“Hoy es un día
para dar gracias a Dios por la misteriosa presencia de Jesús en el mundo: en el
prójimo, en los maestros, en los catequistas, en los padres de familia
católicos, pero, sobre todo en los sacerdotes”, dijo durante una celebración eucarística
que presidió este fin de semana en Valencia.
Ramón Antonio Pérez
@GuardianCatolic
Fue un 15 de
agosto de 1967, a la edad de 24 años, cuando el Cardenal José Humberto Quintero
Parra, XII Arzobispo de Caracas, le confirió la Ordenación Sacerdotal a Jorge Liberato
Urosa Savino. Luego recibiría la Consagración Episcopal, el 22 de septiembre de
1982, de manos del XIII Arzobispo de Caracas, Cardenal José Alí Cardenal Lebrún
Moratinos. Además, aquel talentoso joven sacerdote de finales de los años 60s, con
el tiempo se convertiría en el XV Arzobispo de Caracas: el 19 de septiembre de
2005, fue nombrado para tan alta responsabilidad por el Papa Benedicto XVI; y el
24 de marzo de 2006, creado Cardenal por el mismo Santo Padre.
Sin embargo, el Cardenal
Urosa con su acción de gracias a Dios por sus 47 años de ordenación sacerdotal, una vez más ha demostrado que festejar la consagración a Dios no puede ser una acción aislada y solitaria, sino la actitud de un pastor que se involucra con sus ovejas.
De este modo,
en el marco de su fecha festiva, el pasado 17 de agosto, la Arquidiócesis de
Valencia tuvo la grata visita de quien desde el 25 de mayo de 1990 fue su
arzobispo hasta el año 2005. Y allí se rodeó de sus hermanos sacerdotes y su
añorada feligresía.
El Cardenal Urosa
llegó a Valencia acompañado del Obispo Auxiliar de Caracas, Monseñor Tulio Luis
Ramírez Padilla, también de grata recordación en esas tierras cabrialenses. Fue
recibido con gran regocijo por el actual Arzobispo de Valencia, Monseñor
Reinaldo Del Prette Lissot, sacerdotes del clero valenciano y una feligresía orgullosa
de saludar a quien por quince años fue Pastor Arquidiocesano.
Festejos Sacerdotales Comunes
También tuvo líneas de orientación para todos
los sacerdotes, seminaristas y laicos presentes. Una actitud de formación como
ha sido su experiencia a lo largo de 47 años de vida sacerdotal. No en balde
entre sus responsabilidades han estado la rectoría y vice rectoría en los seminarios “San José” y “Santa Rosa de Lima”, lo que le ha permitido no sólo brindarles la orientación necesaria, sino, además, conocer a buena parte
del clero venezolano.
Cabe señalar que a
estos festejos se sumaron los presbíteros: Arturo Uzcátegui y Oscar Monzón “Hombres
de Fe y de Buena Voluntad que han arribado a los 25 años de vocación y servicio
para la iglesia valenciana”.
Además, la Comunidad Carabobeña junto a la
Arquidiócesis de Valencia también acogió con gran alegría y felicitó por los
años de entrega al servicio de Dios y de los hombres, la Ordenación Sacerdotal
de los presbíteros: Jesús Gutiérrez Caderot (1971), Rudy Rajk Miscovich (1985),
Víctor Raúl Urbina Bardales (1987), Julio Ramón Rodríguez G. (1988), Arturo
Kannee Aveledo (1991), Carlos F. León M. (1991), Luis Pinto Plasencia (1993), Kafka
Pirela Soto (1993), Joel de Jesús Núñez (1995), Luis Padrón (1995), y Miguel Pirela
Soto (1997), según reseñó la página
oficial de la Arquidiócesis de Valencia.
Urosa: “Para que el Mundo Viva”
El Arzobispo de
Caracas consideró el momento una ocasión propicia para dar gracias a Dios por
el sacerdocio ministerial, el sacerdocio de los obispos y presbíteros, mediante
el cual Jesús sigue presente. “Nuestra celebración de hoy, y de cada
domingo, festeja la resurrección, el triunfo de Jesús sobre el mal, el pecado,
la muerte y el demonio. Por eso nos alegramos y nos reunimos como hermanos en
torno al altar, para dar gracias a Dios por
habernos llamado a vivir para siempre, a tener en nuestra existencia mortal
la gracia de la vida eterna”, dijo durante la homilía.
Explicó que el cristianismo
es la religión de la vida, esperanza, salvación y resurrección. “Es una Religión
sobrenatural pero histórica (…) no de especulaciones o de imaginación, sino
basada en hechos y personajes históricos, sobre todo Jesús de Nazareth, nuestro
Dios y Señor. Y es una religión de vida y de salvación porque Cristo vino para que
todos los que creamos en Él tengamos vida, y vida eterna”, resaltó.
El Sacerdocio de Cristo
El Cardenal Urosa
expresó: “Para quedarse con la humanidad para siempre “para que el mundo viva” Jesús llamó a sus apóstoles y les encomendó
evangelizar, perdonar los pecados, guiar al pueblo creyente y, algo insólito,
perpetuar a través de los siglos el portentoso prodigio de la Eucaristía. “Hagan
esto en conmemoración mía”, dijo Jesús a los apóstoles en la última
Cena. Y así lo han cumplido los
apóstoles y sus sucesores, los obispos, junto con sus inmediatos colaboradores,
los presbíteros (…) y sin sacerdocio no hay anuncio autorizado de la palabra de
Dios”.
Relató en su
homilía que el padre Pedro de Freitas sintió el llamado a colaborar con los
obispos en esa misión de hacer presente a Cristo Salvador, en Carabobo y
Venezuela. “Hace 25 años, un 15 de
agosto, en la solemnidad de la Asunción de María, nuestra madre celestial, fue
ungido presbítero, junto con nuestros hermanos los Padres Oscar Monzón y Arturo
Uzcátegui, por el querido y recordado Arzobispo Henríquez quien, por el gesto
bíblico de la imposición de sus manos, los marcó para siempre con el sello del
Espíritu Santo para configurarlos a Jesús, sumo y eterno sacerdote”.
Destacó que han
sido cinco lustros de trabajo alegre de parte del Padre Pedro en la Arquidiócesis
de Valencia. “Con la energía y el entusiasmo que lo caracteriza, Pedro ha
vivido entregado al servicio de Dios y de la Iglesia, especialmente en esta para mí tan querida Iglesia
arquidiocesana de Valencia. Con lealtad y dedicación ha sido pregonero de las
maravillas de Jesús, y dispensador fiel de los misterios de Dios (1 Co 4,1),
especialmente de los sacramentos, en beneficio de los fieles. Ha colaborado con
acierto en el ministerio del querido Monseñor Henríquez, así como conmigo
durante mis inolvidables quince años de Arzobispo de Valencia, y ahora con mi
querido hermano, Monseñor Reinaldo Del Prette Lissot, quienes hemos tenido la
gracia de pastorear esta Iglesia carabobeña en los últimos 40 años”.
Resaltó que con
esta ceremonia se celebra el sacerdocio cristiano en el ministerio y la persona
de los Obispos y presbíteros. “Celebramos el sacerdocio de Cristo a través de
la historia (…) Es el sensus fidei es decir, la
percepción que nos da la fe, el sentido
de la fe, lo que hace que el pueblo católico nos aprecie, a pesar de nuestras
limitaciones y circunstancias personales”.
Finalmente dijo
que la fecha era un día “para dar gracias a Dios por la misteriosa presencia de
Jesús en el mundo: en el prójimo, en los maestros, en los catequistas, en los
padres de familia católicos, pero, sobre todo en los sacerdotes. Y por
supuesto, a nosotros, sacerdotes del Señor, esta celebración nos invita a
valorar inmensamente, a agradecer a Dios
la vocación y el ministerio sublime que hemos recibido, - tesoro en vasijas de
barro -, y comprometernos a vivir cada vez con mayor fidelidad nuestra
consagración al Señor, teniendo siempre, en todo momento, los sentimientos de
Cristo, para servir al pueblo santo en las cosas de Dios, como lo haría el
mismo Jesús entre nosotros”.
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