Durante
la misa del Miércoles Santo, el arzobispo de Caracas preguntó: “¿Dónde están las
fuerzas del orden público? Pareciera que estamos en manos de los delincuentes,
esto no puede ser”
Ramón Antonio Pérez /
@GuardianCatolic
Caracas, 23 de marzo de 2016
Caracas, 23 de marzo de 2016
El cardenal Jorge Urosa Savino, presidió la misa en honor al Nazareno de San
Pablo, el mediodía de este Miércoles Santo en la Basílica Santa Teresa de
Caracas, realizando un intenso llamado al gobierno nacional para que detenga la
inseguridad y la violencia que agobian a los venezolanos.
“¿Dónde
están las fuerzas del orden público?”, preguntó el
arzobispo de Caracas en el abarrotado templo que resguarda al Nazareno de San
Pablo.
Pareciera que estamos en manos de los delincuentes, esto no puede ser, dijo, asegurando que “el gobierno tiene la obligación legal y constitucional de proteger la vida y el patrimonio de los venezolanos”, de dar las respuestas adecuadas ante esta situación de violencia.
Rechazar los linchamientos
Especiales
menciones hizo de los linchamientos que recientemente han ocurrido en Caracas y
en otras regiones del país.
No podemos tomar la justicia por nuestras propias manos; no podemos convertirnos en asesinos, No podemos caer en la tentación de la violencia”, indicó Urosa. “El linchamiento es algo criminal y si bien es cierto que hay una gran impunidad, hay que entregar esos criminales a las fuerzas del Estado y exigirles que cumplan con su deber”, sostuvo el Purpurado.
En
ese orden, también repudió los enfrentamientos ocurridos recientemente en la urbanización
El Valle de Caracas; así como el asesinato de 17 mineros en el estado Bolívar. Reconoció
“la valentía de monseñor Mariano José Parra Sandoval”, obispo de Ciudad
Guayana, “que denunció los asesinatos en Tumeremo”.
Rechazar el aborto
Así
mismo, demandó a la feligresía alejarse de otras formas de muerte que están en
la sociedad venezolana.
“Tenemos que pedirle al Señor que nos libre
de esas fuerzas de muerte como son la pornografía infantil, el relajo afectivo
sexual, el secuestro y la corrupción administrativa”, expresó en su
homilía.
Uno
de los temas vitales para la iglesia es la defensa de la vida desde la
concepción y el cardenal Urosa, consecuente con esta postura, criticó la
promoción del “pecado abominable del aborto”, porque es “una práctica inmoral,
asesina y criminal”. “El aborto no es algo moderno ni de las
grandes sociedades”, dijo, precisando que desde sus inicios “la
Iglesia se ha opuesto a este crimen contra los seres más indefensos”.
Invitó a fortalecer la familia y darle educación a sus hijos, así como llevarlos por el camino de Dios.
Angustiado por la escasez de
alimentos y medicamentos
Vale
relatar que antes de ingresar al templo, el cardenal Urosa habló con los
periodistas varios temas, entre estos, la carencia de alimentos y medicinas que
día a día enfrentan los venezolanos.
“Hay mucha angustia, la escasez de los
alimentos, la delincuencia, los problemas económicos, la gente no sabe cómo
hacer para llevar la comida a sus hogares” aseguró.
Al ser consultado
sobre las solicitudes de medicamentos que han hecho varios sacerdotes, entre
estos monseñor Roberto Lückert, indicó que “es
importante que a quien le corresponde resolver ese problema, a que se tomen las
medidas necesarias, en la Iglesia pedimos que los venezolanos salgan a trabajar
y a cumplir con su deber”, indicó finalmente el arzobispo de Caracas.
A continuación la Homilía del Miércoles Santo:
HOMILÍA NAZARENO 2016
Notas para la Homilía
En la Misa del Nazareno en Santa Teresa, 23 de marzo de 2016
Card. Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas
Como una inmensa muchedumbre de
venezolanos en todas las Iglesias a lo largo y ancho de todo el país, nos
encontramos aquí para presentar el homenaje de nuestra fe y adoración a
Jesucristo, el hijo eterno de Dios hecho hombre, el Nazareno, que murió por
nuestros pecados y resucitó gloriosamente para nuestra salvación. Nosotros
creemos que Jesús Nazareno, que murió y resucitó por nosotros, es el mismísimo
Dios hecho hombre, que fue enviado por nuestro amoroso Padre celestial para
revelarnos así la inmensidad de su amor,
y para enseñarnos el camino de una vida serena, apacible, santa, y feliz, a fin
de que, libres del pecado y de toda clase de maldad e ignorancia, alcancemos la felicidad y la salvación
eterna.
¡Jesucristo es Dios! Así lo
proclama San Pablo: ¡JESUS ES EL SEÑOR,
PARA GLORIA DE DIOS PADRE! (Flp. 2,11)
Cuando San Pablo decía estas
palabras, estaba diciendo que Jesús es Dios, pues ese es el significado de la
palabra Kyrios, Señor, en el lenguaje religioso del Antiguo y del Nuevo
Testamento. Ese es el núcleo, el centro de nuestra fe y de nuestra Santa
Religión: que Jesús, el Mesías enviado por Dios para guiarnos hacia la plenitud
de la vida, comenzando aquí en la tierra, y para que la disfrutemos por toda la
eternidad, es su Hijo Unigénito, la segunda persona de la Santísima Trinidad, el
mismo Dios hecho hombre, que asumió nuestra naturaleza humana en todo, menos en
el pecado. Hoy pues le damos gracias a Dios por su inmenso amor, y reafirmamos
nuestra fe en su palabra que es palabra de vida eterna. Por ese motivo decimos
al Señor! Gracias, Señor, gracias!
EL QUE ME SIGA NO CAMINARÁ EN TINIEBLAS, SINO QUE TENDRÁ LA LUZ DE LA
VIDA (Jn 8, 12)
Ahora bien, mis queridos hermanos:
Creer en Jesús Nazareno exige que vivamos de acuerdo a sus palabras, que son
palabras de vida eterna. El mismo nos dice El que me siga no caminará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Pues bien: ser devotos del Nazareno
significa querer seguirlo, para abandonar las tinieblas del mal, del pecado, de
la muerte: de la droga, del odio, de la indiferencia religiosa, de las falsas
religiones, de la violencia.
Y quisiera destacar tres puntos
muy importantes en los cuales los venezolanos estamos mal:
El primero: FORTALECER LA FAMILIA CRISTIANA
La familia en Venezuela está muy
golpeada Y estamos llamados a fortalecer nuestra familia, siguiendo el ejemplo
de la Sagrada Familia
de Nazareth: Una familia unida, amorosa, cariñosa, estable, unida, religiosa,
una familia de un hombre y una mujer, papá y mamá, que se quieran mucho y den
buen ejemplo a sus hijos. Una familia santificada por el Santo Sacramento del
Matrimonio, que es la bendición de Dios a la pareja conyugal, para que se amen y respeten, para que vivan
felices y tengan la fortaleza para afrontar las dificultades con vivo y
profundo amor durante toda la vida. Por eso, es preciso que valoremos el
Sacramento del matrimonio, y que fortalezcamos la familia. Las uniones
pasajeras, el concubinato, el amor libre, el divorcio, no son convenientes para
los seres humanos, y van en contra de nuestra fe. Abandonemos el desorden, el
relajo afectivo sexual, que hace tanto daño a la mujer y sobre todo a los
niños. Fortalezcamos, pues la familia cristiana y valoremos mucho el santo
Sacramento del Matrimonio.
EL AMOR AL PRÓJIMO Y EL RESPETO A LA VIDA
Otro aspecto en el que tenemos
que ser más consecuentes con nuestra fe y nuestra condición cristiana, es el amor al prójimo y el respeto a la vida.
El Papa Francisco nos está insistiendo mucho en esto: no podemos considerarnos
buenos cristianos si no amamos al prójimo, si no ayudamos a los demás, si no
perdonamos, si no somos solidarios. Y por supuesto, un cristiano no puede nunca
dañar, perjudicar y mucho menos matar a otra persona. Nadie, por más importante
que se crea, tiene derecho a matar a
nadie. Hay un mandamiento absoluto: No matarás. Y por eso rechazamos la pena de muerte, y también el aborto provocado, que es un crimen
abominable, pues es matar a un niño no nacido,
inocente e indefenso, en el vientre de su madre.
Reclamamos protección del estado
a la vida y patrimonio de los venezolanos. Rechazamos la matanza de Tumeremo, y
la toma de zonas de El Valle en Caracas por bandas delictivas hace tres noches.
Eso debe cesar.
Y rechazamos el linchamiento: Ante la impunidad que disfrutan los
delincuentes algunos grupos de ciudadanos han asumido el papel negativo de
jueces y verdugos. Ha habido muchos linchamientos recientemente. Eso es inaceptable.
Nadie debe convertirse en asesino. Pero hemos de reclamar al gobierno que
controle, y sancione a los criminales, y proteja la seguridad personal y
patrimonial de cada uno de nosotros Es su deber moral, legal y constitucional.
Y deben cumplirlo.
DEJEMOS A UN LADO LA INDIFERENCIA RELIGIOSA: FORTALEZCAMOS LA PRÁCTICA
RELIGIOSA.
Y otro aspecto en el que tenemos
que ser fieles y consecuentes con nuestra fe, es en la práctica religiosa, la
participación en los actos de culto. Y especialmente en la Misa dominical. No podemos
considerarnos buenos católicos y ser indiferentes a la Misa , a los sacramentos.
Tenemos que cumplir el 3er mandamiento de la Ley de Dios: Santificar las fiestas. Es preciso
que mejoremos en el cumplimiento de la práctica religiosa. El Domingo es el día
del Señor, de Dios, para acercarnos a Él participando en la Santa Misa todos
los domingos y fiestas de guardar, y no solamente en las grandes ocasiones,
como Semana Santa. Y que valoremos los
sacramentos, especialmente el Bautismo. Así como una familia se preocupa por
alimentar vestir y cuidar a su bebé, así debe preocuparse por darle la vida
nueva de Jesús, a través del Bautismo. Esto es muy importante.
CONCLUSIÓN
VIVAMOS CADA VEZ MAS INTENSAMENTE
NUESTRA FE EN Cristo nazareno resucitado. Sintámonos felices, orgullosos y
agradecidos de nuestra gloriosa
condición cristiana de hijos de Dios, discípulos de Jesucristo, y miembros de
nuestra Santa Iglesia Católica. Pongamos estas intenciones bajo la maternal protección de la Virgen Santísima ,
nuestra amorosa Madre celestial, la
Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela y de nuestra
Arquidiócesis de Caracas.
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