La historia del
nuevo sacerdote venezolano, Roberto Antonio Madriz Díaz, es el premio a la
constancia en un mundo donde las cosas más importantes parecen abandonarse a
las primeras de cambio. Su vocación ha sido una carrera de fondo en la que finalmente
triunfa el llamado que Dios le hizo hace muchos años. A pesar de que las
necesidades familiares como “el hambre”, le obligaron a tomar “una pausa”,
ahora es sacerdote para siempre.
La tarde del
sábado 25 de julio, en la parroquia “Nuestra Señora de la Fuente”, en Madrid, el
anhelo fue alcanzado por este caraqueño nacido el 6 de julio, hace 52 años. El
cardenal Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid, lo consagró al servicio del
pueblo de Dios. Los familiares, amigos, y el mismo cardenal Baltazar Porras,
acompañaron la ceremonia desde Venezuela, a través del canal en YouTube de la Fundación Crónica
Blanca.
“Y el Verbo se hizo carne. Ése es el gran misterio de la salvación, queridos hermanos”, dijo Roberto Antonio al iniciar sus palabras de agradecimiento.
Dios que se hace hombre para elevar la dignidad del hombre, para recuperar esa amistad perdida. Sobre todo, para que ese Dios que se encarna, darnos el mejor ejemplo (…) Ser el mejor modelo para cada uno de nosotros: Jesús servidor.
Dijo que durante su
vida ha procurado ser un hombre de bien. “Y
lo procuraré hacer siempre con la ayuda de Dios”. “Aquí ha ocurrido algo hermoso,
que decía el santo Cura de Ars: me postré consciente de mi nada y me levanté
sacerdote para siempre”.
Había hambre y salió de la vida religiosa
Ése fue sólo un
primer peldaño en su camino vocacional. Ahora, ese deseo que se quedó varios
años “en pause”, se vería cristalizada este 25 de julio, publicó días antes el medio oficial de la Arquidiócesis de Madrid, de donde se
extrae parte de su historia.
Mi cardenal, Baltazar Porras, me dice que estoy enmantillado porque todo se ha ido dando muy bien. En todo el proceso de mi vida he visto la mano de Dios, relató.
Su vocación la
había discernido de joven, pero la tuvo que aparcar por las circunstancias
familiares: “Había hambre, y después de tres años estudiando Filosofía en el
seminario de Caracas y uno y medio en el noviciado de los Hijos de María
Inmaculada, salí de la vida religiosa para dedicarme a la civil”, narró
Roberto Antonio Madriz Díaz.
Trabajó en la educación
y en la administración pública, en un organismo de justicia penal, durante años,
“una gracia de Dios porque toda la experiencia de la vida civil ha sido muy
provechosa”. Cuando le llegó la edad de jubilación, hace siete años, decidió
ingresar en la escuela de diaconado permanente de la Arquidiócesis de Caracas. “Retomé el camino que se había quedado en
pause”. La petición al cardenal para ordenarse sacerdote vino casi de forma
natural, agrega.
¿Cómo será su estadía en España?
El medio eclesial madrileño
indica que, como parte del proceso, el cardenal Baltazar Porras, actual administrador
apostólico de Caracas, “le pidió que hiciera una actualización pastoral y
teológica”, y así es como Roberto llegó a España hace diez meses para estudiar
un Máster de Acción Pastoral en el Instituto Superior de Pastoral de la
Universidad Pontificia de Salamanca. La realidad es que tenía que haber estado
de vuelta en Caracas para su ordenación, prevista el 11 de julio. Pero
la pandemia lo cambió todo y el cardenal Carlos Osoro aceptó la petición del
cardenal Porras para ordenarlo en Madrid.
Antes de la
ordenación de este 25 de julio, solemnidad de Santiago Apóstol, patrón de
España y también de la capital de Venezuela, Roberto, tenía sentimientos
encontrados porque no podría ser acompañado por sus familiares. Estos
estallaron durante sus palabras de agradecimiento al mencionarlos, y más, a su
señora madre.
“Quiero
agradecer mis queridos hermanos, y no puedo dejar de hacerlo, a mi familia”,
dijo. Un nudo en la garganta le impidió continua. Visiblemente sentido, guardó
un discreto silencio, para retomar las palabras tras los aplausos de quienes sí
pudieron acudir a su ordenación. “Por
razones obvias (debido a la pandemia del COVID-19), ya ustedes saben que no pueden estar aquí, sin embargo, se hicieron
muchas cosas para poder traer a mi madre y todo fue infructuoso. Pero hay
que ver la voluntad de Dios en todo esto”, indicó el padre Roberto Antonio.
Abrir surcos de evangelización en la salud
Roberto hizo suya una reflexión del cardenal Porras, de acuerdo a lo que describe el medio eclesial madrileño; luego la ratificó en la ceremonia.
“Somos privilegiados por haber sido llamados, pero esto no implica que vivamos con privilegios; nuestra llamada es para el servicio”.
Igualmente, aunque se se ve sirviendo donde el cardenal
Osoro le necesite porque tiene previsto pasar en Madrid el próximo año también,
es en Venezuela donde anhela servir su vida de sacerdote. Para ello iniciará un
proceso de formación en la salud.
Expresó que el
cardenal Porras le pidió “hiciera un curso de pastoral de la salud,
que estudiaré en los Camilos, porque en Venezuela hace mucha falta abrir surcos
de evangelización en el ámbito de la salud”. El medio publica que hizo referencia
“al Hospital J.M. de los Ríos, en Caracas, el mayor centro pediátrico de
Venezuela, con serias dificultades para facilitar los tratamientos adecuados”.
Desde Venezuela, le han felicitado en todas las redes sociales, valorando el entusiasmo, la constancia y entrega de este nuevo sacerdote. Además, esperan su pronto regreso.
2 Comentarios
Sí Padre. Alabado seas. Tu sabes cuál es el camino que ha de recorrer cada elegido tuyo!! La costumbre siempre ha sido mirar a jóvenes seminaristas. En tu sabiduría confiamos. Protégelo de todo Mal y has tu voluntad en él, como en los otros sacerdotes. Qué se sientan felices de servirte a tiempo completo, sin otros compromisos, que no sea sino una vida de oración perpetua, para pastorearnos, según tu Palabra Padre, tu Iglesia y tu tradición. Alabado seas Señor, que nos distes a otro sacerdote, ayúdanos para ayudarlos. Amén.
ResponderEliminarAmén
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