La doctrina cristiana sobre la
familia no está en juego, pero muchos interpretan libremente las palabras del Papa,
de allí que una tarea pastoral será prevenir sobre el ataque a los valores familiares
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatólic
Fotos: Centro Televisivo Vaticano
El Sínodo de la Familia comenzó este cuatro de
octubre convocado por el Papa Francisco y se extenderá hasta el 25, buscando
que entre las altas autoridades de la Iglesia discurran opiniones y se tomen decisiones
sobre algunos aspectos vinculados a la “célula fundamental de la sociedad” en un
contexto marcado por el relativismo actual, y los incesantes ataques a Dios y a la fe.
Son 270 hombres célibes, consagrados a Dios, que
decidirán la postura de la Iglesia católica, afianzados en sugerencias de 24
expertos, 51 auditores, 14 delegados de otras religiones y 18 matrimonios.
Los temas impulsados por los medios, no parecen nada fáciles y solo buscan cuestionar a la Iglesia: homosexualidad, casamiento de parejas de un mismo sexo, comunión a los divorciados vueltos a casar o el mal interpretado concepto de nulidad matrimonial, sin embargo, la premisa que debe dar tranquilidad a los creyentes es la siguiente: si no está en juego la doctrina cristiana sobre la familia en nada debe haber temor.
Los temas impulsados por los medios, no parecen nada fáciles y solo buscan cuestionar a la Iglesia: homosexualidad, casamiento de parejas de un mismo sexo, comunión a los divorciados vueltos a casar o el mal interpretado concepto de nulidad matrimonial, sin embargo, la premisa que debe dar tranquilidad a los creyentes es la siguiente: si no está en juego la doctrina cristiana sobre la familia en nada debe haber temor.
Entre los consagrados se encuentran el cardenal venezolano Jorge Urosa Savino, el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Diego Padrón Sánchez y el arzobispo de Mérida, monseñor Baltazar Porras Cardozo.
El cardenal Urosa con sus enseñanzas sobre la familia es garantía de que esta institución de la sociedad será defendida,
a pesar de quienes promueven que la Barca de Pedro debe transitar por otros caminos
en nada parecidos a los de la Sagrada Familia de Nazaret.
Al respecto, las homilías del arzobispo de
Caracas son abundantes y constantes en la defensa de los valores que encierra
la célula fundamental de la sociedad, y además, alertan sobre las consecuencias
negativas de los desvíos.
“Es preciso que promovamos la santidad de la
familia, y para ello valoremos la unión conyugal cristiana, santificada
por el mismo Jesús con el santo sacramento del matrimonio”, expresó durante el
encuentro nacional de jóvenes en el año 2012.
Pero no fue solo en este escenario, desde
siempre ha sido un defensor de la familia. Insiste en sus homilías en rechazar
lo que llama “el relajo afectivo-sexual” que “tanto daño ha hecho y está
haciendo en nuestra patria”; y llama a laicos y sacerdotes a promover “la
práctica de la virtud de la castidad, que es respeto a la persona”.
En muchas ocasiones ha expresado su pesar por
las situaciones que afectan a la familia. “¡Cuánto dolor, cuántas lágrimas, cuántos
niños abandonados, cuántas familias incompletas sumidas en la pobreza por ese
relajo afectivo sexual!”. Enseña que “ese libertinaje que considera un
ídolo el placer sexual (…) sacrifica la familia, el respeto debido a la mujer,
a los hijos, y que lleva a tantas tragedias”.
Una de sus consistentes frases ha sido: “No se
puede separar la actividad sexual del verdadero amor, del matrimonio
que da protección y estabilidad a los esposos y a los niños, de una familia
estable, cariñosa y unida”. Por tanto, considera que “la práctica sexual debe ser
expresión de un amor auténtico, y estar enmarcada en la familia unida para
siempre, con respeto, cariño y fidelidad para toda la vida”.
Muchos de los que quieren ver en la práctica nuevos
paradigmas en contraposición a la familia tradicional, se agarran de las palabras
del Obispo de Roma al llamar a los padres sinodales a tener presente que “la
Iglesia debe ser un hospital de campaña”, y que “busque y cure a las parejas
heridas con el aceite de la acogida y la misericordia”.
Las conclusiones del Sínodo serán las que
hablen al Papa, a la Iglesia y al mundo y para ello hay que recorrer casi un
mes, en el que buenos pastores, como Jorge Urosa Savino, sabrá dejar muy en
alto su fe en Jesucristo y a los católicos venezolanos.
0 Comentarios
Comentarios de Nuestros Visitantes
Agradecemos sus comentarios, siempre en favor de nuestra Fe Cristiana Católica y de manera positiva. Si considera válido su comentario para ser publicado, se agradece no usar una cuenta anónima o desconocida.