AVEC cumplió setenta años trabajando “para la paz y la convivencia”



La educación a los sectores más excluidos es la prioridad de esta asociación católica en Venezuela

Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Fotos Facebook

Caracas, 21 de octubre de 2015.- La Asociación Venezolana de Educación Católica – AVEC – nació el 18 de octubre de 1945, “durante una época de reacción, de desconfianza por tanto, un momento de fortalecer personas que tuvieran una buena formación cristiana”, recuerdan los directivos y alumnos de esta institución durante los festejo que por los setenta años de su fundación realizan en diversas regiones de Venezuela.

“Es una organización civil, sin fines de lucro; abierta al diálogo ecuménico; sin filiación política; al servicio de la Iglesia y la comunidad nacional venezolana”, según la describen sus directivos. Agrupa a todas aquellas instituciones educativas que voluntariamente piden asociarse y se definen por “un proyecto educativo de calidad, evangelizador, de compromiso creyente y de cambio social”.

Monseñor Jesús González de Zárate presidió una misa en la catedral de Caracas para agradecer por el camino transitado por la AVEC, “una institución servidora, fraterna, profética, crítica, humilde, clara en sus opciones y coherente en sus principios”.
Estuvo acompañado del Deán del capítulo metropolitano, monseñor Adán Ramírez Ortíz, y por el padre Carlos Da Franca, tercer vicepresidente nacional y director de la escuela de formación de la AVEC.





Los alumnos y educadores hicieron varias representaciones de Venezuela y el mundo, enmarcadas también en la celebración del Día Mundial de las Misiones –DOMUND 2015- todas en la intención de motivar “un trabajo por y para los más necesitados”.


La directiva nacional de AVEC, encabezada por su presidenta, Trina Carmona, la hermana Molly Castillo, el profesor Jormans Vegas y el padre Da Franca, rindieron honores ante la estatua ecuestre de Simón Bolívar, y dieron inicio a los primeros juegos deportivos y recreativos de la seccional Caracas.


En San Cristóbal, estado Táchira, monseñor Mario Moronta resaltó la importancia de AVEC para la Iglesia, además de insistir que en las instituciones católicas “la Palabra de Dios se debe introducir en el corazón de los jóvenes y profesores, por lo que sus integrantes deben escucharla y colocarla en práctica”.


En San Fernando de Apure, la AVEC se sumó a la campaña: “Un millón de niños rezando el Rosario” del Consejo Nacional de Laicos. 

La profesora Dilia de Saavery, destacó lo importante que ha sido el acompañamiento de la institución para el impulso de la obra que la iglesia diocesana realiza en un barrio pobre de esta población llanera.

Convenio con el Estado


El Estado venezolano y la Educación Católica mantienen una relación a través de lo que denominan “El Convenio”, consistente en “un esfuerzo mancomunado para afirmar, difundir, defender e impulsar el proceso educativo y el desarrollo integral del hombre y la mujer en Venezuela”, según se pude leer en su portal.

El convenio fue establecido de conformidad con lo previsto en el artículo 14 del “Reglamento sobre el otorgamiento de subvenciones a los planteles privados, inscritos en el Ministerio de Educación”, mediante Decreto N° 722, el 11 de enero de 1990.

Para el año 2012, según la AVEC, de los 1.110 centros educativos afiliados, 185 estaban ubicados en sectores residenciales (sin subvención), representando estos el 16,7% del total de sus establecimientos educativos, y 925 centros estaban ubicados en sectores de bajos recursos (subvencionados), los cuales representan el 83,3 % del total.

Los excluidos son la opción prioritaria


La concepción del Convenio está fundada en la acción o alianza de tres protagonistas con un aporte específico y particular de cada uno de ellos: AVEC, Estado y Familia. 

La Avec pone al servicio de la educación tanto su capacidad instalada como toda la planta física en todo el país. El Estado, mediante la Ley de Presupuesto anual, ofrece el apoyo financiero para cubrir el déficit de funcionamiento de los planteles participantes.

Por su parte, la familia aporta el entusiasmo y participación comunitaria, además de una contribución voluntaria adecuada a sus posibilidades socio-económicas. El aporte puede ser en efectivo o en especie con trabajo voluntario al servicio del plantel participante.


Continuando fiel a nuestra filosofía educativa”, ratifican los actuales directivos, y tratando de ser más coherentes aun con los postulados del convenio AVEC-Estado, dicen: “seguimos definiendo nuestra opción prioritaria por los excluidos”. 




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