Publicado el 29 de abril de 2025
En vísperas del mes de mayo, consagrado por la Iglesia Católica a su devoción, comparto hoy 29 de abril de 2025, esta imagen de características sagradas junto a su conmovedora historia.
EL HALLAZGO MILAGROSO
Tuve la oportunidad de profundizar esta historia durante una visita al sector La Ceiba de El Sombrero, municipio Mellado del estado Guárico, en compañía del señor Ricardo Prado, ministro de la Eucaristía de la Iglesia Inmaculada Concepción.
La señora Petra Quintero me relató este prodigio, que deseo transmitir con el propósito de que se conozca, afianzar su historia y precisar detalles a futuro.
A finales del siglo XIX, su bisabuela encontró en las aguas del Río Guárico una piedra de apariencia singular. Tras arrojarla al río por indiferencia, la pequeña roca reapareció ante ella, lo que interpretó como una señal divina.
Decidió guardarla en una caja de fósforos, como quien lo hace sin darle mucha importancia.
Con el tiempo buscó la caja y sorpresivamente la piedra comenzó a revelar gradualmente la incipiente forma de una imagen mariana: rasgos humanos, cabello largos aunque rizados y de color tendiendo al castaño dorado, vestiduras delineadas en azules y dorados, y un aura que evoca lo celestial, entre otros detalles acentuados con el tiempo.
UNA HERENCIA DE FE
Desde finales del citado siglo, aproximadamente 1870, la imagen ha sido custodiada por cuatro generaciones de mujeres de esta familia, teniendo en primer lugar a la bisabuela, descubridora del hallazgo en el río.
La segunda persona en custodiar la imagen fue su hija Flora quien la mantuvo por casi 70 años. Al fallecer Flora la entrega a su hija quien la cuida durante varios años y luego la recibe nuestra entrevistada la señora Petra Quintero, su actual guardiana.
Aunque la veneración ha permanecido discreta en la comunidad de La Ceiba, algunos vecinos de El Sombrero acuden en silenciosa peregrinación a honrar a la Virgen Aparecida o "Virgencita de Flora", como también se le conoce afectuosamente.
Le hacen peticiones y agradecen por los favores recibidos, aunque hasta el momento todo parece reducirse a lo que se llama religiosidad popular.
UN MISTERIO POR DISCERNIR
Lo asombroso de esta imagen radica en detalles que desafían toda explicación humana: ha "crecido" ligeramente con los años, teniéndose incluso un registro con algunas mediciones de las que poseo una copia.
Por otro lado, su túnica o vestimenta —teñida de un color sobrenatural— carece de intervención humana y, a decir de la señora Petra los colores cada vez son más vivos.
Un detalle reciente está presente en sus manos en las que parece confirmar un corazón o camándula.
Según la información recibida, existe un médico en El Sombrero que le hizo una prueba para determinar el color, pero hasta ahora no he podido consultarle.
Estos fenómenos sugieren una posible MARIOFONIA (manifestación tangible de la Virgen), aunque su reconocimiento oficial corresponde a la Arquidiócesis de Calabozo, autoridad eclesiástica de la región.
INVOCACIÓN A LA FE
En esta parte de la historia, el señor Ricardo Prado hace la salvedad que no se trata de otra imagen dada por aparecida entre las poblaciones de Barbacoa y El Sombrero que lleva por nombre Virgen del Arroyo, de la que no se conoce su paradero.
"Son historias distintas, y esta imagen ha sido resguardada durante cuatro generaciones", enfatiza Prado.
Comparto esta crónica con humildad, invitando a orar por los designios y la tarea de evangelización de nuestra Iglesia Universal. Prometo ampliar los detalles —si Dios lo permite— en futuras reflexiones.
Finalmente, debo agregar que la señora Petra Quintero, informó que le hizo una pequeña corona y un nicho con los que aparece en este reporte.
____________________
¡Que la Virgen Aparecida de El Sombrero o "Virgencita de Flora", nos guíe con su maternal intercesión! Amén.
0 Comentarios
Comentarios de Nuestros Visitantes
Agradecemos sus comentarios, siempre en favor de nuestra Fe Cristiana Católica y de manera positiva. Si considera válido su comentario para ser publicado, se agradece no usar una cuenta anónima o desconocida.