir de hoy pasa a ser obispo emérito de Carora. Sus siete años de servicio
episcopal representan un periodo importante para la vida de esta joven diócesis.
Dejando de lado juicios y valoraciones prematuras démosle gracias por su
entrega apostólica y encomendémoslo al Señor y a la Santísima Virgen del Rosario
de Chiquinquirá.
Es de esperar que, dentro
de poco la Santa Sede, a través de la Nunciatura Apostólica en Venezuela,
iniciará el correspondiente proceso de consulta para la designación por parte
del Santo Padre, dentro de un año más o menos, del próximo obispo residencial
de Carora. Ese pastor ya está en el corazón de Cristo Jesús. Pongámoslo
nosotros también en el nuestro.
Invito por consiguiente a todas
las comunidades de fieles de nuestra diócesis a ponerse en estado permanente de
oración para que llegue pronto el pastor que esta Iglesia necesita para guiarla
en esta nueva etapa histórica de su peregrinación. No dudemos en organizar
momentos personales, familiares de oración, de ayuno, de vigilia para acompañar
el discernimiento comunitario y eclesial que estará realizando la Iglesia en
estos próximos meses.
Invito a los sacerdotes a
utilizar, en los días litúrgicos permitidos, la misa votiva por la elección del
nuevo pastor y a aprovechar las catequesis y predicaciones para dar a conocer
al pueblo fiel el significado e importancia del obispo en la configuración y
conducción de la Iglesia local. De ahora en adelante todos los subsidios
litúrgicos que se elaboren en nuestra diócesis incluirán una petición por esta
intención. Para que nuestra oración sea unánime y alimente la comunión, se les
hará llegar una oración apropiada.
Es posible que en el
proceso de consulta se dirijan a alguno de nosotros para solicitar nuestro
parecer personal. Si esto ocurriera demos gracias a Dios de poder participar
también de esta manera en la designación.
Antes de responder oremos al Señor para que nos ilumine y tras un buen
discernimiento, propongamos el o los nombres de candidatos que, en consciencia
y delante del Señor, consideramos idóneos para pastorear esta grey. Ese tipo de
consulta ha de realizarse dentro de la más alta confidencialidad. Respetemos
esa norma por el bien de nuestra Iglesia.
Con la confianza puesta en
Dios y con el acompañamiento maternal de nuestra Madre del Rosario de
Chiquinquirá, constituiré muy pronto la Comisión que se encargará de diseñar y
poner en marcha el programa general para preparar la diócesis en todos los
aspectos que se consideren oportunos y convenientes.
Nos va tocar realizar esta
preparación en pleno tiempo de pandemia. No lo veamos como un obstáculo o una
simple adversidad que nos bloquea. Ya sabemos que el Señor tiene su tiempo, su
ritmo y su modo de llevar adelante sus designios de salvación (Cfr. Qo 3). Este
es, no lo dudemos, un tiempo favorable, de gracia, un kairós para nuestra
Iglesia (Cfr. 2 Co 6,1-2).
Pongámonos pues en marcha
confiados en el Señor. Coincide con la inmensa bocanada de alegría y esperanza
que le ha traído a Venezuela la próxima beatificación del Dr. José Gregorio
Hernández Cisneros. Esperemos que para ambos acontecimientos ya hayamos salido
de la pandemia y podamos llevar a cabo sin restricción todos los preparativos.
Con nuestra Santa Madre del
Rosario de Chiquinquirá y su esposo San José, dispongámonos a recibir nuevas
fuerzas y bendiciones para seguir implantando con ánimo, alegría y esperanza el
reino de Dios en estas tierras de Torres y Urdaneta y anunciando el evangelio
de Nuestro Señor Jesucristo.
No dejen de orar por mí.
Los bendigo desde los corazones de Jesús y de María.
+ Ubaldo Ramón Santana
Sequera FMI
Administrador Apostólico
“sede vacante” de Carora
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