Apostolado de la Divina Misericordia conmemora Día de Sor Faustina en Caracas




“Ser apóstol de la Misericordia significa ponerse al servicio de los demás con la gracia que ha recibido. No se entiende un apóstol de la misericordia que luego sea motivo de división, distensión y conflictos”, dijo el padre Miguel Acevedo en la enseñanza. Precisó que los pilares de la devoción enseñada por  Sor Faustina son: “la oración, el testimonio de vida y el apostolado”.

Ramón Antonio Pérez
@GuardianCatolic 

Caracas, 06 de octubre de 2013.- El apostolado “Jesús de la Divina Misericordia”, de la Arquidiócesis de Caracas, convocó a sus integrantes la tarde del sábado 5 de octubre, al templo de “San Pedro Apóstol”, en Los Chaguaramos, para conmemorar 75 años del fallecimiento de Santa María Faustina Kowalska, promotora de esta devoción, y que fue reconocida por la Iglesia católica, desde el 12 de julio de 1979. 

La eucaristía fue presidida por el Obispo Auxiliar Emérito de Caracas, Monseñor Nicolás Bermúdez Villamizar, en compañía de un grupo de sacerdotes que se reunieron para impulsar esta iniciativa de apostolado que ha cobrado mucha importancia en el laicado venezolano. La actividad fue organizada por Gervis González, coordinador del Apostolado de la Divina Misericordia en Caracas.

En la jornada también estuvo presente el Padre Arsenio Gutiérrez, de Nuestra Señora de la Chiquinquirá, y quien ha sido un gran promotor de esta práctica de piedad en Venezuela. Por su parte, el Padre Palotino Santiago Lodygo, polaco que labora en la parroquia “La Asunción de María” de la Diócesis de Guarenas, acudió a este encuentro encabezando una delegación de esa Iglesia Particular del estado Miranda.

La homilía de Monseñor Bermúdez tuvo trazos para recordar la vida de la religiosa nacida en la aldea de Glogoviec, en Swinice Varckie, Polonia, el 25 de agosto de 1905. Precisó que “gracias a su abandono y total entrega a Dios, hoy en día sirve de modelo y ejemplo para todos nosotros”.


Durante el encuentro el Padre Warren Escalona, dirigió las oraciones ante el Santísimo Sacramento que fue expuesto en el altar de este majestuoso santuario arquidiocesano.

Entretanto, la enseñanza correspondió al párroco de “San Pedro Apóstol”, presbítero Miguel Acevedo, centrándola en el marco del Año de la Fe, y dándole ribetes de profundidad en el contenido de la misericordia como un acto de la piedad de Dios.


Explicó que la palabra misericordia significa un corazón abierto a la miseria. “Por eso Dios es grande en Misericordia, y por eso a Dios se le aplica el calificativo de Misericordioso, porque está siempre abierto a la miseria del hombre”, dijo.

De igual manera, el Padre Acevedo precisó que el Papa Juan Pablo II se nutrió de esta devoción y abordó el contenido en su encíclica del 30 de noviembre de 1980: “Dives in misericordia, que traduce, Rico en Misericordia. “El mundo de hoy necesita esa misma misericordia. Necesita ver en nosotros a Jesús”, alertó el sacerdote en su enseñanza.

Habló a los laicos que pertenecer a un movimiento de la Iglesia implica un compromiso de vida. “Ya basta de multiplicar asociaciones y movimientos: hay que volver a lo esencial, y una cosa esencial es la misericordia”.

Resaltó el sacerdote que la gran enseñanza de Sor Faustina era “hacer lo que había que hacer, y en medio de esa rutina diaria, vivir la intensidad de la comunión con Dios”.

“A veces andamos buscando hacer cosas extraordinarias cuando lo que nos pide Dios es hacer lo ordinario, y dejar que Él manifieste su poder. Así que vivamos nuestra cotidianidad y sintamos la comunión con Dios”.


Finalmente habló de los tres pilares de la devoción que difundió Sor Faustina: la oración, el testimonio y el apostolado. Y citando al Papa Francisco, invitó a predicar el Evangelio en las periferias. “¿Qué ocurre si la Iglesia no sale de sí misma? Prefiero una Iglesia accidentada que una iglesia enferma”. “Los animo por haber descubierto este bello llamado", pidió a los asistentes.






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