Cierto que los presidentes de Colombia, Juan Manuel
Santos, y de Venezuela, Nicolás Maduro, firmaron un comunicado lleno de
vaguedades y palabras biensonantes.
Cierto también que la frontera sigue
cerrada, que el régimen venezolano no ha bajado un ápice su agitación y
propaganda contra supuestos paramilitares y terroristas en la frontera común. Y
cierto también que nadie espera que Maduro dé por cerrado un conflicto que ha
hecho estallar artificialmente para agitar el nacionalismo contra los
colombianos, pretender explicar con el contrabando el dramático
desabastecimiento y justificar los estados de excepción que ha impuesto en
diversos circuitos (distintos) electorales. Que tienen mucho que ver con sus
posibles estrategias para neutralizar unas elecciones generales el próximo día
6 de diciembre que tiene perdidas, publica ABC de España.
HERMANN TERTSCH / ENVIADO ESPECIAL A
CARACAS
Una de las voces más libres y valientes de la iglesia
en Latinoamérica, el arzobispo de Coro, Roberto Lückert, habló ayer con ABC para
denunciar ante el mundo esas intenciones del presidente chavista. «Maduro ya lo
ha dicho él mismo: si gana la oposición saldrán a la calle. Así puede pasar
cualquier cosa.
Todo es posible incluso una guerra civil y muchísimas víctimas.
Ellos tendrán una estrategia cubana porque son cubanos los asesores que tienen
aquí. Ellos se aferran a esa estrategia cubana porque allí tuvo éxito. Aquel
país se hundió en la miseria, lo destruyeron. Pero se ha mantenido pese a ello
56 años».
No hay jueces ni fiscales
Lückert tiene toda la serenidad de quien ha asistido
ya a todo tipo de abusos por parte del régimen. Pero preguntado por la condena a Leopoldo
López se indigna. «Lo de Leopoldo no tiene nombre. Ya lo dijo
Chávez que nos anclarían en el mar de la felicidad cubana que es este en el que
se inventan los cargos y meten a la gente en la cárcel. Yo visito a un
empresario que quiso ser gobernador y lleva siete años en la cárcel y ha visto
86 veces suspendida la audiencia para su juicio. Con (el alcalde de Caracas)
Antonio Ledezma va a suceder lo mismo. (Ayer fue suspendida la audiencia para revisar su arresto).
No hay jueces. Todo son jueces provisionales, no hay fiscales. Y en esa
estrategia cubana, se inventan sus acusaciones. A Ledezma le inventarán los
cargos. Es lo que pasó en Cuba con Ochoa, con Huber Matos y a todos y la
disidencia en Cuba está toda presa».
Según Lückert el Papa no ha querido alborotar el
avispero. Su prioridad era restablecer las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos y esto se ha logrado. «Si mira entre líneas también hay mensaje y desde
luego, es mi opinión, la prioridad era acudir a ver a los cubanos y animar al
pueblo».
En palabras de Lückert, «el régimen comunista
totalitario de tipo cubano que ya tenemos en Venezuela es capaz de cualquier
cosa». Y por tanto también de suspender las elecciones del día 6 de diciembre». Los estados de excepción decretados a lo largo de la frontera con
Colombia son un tubo de ensayo para ver cómo limitar y
condicionar esas elecciones. Y si es necesario cómo suspenderlas extendiendo el
estado de excepción como una mancha de aceite.
Lückert ha advertido en relación con la escalada de
tensión creada en este sentido por Maduro con Colombia que los abusos que se
cometen contra los colombianos en las regiones fronterizas son intolerables. Y
que Maduro juega con fuego. «Porque como desencadene una guerra de verdad con
Colombia, el ejército colombiano se presenta en 24 horas en la plaza de Bolivar
de Caracas».
Esta alusión a la fuerza del ejército colombiano
frente a un ejército venezolano profundamente corrupto y que no combate desde
casi la independencia la hizo Lückert en la radio minutos después de hablar con
ABC.
El
fantasma de una contienda
Guerra civil, guerra con Colombia. Dos escenarios de pesadilla que algunos creen
reales y otros descartan. El menos probable, todos coinciden, es el de una
guerra con el vecino colombiano en la que el ejército venezolano nada podría
hacer. Todos los interlocutores bromean sobre la capacidad operativa de un
ejército cuyo alto mando son hoy cuadros chavistas mal preparados y muy
corruptos. Y que, como dice el arzobispo, perderían todo el país en un día. «No
hay militares de alta graduación que no sean inmensamente ricos», dice a ABC el
legendario líder de Acción Democrática Octavio Lepage. A los 91 años, Lepage
considera que hoy el chavismo es un régimen militar corrupto cuya supervivencia
depende, coincide con el arzobispo, de la estrategia cubana y de la resistencia
a abandonar el control de unos negocios inmensos internacionales que generan
dinero en efectivo como prácticamente ninguno en el mundo.
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