El
llamado a trabajar por la paz es particularmente apremiante y oportuno en
Venezuela y en Caracas, donde en los últimos años se ha ido estableciendo una
corriente de violencia, de odio, de egoísmo. Esto se manifiesta en la
agresividad de la vida diaria y, de manera alarmante, en el incremento de la
inseguridad y de la delincuencia asesina, a veces con una crueldad nunca vista
entre nosotros.
MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES|
Tomado del Diario
EL UNIVERSAL
Caracas, 07 de marzo de 2012.- Este es el título del mensaje de Cuaresma que el
Cardenal Jorge Urosa Savino ha escrito para que todos los católicos venezolanos
reflexionemos durante estos días. Yo citaré algunos párrafos y lo consiguen
completo en www.arquidiocesisdecaracas.com. Éste será leído
públicamente en todas las parroquias de Caracas el 10 y 11 de marzo, así como
en las aulas de las escuelas católicas. Y es que todos los católicos tenemos
que Trabajar por la Paz porque todos los venezolanos estamos clamando por
Paz, sosiego, tranquilidad (...) Y es que estamos hechos para la Paz y no
podemos ser felices viviendo de otra manera.
Debemos entonces aprovechar este tiempo de Cuaresma
que como dice el Cardenal “es un tiempo de gracia y salvación previo a la
Semana Santa, durante el cual nos preparamos a celebrar con un corazón renovado
los sublimes hechos de la pasión, muerte y gloriosa resurrección de Nuestro
Señor Jesucristo. Las lecturas de estos domingos nos invitan a contemplar a Jesucristo,
para intensificar nuestra fe en Él, y acoger la apremiante invitación del Padre
eterno: "Este es mi hijo amado: escuchadle" (Mc, 9,7).
Y sigue: "En Cuaresma, de manera especial,
Dios nos invita a convertirnos, es decir, a cambiar de actitud, a mejorar
nuestra vivencia de la fe, a ser mejores en nuestra relación con Dios y con los
hermanos...se nos invita a hacer una revisión de nuestra vida a la luz de la
Palabra de Dios, que es Palabra de vida eterna y de felicidad. El Señor nos
dice "Felices los que escuchen y cumplan la Palabra de Dios" (Lc,
11,28). Examinemos, pues, nuestra conciencia para ver si en verdad cumplimos su
Palabra, lo cual exige de manera clara y determinante, seguir a Jesucristo, y
cumplir los diez mandamientos de la Ley de Dios"... En esta Cuaresma la
Conferencia Episcopal Venezolana nos invita especialmente a vivir el
mandamiento del amor al prójimo y, específicamente, a trabajar por la paz.
Este llamado forma parte de las exigencias fundamentales de Jesucristo, quien
en las Bienaventuranzas, al enseñarnos el camino hacia la felicidad y la
salvación eterna nos dice: "Felices los que trabajan por la paz, porque
ellos serán llamados hijos de Dios" (Mt, 5,9)... El llamado a trabajar por
la paz es particularmente apremiante y oportuno en Venezuela y en Caracas,
donde en los últimos años se ha ido estableciendo una corriente de violencia,
de odio, de egoísmo. Esto se manifiesta en la agresividad de la vida diaria y,
de manera alarmante, en el incremento de la inseguridad y de la delincuencia
asesina, a veces con una crueldad nunca vista entre nosotros. Sin duda, los
organismos del Estado deben cumplir con su obligación de proteger nuestra
seguridad personal y patrimonial; por nuestra parte, todos los venezolanos
estamos llamados a dejar a un lado cualquier tipo de violencia".
El mensaje continúa: "Por ello los obispos
venezolanos hemos querido dirigir la campaña Compartir de este año 2012 al tema
de la vida y de la paz. Hemos de esforzarnos por promover y defender la vida,
por trabajar por la paz, y por educar a los niños y jóvenes para la paz. Para
ello hemos de procurar, cada uno de nosotros, ser constructores de la paz en
nuestra familia, en la comunidad vecinal, en la escuela, en el lugar de
trabajo, en fin, en la vida social y política. Además, hemos de recordar que
trabajar por la paz, requiere vivir en la verdad y en el amor, practicar la
justicia, y promover la libertad... De manera particular, en este año
electoral, todos los venezolanos, y especialmente los católicos, estamos
obligados a hacer mayores esfuerzos por desterrar de nuestra conducta todo lo
que vaya en contra de la paz: el egoísmo y la indiferencia, la ira y el rencor,
el irrespeto a los demás, la violencia verbal, la agresividad política, los
ataques físicos, etc. Por el contrario, estamos llamados a ser amables y
respetuosos de los demás, a ser generosos y tolerantes, a ayudar a los
necesitados, a propiciar la serenidad y la convivencia en todos los ambientes
de nuestra actuación".
Y he aquí una clave, que señala el Cardenal, muy
importante para lograr la paz: "Trabajar por la paz en un mundo cargado de
violencia requiere la ayuda divina. Por esto es necesario que nos acerquemos
más a Dios, intensificando nuestra vida religiosa y espiritual: la oración intensa
y la participación en la Misa dominical; la generosidad y la caridad con los
necesitados, y la penitencia y el sacrificio para controlar y dominar nuestras
malas inclinaciones y así ofrecer nuestras vidas a Dios en unión con los
sufrimientos de Nuestro Señor Jesucristo. Dejemos a un lado todo tipo de
pecado, participemos en los actos religiosos de la Cuaresma y recibamos los
sacramentos de la Reconciliación o Penitencia, y la Sagrada Eucaristía".
Ojalá todos los católicos sigamos este oportuno
llamado y podamos poner nuestro grano de arena en la construcción de un país
que está clamando paz para todos, porque todos somos
hermanos, todos somos hijos de Dios en esta maravillosa Tierra de
Gracia, y tenemos que comportarnos como tales.
@VzlaEntrelineas
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