Una
despedida muy sentida fue la que se vivió en la Iglesia de Caucagua, para
decirle adiós al más joven sacerdote de la Diócesis de Guarenas
Ramón
Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Guarenas, 7 de abril de 2017
Monseñor
Gustavo García Naranjo, obispo de la Diócesis de Guarenas, presidió la misa
exequial este 7 de abril, para tributar el último adiós al padre Arnaldo
Sarabia, quien falleció después de sufrir un accidente de tránsito el pasado 5
de abril, en la Troncal 9, sector Caño Méndez, en el kilómetro 3 en ruta hacia
su natal ciudad de Caucagua.
La
iglesia “Nuestra Señora de la Encarnación” quedó pequeña para acoger a la
feligresía que llegó desde los diferentes lugares de la región barloventeña.
“Aquí
ustedes le vieron crecer, jugar, correr y compartir”, dijo monseñor García
Naranjo. “Aquí nació su compromiso cristiano y su vocación sacerdotal”,
agregó el prelado.
También
estuvieron presentes el obispo de la Diócesis de La Guaira, monseñor Raúl Biord
Castillo, así como un numeroso grupo de sacerdotes de ambas iglesias particulares
que conocieron, estudiaron y compartieron con Arnaldo Sarabia en distintas etapas de su vida. El ministro para
la Educación, Elías Jaua Milano, en compañía del alcalde de Caucagua, Juan Aponte, presentó sus
condolencias a la señora madre del sacerdote fallecido, a sus familiares y amigos.
Monseñor
Biord Castillo, recordó la formación que Arnaldo recibió en el Seminario “San
Pedro Apóstol” de la Guaira, “dejando allí el mejor de los recuerdos así como en
todas las parroquias donde trabajó”, dijo durante la homilía.
“El padre
Arnaldo después de algunas diligencias para la Semana Santa en Cúpira no sabía
que estaba pidiendo ‘una cola’ para irse al cielo. Estaba preparando la
Semana Santa, es decir la Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”,
dijo.
“Pudiéramos
decir: ¿Señor, por qué llamaste a un sacerdote joven del presbiterio y no al
más anciano de nosotros? La verdad no lo sabemos. Seguimos los pasos del
Nazareno sin entender muchas veces los caminos del Señor. “De lo que sí estamos
seguros es que ninguna semilla que cae en la tierra queda infecunda”, dijo en
relación al inesperado fallecimiento del padre Arnaldo Sarabia.
“¿Cuántos
jóvenes van a seguir el testimonio del padre Arnaldo? ¿Quién va a tomar su
lugar?”, preguntó a la asamblea el prelado
guaireño. “Tal vez dos, tres o más. Seguramente algún muchacho o muchacha dirá como el profeta
Isaías: aquí estoy yo, cuenta conmigo, pongo mi vida al servicio del Evangelio como estos hermanos sacerdotes y como hizo Arnaldo”.
Describió
al fallecido sacerdote “como un hombre alegre, dinámico y de mucho trabajo, vinculado
a las comunidades, especialmente siendo amigo de los más necesitados”, y
destacó “su intenso amor y devoción mariana especialmente por la Virgen de
Coromoto”.
Reconocimiento de sus amigos y
allegados
Las
autoridades municipales hicieron entrega de la condecoración “General Miguel Acevedo”, en
su primera clase, post morten, al padre Arnaldo Sarabia, en reconocimiento al inmenso
trabajo desplegado a pesar del corto tiempo que le tocó vivir en calidad de
sacerdote.
Innumerables organizaciones sociales y culturales fueron citadas en
la lectura del pronunciamiento oficial de esta jurisdicción. La Orden fue
colocada sobre el féretro por la presidenta del Concejo Municipal de Caucagua.
Diversos
movimientos de apostolado de la región barloventeña, niños, jóvenes, adultos,
educadores y promotores de las variadas ramas culturales también rindieron
tributo o se sumaron a los cantos populares, para recordar la
entrega de Arnaldo Sarabia al servicio sacerdotal.
“E padre Arnaldo dejará una profunda huella en nosotros y en la iglesia diocesana porque con él, muchos de nosotros nos acercamos a la Iglesia”, dijo uno de los jóvenes presente en el recinto religioso.
“E padre Arnaldo dejará una profunda huella en nosotros y en la iglesia diocesana porque con él, muchos de nosotros nos acercamos a la Iglesia”, dijo uno de los jóvenes presente en el recinto religioso.
Un
minuto de aplausos resonó en el templo ante el requerimiento de los jóvenes
integrantes de la Pastoral Juvenil de la cual el padre Arnaldo Sarabia fue el
asesor diocesano como una manera de honrarlo.
También, a una sola voz, se
escuchó la canción: “Un millón de amigos”, al que el grupo de oración de la
Renovación Carismática de Tacarigua invitó a los feligreses para despedirse del
sacerdote.
En brazos de su pueblo
El
féretro con los restos mortales de Arnaldo Sarabia salió del templo en hombros
de sus hermanos del presbiterio, muchos de los cuales no pudieron evitar las
lágrimas, aunque mostraron su esperanza de “volver a encontrarnos en el cielo”.
Entre
cantos y rezos recorrió algunas calles de Caucagua turnando a los amigos que
quería mostrarle su aprecio llevándole sobre sus hombros.
El
obispo diocesano, monseñor Gustavo García Naranjo siempre estuvo al frente,
dándole aliento y esperanza a sus familiares y amigos, pero sufriendo también en
silencio por la pérdida de uno de sus sacerdotes, el más joven.
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