Sor
Isabel Campo Toussent, de 27 años, tomó la decisión, aprobada por la
Iglesia, de vivir en estado de virginidad o de castidad perpetua por el
Reino de los cielos
Ramón
Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 22 de octubre de 2021
Monseñor Helizandro
Terán, obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana, celebró la consagración
virginal -Ordo Virginum- a la joven Sor Isabel Campo Toussent, durante una ceremonia
que se realizó el 16 de octubre, en el Santuario Diocesano de La Inmaculada
Concepción de Caroní en horas de la mañana.
De acuerdo con una nota enviada por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Terán agradeció a Dios por el don de vida de Sor Isabel de 27 años de edad, por su familia y a todos a quienes de una u otra forma la han apoyado en este camino que le han conducido a esta Santa Eucaristía de Consagración.
“Como Iglesia Diocesana nos sentimos felices, gozosos por lo que hoy estamos celebrando. Una hermana nuestra, una hija de nuestra diócesis se consagra virginalmente a Cristo, su esposo”, dice la nota enviada a El Guardián Católico.
“Es un acto que para la Iglesia significa muchísimo, es un acto que para la Diócesis es una bendición, pues el Señor apremia, el Señor busca, el Señor espera corazones consagrados, corazones virginales que lo den todo por la causa del Reino. Que lo den todo por el amor, el ejercicio de la caridad hacia sus hermanos”, dijo el prelado.
En la celebración estuvieron presentes los padres Frank Márquez, Carlos Ruíz, Leandro Campos, José Antonio Brito y Danny Tenía. También Mariela Astudillo, la primera joven que recibió su consagración al Ordo Virginum por imposición de manos de monseñor Terán, además de los padres, familiares y amigos de Sor Isabel.
La celebración se realizó manteniendo las normativas de bioseguridad, indica la CEV. Al finalizar, intervino Sor Isabel quien dio gracias a Dios por el don de la vida a la Santísima Virgen y a San José a quien se encomendó de manera especial.
Agradeció también a monseñor Terán por su paciencia y comprensión; por los sacerdotes que el Señor ha puesto en su camino; por sus padres y todas las personas que han permitido su crecimiento y perseverancia en la fe y caridad.
Sor Isabel es Profesora de Lengua y Literatura
Sor Isabel es la hija mayor del matrimonio de Juan Campo y Amelia Toussent. Nació en San Félix el 8 de abril de 1994. Fue bautizada en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de la Arquidiócesis de Caracas el 6 de septiembre de 1997.
Realizó su Primera Comunión en la Parroquia San José Obrero de la Diócesis de Ciudad Guayana y la Confirmación de manos de monseñor Mariano Parra, actual arzobispo de Coro, en la Ermita de Santa María de la Cabeza, en Madrid, el 15 de agosto de 2011. Fue admitida en el Ordo Virginum el 19 de agosto de 2019 por monseñor Helizandro Terán.
“Hasta sus 17 años vivió en el asentamiento campesino El Dique perteneciente a la Vicaría Inmaculada Concepción.
Actualmente vive en la Casa de Espiritualidad Emaús de San José de Chirica. Participa en la Parroquia San Martín de Porres como catequista y pertenece al Movimiento Cultural Cristiano en el cual ejerce su apostolado promoviendo la evangelización de los empobrecidos.
Estudió Educación mención Lengua y
Literatura en la Universidad Experimental de Guayana y trabaja como
coordinadora de pastoral en el colegio Iqbal Masih, indica la nota de la CEV.
¿Qué es una Virgen Consagrada?
La información de esta ceremonia
fue difundida por algunos medios, entre estos el portal
católico Aciprensa,
explicando que el Ordo Virginum, también conocido como el Orden de las Vírgenes
Consagradas, “es un ritual considerado como una de las primeras formas de vida
consagrada femenina en la Iglesia”.
Con el paso del tiempo, este ritual dio lugar a otras formas de vida consagrada como los monasterios o la vida en comunidad, y no volvería a cobrar fuerza sino hasta después del Concilio Vaticano II.
El 31 de mayo de 1970, con el apoyo del Papa San
Pablo VI, se promulgó el renovado rito de las Vírgenes Consagradas, con lo que
se retomó oficialmente esta forma de vida en la Iglesia.
El Catecismo de la Iglesia Católica explica que “desde los tiempos apostólicos”, el Señor llama a las vírgenes “para consagrarse a Él enteramente con una libertad mayor de corazón, de cuerpo y de espíritu”.
Por ello, estas mujeres toman “la decisión, aprobada por la Iglesia, de vivir en estado de virginidad
o de castidad perpetua ‘a causa del Reino de los cielos”, refiere Aciprensa.
“Formulando el
propósito santo de seguir más de cerca a Cristo, las vírgenes son consagradas a
Dios por el obispo diocesano según el rito litúrgico aprobado, celebran
desposorios místicos con Jesucristo, Hijo de Dios, y se entregan al servicio de
la Iglesia”, señala el Catecismo en el numeral 923.
Por medio este
rito solemne, “la virgen es constituida
en persona consagrada” como “signo
transcendente del amor de la Iglesia hacia Cristo, imagen escatológica de esta
Esposa del Cielo y de la vida futura”.
Entre los servicios que realizan las vírgenes consagradas están “el ejercicio de la oración, de la penitencia, del servicio a los hermanos y del trabajo apostólico, según el estado y los carismas respectivos ofrecidos a cada una”.
Así también, dice Aciprensa: “Las vírgenes consagradas pueden asociarse para guardar su
propósito con mayor fidelidad”, indica el numeral 924 del Catecismo y el canon
604 del Código de Derecho Canónico.
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