Jóvenes vinculados
a los oratorios de San Juan Bosco, en Caracas, tomaron la iniciativa de
reunirse con otros pertenecientes al movimiento estudiantil universitario, a los
grupos de apostolado juvenil, seminaristas, religiosos y laicos, para
reflexionar desde la Doctrina Social de la Iglesia y manifestar la necesidad de
mantener la “postura de oración” con “acciones coherentes”, en medio de la crisis
que se vive en Venezuela.
Se trata de la
Juventud Católica Organizada de Venezuela, que el sábado 8 de marzo, en la Plaza San Juan Bosco de
Altamira, realizó su primera concentración y tras escuchar varios testimonios
de ciudadanos y estudiantes detenidos o agredidos por funcionarios de seguridad
del Estado, así como las orientaciones y/o reflexiones de religiosos y
religiosas, dieron a conocer un manifiesto público.
“Como jóvenes
católicos venezolanos y comunidad laica en general, vemos imposible mantener la
postura de oración sin acción coherente y contundente ante situaciones que de
forma reiterada atentan contra la dignidad y la vida humana”, leyó José
Gregorio Moreno Thomas, uno de los líderes de Juventud Católica de Venezuela.
Juan Pablo II: “No tengáis miedo”
Los jóvenes
católicos venezolanos consideran necesario, en su rol de ciudadanos, “decirle
al país y a nuestra propia Iglesia”, así
como dijo Juan Pablo II: “¡No Tengan miedo! Pues como
cristianos estamos llamados a anunciar pero también a denunciar, arriesgar y no
callar, ser cristianos de testimonios no de silencios, en servicio activo a los
hermanos de nuestra sociedad”, expresó Moreno Thomas.
“Tomando como
nuestro el ejemplo de justicia, por el que vivía Jesús, Él mismo nos llama hoy
a solidarizarnos con acciones cristianas y contundentes en defensa de la vida,
de los perseguidos y ante la violación de los Derechos Humanos”, expresó.
La Juventud
Católica de Venezuela, llama “a todos los jóvenes y al pueblo venezolano, a
unirnos en la oración y acción, por la direccionalidad de una política
construida desde los valores de la vida, la justicia y la libertad”,
pero, alertaron, que se haga en “torno a una lucha por un sueño de país que
nos identifique a todos”.
Consideran
irrenunciables la vida, la justicia y la libertad, y “como jóvenes cristianos estamos
dispuestos a exigir que sean respetados”. De allí que, amparados por la
doctrina Social de la Iglesia y los valores del Evangelio, “llamamos
a no callar más”.
Finalmente, a
los pies del padre, maestro y amigo de la Juventud, San Juan Bosco, expresan a
la Iglesia: “No estamos en contra de cualquier gobierno, estamos en contra de algo
que va contra el Evangelio”.
“Somos ciudadanos, pero también somos cristianos”
El seminarista
Jesús Yrady (SDB), hizo una ponencia central en torno a los contenidos de la
doctrina social de la Iglesia, la justicia social y el papel de los laicos.
“La
dignidad de la persona humana tiene un enraizamiento bíblico y también se
sostiene en lo que ha dicho el magisterio de la Iglesia”, dijo el joven
que espera su ordenación diaconal.
Destacó que “los
elementos de la opresión, del mal y de todos los desastres que a veces podemos
ver en nuestra sociedad, vengan de donde
vengan, no son el proyecto de Dios”. Resaltó que “la Iglesia desde el papa
León XIII, las diferentes encíclicas y Juan Pablo II que se activó mucho en el
apostolado social, han profundizado en las enseñanzas para colocarse al lado de
la justicia y de la paz”.
Propuso como
ejemplo de lucha la figura del arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar
Arnulfo Romero, valorando la vigencia de sus palabras también en Venezuela.
“Estamos entre
la legalidad y la moralidad de las leyes que se nos están imponiendo como
ciudadanos. Es cierto. Somos ciudadanos, pero también somos cristianos”, dijo.
Más tarde, parafraseando a Monseñor Romero, expresó: “ante una ley de matar que da un
dictador está el mandamiento de Dios, no matar”.
Perseguidos por pensar diferente
Sairam Rivas es
una dirigente estudiantil de la Federación de Centros Universitarios.
Narró la
experiencia sufrida por los jóvenes que se mantenían en los campamentos que
denunciaban ante el PNUD la violación de los derechos humanos en Venezuela.
La noche del 7
de marzo de 2014, su campamento instalado en la Plaza “Alfredo Sadel” de
Caracas, fue arrasado por la Policía y la Guardia Nacional.
“Esa
noche vivimos lo que fue la violación de los derechos humanos en carne propia;
y sentir que te persigan y te acusen por el solo hecho de pensar diferente”,
dijo Sairam.
Comentó que luego
de ese episodio de violencia por parte del Estado, estuvo cuatro meses detenida
de manera injusta al igual que 243 estudiantes universitarios. Actualmente está
libre y su bandera de lucha es “caminar junto a todas los sectores”.
José Gregorio
Moreno Thomas, comentó que esta primera experiencia ha servido para “escuchar
la voz plural”, en la búsqueda de una “verdadera salida a la crisis
social y moral que nos arropa, como hermanos y no como individuos ajenos a su
realidad”.
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