Monseñor Fernando Castro: “Voy a Margarita en el nombre del Señor”




El nuevo Obispo de Margarita, envió “un saludo y un abrazo a los pescadores, a los niños, a los jóvenes, a las familias, a los enfermos y a los ancianos, y especialmente a todos los que padecen algún tipo de necesidad

Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic

Caracas, 04 de agosto de 2015.- “Última Hora: Papa Francisco nombra a Mons. Castro Obispo de Margarita”, indicaba desde las 5:30 de la mañana un correo procedente de la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Venezolana. Al fin, una buena noticia de la Iglesia Venezolana “primereaba”, según la terminología del papa Francisco, la madeja de sinsabores que cada día se anuncian en el país.

En efecto, el Santo Padre Francisco había designado a monseñor Fernando Castro Aguayo, hasta ahora obispo auxiliar de Caracas, como el nuevo obispo de la Diócesis de Margarita. La nota de precisaba que monseñor Fernando Castro "nació en Caracas el 29 de julio de 1951, fue ordenado sacerdote el 31 de mayo de 1984 por la prelatura personal del Opus Dei". 

Indicaba la CEV que monseñor Castro fue ordenado obispo el 26 de septiembre de 2009 y desde ese momento se desempeña como Vicario General para la Zona Este de la Arquidiócesis de Caracas".

Un dato del trabajo desempañado en los últimos años no podía faltar: el Prelado ha sido desde el año 2013, el vice postulador de la Causa de Beatificación del Doctor José Gregorio Hernández. Acerca del insigne médico venezolano, el propio monseñor Fernando Castro ha repetido en infinidad de ocasiones: “José Gregorio me ha ayudado en mi conversión personal”.

De tal forma que la noticia produjo una reguera informativa y llamadas de periodistas y medios de comunicación desde antes de las 8 de la mañana. Las redes sociales ni se diga, las más espabiladas se sumaban a esta grata noticia de la Iglesia venezolana en general, y de los margariteños en particular.

La CEV también ha difundido las primeras palabras del recién designado obispo de los “ñeros”. Y una de sus expresiones demuestra lo que ha sido su entrega a los designios de Dios. “Voy a Margarita en el nombre del Señor”, dijo.

Además, ha considerado su nombramiento como una “nueva “sorpresa de Dios” en favor de la Iglesia y del pueblo margariteño”, y una “caricia” del “Buen Dios”. Manifestó estar dispuesto “a ser un margariteño más, a disfrutar de su hospitalidad, a conocer sus bondades, sus tradiciones y a crecer en la fe en Jesucristo”, según expresa en una carta dirigida a al pueblo de Dios en la famosa Isla venezolana. 

A continuación, de manera íntegra la carta de Monseñor Fernando Castro Aguayo:

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“Pueblo de Dios que peregrina en Margarita!
¡Salud y paz!



Hoy la Santa Sede ha hecho pública la decisión del Santo Padre Francisco de nombrarme Obispo de la Diócesis de Margarita. Lleno de fe y esperanza en Dios, con profunda confianza que es el Señor quien guía a su Iglesia santa, he aceptado esta nueva “sorpresa de Dios” en favor de la Iglesia y del pueblo margariteño.

Como todos pueden imaginar agradezco profundamente al Buen Dios esta caricia suya y me dispongo “en su nombre” a ser un margariteño más, a disfrutar de su hospitalidad, a conocer sus bondades, sus tradiciones y a crecer en la fe en Jesucristo.

Especialmente, quiero en estas primeras palabras enviar un saludo a mis hermanos sacerdotes. Les pido que me ayuden a ser un servidor, un pastor, un hermano. También saludo a las religiosas y religiosos, y a los miembros de las diversas iniciativas apostólicas que trabajan en la diócesis de Margarita. A todos los bautizados, a todos los creyentes, a todos los que habitan en las islas de Margarita, Coche, Cubagua y Los Frailes, a todos los que emigran a otros lugares de Venezuela y el mundo y tienen su patria chica en el Estado Nueva Esparta.

A todos: ¡paz, salud y la bendición de Dios!

Envío un saludo y un abrazo a los pescadores, a los niños, a los jóvenes, a las familias, a los enfermos y a los ancianos, y especialmente a todos los que padecen algún tipo de necesidad. A todos les envío el consuelo y la bendición de Dios y a la vez mis deseos de acompañarlos y compartir con ustedes la “alegría del Evangelio”.

Voy a Margarita en “el nombre del Señor”. Estoy seguro que la ayuda de Jesucristo, nuestro Redentor, no nos faltará. Y con Él haremos de nuestra Iglesia el lugar donde cada uno de los creyentes se convierta en levadura de bien, de esperanza y de servicio. Y donde todos sean acogidos en todo momento. Les confío que todos los momentos importantes de mi vida llevan el signo de la presencia de la Madre de Dios. En este momento estoy seguro que es Nuestra Señora del Valle, la Santísima Virgen María, la que me llama a Margarita a través del Papa Francisco. Ella guiará y acompañará nuestros pasos.

Les ruego a todos los margariteños que en las próximas fiestas de Nuestra Señora del Valle rueguen por el ministerio episcopal que oportunamente iniciaré, para que yo sea el pastor que con todos pueda ANIMAR Y SERVIR a una iglesia evangelizadora, misionera, renovada y misericordiosa a la medida del corazón de Cristo Buen Pastor.

Con mi afectuosa bendición,
Mons. Fernando Castro Aguayo
Obispo Electo de Margarita
4 de agosto de 2015".







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