Roberto Antonio Madriz hizo “pausa”, ahora con 52 años, fue ordenado sacerdote

Hace 10 meses viajó a España para actualizar su formación ya que era diácono permanente desde 2013; pero el cierre de aeropuertos por la COVID-19 no le permitió regresar a Caracas, donde sería ordenado el 11 de julio. El cardenal Porras autorizó su ordenación en Madrid, y desde el 25 de julio es sacerdote para siempre

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 31 de julio 2020

La historia del nuevo sacerdote venezolano, Roberto Antonio Madriz Díaz, es el premio a la constancia en un mundo donde las cosas más importantes parecen abandonarse a las primeras de cambio. Su vocación ha sido una carrera de fondo en la que finalmente triunfa el llamado que Dios le hizo hace muchos años. A pesar de que las necesidades familiares como “el hambre”, le obligaron a tomar “una pausa”, ahora es sacerdote para siempre.

La tarde del sábado 25 de julio, en la parroquia “Nuestra Señora de la Fuente”, en Madrid, el anhelo fue alcanzado por este caraqueño nacido el 6 de julio, hace 52 años. El cardenal Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid, lo consagró al servicio del pueblo de Dios. Los familiares, amigos, y el mismo cardenal Baltazar Porras, acompañaron la ceremonia desde Venezuela, a través del canal en YouTube de la Fundación Crónica Blanca.

Y el Verbo se hizo carne. Ése es el gran misterio de la salvación, queridos hermanos”, dijo Roberto Antonio al iniciar sus palabras de agradecimiento

Dios que se hace hombre para elevar la dignidad del hombre, para recuperar esa amistad perdida. Sobre todo, para que ese Dios que se encarna, darnos el mejor ejemplo (…) Ser el mejor modelo para cada uno de nosotros: Jesús servidor.

Dijo que durante su vida ha procurado ser un hombre de bien. “Y lo procuraré hacer siempre con la ayuda de Dios”. “Aquí ha ocurrido algo hermoso, que decía el santo Cura de Ars: me postré consciente de mi nada y me levanté sacerdote para siempre”. 

Había hambre y salió de la vida religiosa


Roberto ingresó al seminario en Caracas en 1985, recuerda uno de sus compañeros de estudio. Se vio obligado a no continuar sus estudios, pero nunca abandonó la Iglesia y se hizo un entusiasta acólito de la parroquia “Nuestra Señora de Lourdes”, en la capital del país. 

El 16 de noviembre de 2013, fue ordenado diácono permanente por el Cardenal Jorge Urosa Savino, junto a un grupo de 15 hombres, la mayoría casados y con hijos.

Ése fue sólo un primer peldaño en su camino vocacional. Ahora, ese deseo que se quedó varios años “en pause”, se vería cristalizada este 25 de julio, publicó días antes el medio oficial de la Arquidiócesis de Madrid, de donde se extrae parte de su historia.

Mi cardenal, Baltazar Porras, me dice que estoy enmantillado porque todo se ha ido dando muy bien. En todo el proceso de mi vida he visto la mano de Dios, relató.

Su vocación la había discernido de joven, pero la tuvo que aparcar por las circunstancias familiares: “Había hambre, y después de tres años estudiando Filosofía en el seminario de Caracas y uno y medio en el noviciado de los Hijos de María Inmaculada, salí de la vida religiosa para dedicarme a la civil”, narró Roberto Antonio Madriz Díaz.

Trabajó en la educación y en la administración pública, en un organismo de justicia penal, durante años, “una gracia de Dios porque toda la experiencia de la vida civil ha sido muy provechosa”. Cuando le llegó la edad de jubilación, hace siete años, decidió ingresar en la escuela de diaconado permanente de la Arquidiócesis de Caracas. “Retomé el camino que se había quedado en pause”. La petición al cardenal para ordenarse sacerdote vino casi de forma natural, agrega.

¿Cómo será su estadía en España?

El medio eclesial madrileño indica que, como parte del proceso, el cardenal Baltazar Porras, actual administrador apostólico de Caracas, “le pidió que hiciera una actualización pastoral y teológica”, y así es como Roberto llegó a España hace diez meses para estudiar un Máster de Acción Pastoral en el Instituto Superior de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca. La realidad es que tenía que haber estado de vuelta en Caracas para su ordenación, prevista el 11 de julio. Pero la pandemia lo cambió todo y el cardenal Carlos Osoro aceptó la petición del cardenal Porras para ordenarlo en Madrid.

Antes de la ordenación de este 25 de julio, solemnidad de Santiago Apóstol, patrón de España y también de la capital de Venezuela, Roberto, tenía sentimientos encontrados porque no podría ser acompañado por sus familiares. Estos estallaron durante sus palabras de agradecimiento al mencionarlos, y más, a su señora madre.

Quiero agradecer mis queridos hermanos, y no puedo dejar de hacerlo, a mi familia”, dijo. Un nudo en la garganta le impidió continua. Visiblemente sentido, guardó un discreto silencio, para retomar las palabras tras los aplausos de quienes sí pudieron acudir a su ordenación. “Por razones obvias (debido a la pandemia del COVID-19), ya ustedes saben que no pueden estar aquí, sin embargo, se hicieron muchas cosas para poder traer a mi madre y todo fue infructuoso. Pero hay que ver la voluntad de Dios en todo esto”, indicó el padre Roberto Antonio.

Abrir surcos de evangelización en la salud

Roberto hizo suya una reflexión del cardenal Porras, de acuerdo a lo que describe el medio eclesial madrileño; luego la ratificó en la ceremonia

Somos privilegiados por haber sido llamados, pero esto no implica que vivamos con privilegios; nuestra llamada es para el servicio”. 

Igualmente, aunque se se ve sirviendo donde el cardenal Osoro le necesite porque tiene previsto pasar en Madrid el próximo año también, es en Venezuela donde anhela servir su vida de sacerdote. Para ello iniciará un proceso de formación en la salud.

Expresó que el cardenal Porras le pidió “hiciera un curso de pastoral de la salud, que estudiaré en los Camilos, porque en Venezuela hace mucha falta abrir surcos de evangelización en el ámbito de la salud”. El medio publica que hizo referencia “al Hospital J.M. de los Ríos, en Caracas, el mayor centro pediátrico de Venezuela, con serias dificultades para facilitar los tratamientos adecuados”.

Desde Venezuela, le han felicitado en todas las redes sociales, valorando el entusiasmo, la constancia y entrega de este nuevo sacerdote. Además, esperan su pronto regreso.





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2 Comentarios

  1. Sí Padre. Alabado seas. Tu sabes cuál es el camino que ha de recorrer cada elegido tuyo!! La costumbre siempre ha sido mirar a jóvenes seminaristas. En tu sabiduría confiamos. Protégelo de todo Mal y has tu voluntad en él, como en los otros sacerdotes. Qué se sientan felices de servirte a tiempo completo, sin otros compromisos, que no sea sino una vida de oración perpetua, para pastorearnos, según tu Palabra Padre, tu Iglesia y tu tradición. Alabado seas Señor, que nos distes a otro sacerdote, ayúdanos para ayudarlos. Amén.

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