Los obispos multiplican las acciones de caridad en medio de la crisis humanitaria que se vive en Venezuela, y que no se han detenido a pesar de la pandemia del COVID-19, respondiendo así a los inmerecidos ataques recibidos por parte de Nicolás Maduro
Ramón Antonio Pérez/Aleteia Venezuela
Ago 03, 2020
“La tarde de este viernes, los más necesitados pudieron comer una comida digna. Agradecemos a todos los que hacen que está obra de misericordia sea posible”, dice lleno de alegría el padre Pedro Yegues, en el marco de una “Olla solidaria” que regularmente se realiza en las instalaciones de la parroquia “Niño Jesús y Madre Cabrini”, en Catia, hacia el oeste de Caracas. La olla está destinada a los más necesitados.
El sacerdote -en un video enviado a Aleteia– manifiesta su agradecimiento a la Arquidiócesis de Caracas, a Cáritas de Venezuela, al chef Otto Martínez que elaboró la comida, y a otras organizaciones que le brindaron la colaboración para alimentar a muchas personas. Yegues también transmite la misa a través de las redes sociales, como una manera de no dejar sin el alimento espiritual a la feligresía de su parroquia.
Como las de él, son muchas las iniciativas emprendidas por la Iglesia en Venezuela, para darle respuesta a la crisis humanitaria compleja que acentúa el hambre en la población, y se ha visto reforzada con la llegada de la Covid-19, que ya supera los 160 fallecidos.
En ese contexto, la misión de la Iglesia venezolana, si vale la expresión, es de carácter humanitario, conjugando la caridad espiritual con la dignidad humana y social para los destinatarios del mensaje de Jesucristo. Pero como ha ocurrido en muchos países a lo largo de la historia, la misión no ha dejado de ser blanco de los despiadados ataques de los gobernantes de turno, en el caso venezolano, de Nicolás Maduro Moros.
Maduro pide los templos para pacientes COVID-19
“Ojalá prestaran sus instalaciones (…) prestaran las instalaciones de sus iglesias, de sus conventos, para ingresar personas con coronavirus para su tratamiento. Ojalá prestaran sus instalaciones para ingresar gente que viene del extranjero, connacionales”, dijo a los obispos el pasado 27 de julio a través del canal Venezolana de Televisión. Maduro aseguraba que la petición, es para darle los que regresan: “trato cristiano, solidaridad, para darle el pan al que lo necesite”.
El ataque de Maduro intentaba contrarrestar las críticas recibidas ante las denuncias de maltrato que reciben los migrantes venezolanos al regresar a su país. Un mensaje enviado desde el departamento de medios de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), fue una de las más contundentes respuestas ante el nuevo amago presidencial.
Sustentado en el llamado del papa Francisco a que sea una “Iglesia en salida”, el mensaje recordó las acciones solidarias emprendidas por la iglesia y destinadas a los sectores más desfavorecidos. Algo parecido a lo que el padre Yegues realiza en “Madre Cabrini”.
La CEV expone que, constantemente, el Papa Francisco hace referencia a la “Iglesia en salida”, que debe comportarse como un “hospital de campaña” de la misericordia, en tiempos de dificultad, sobre todo la espiritual.
“La Iglesia en Venezuela ha asumido el compromiso de ser esta Iglesia en salida, atendiendo a los vulnerables desde distintos aspectos del ser humano, en tiempos de crisis como los que se viven hoy, afianzados a causa de la pandemia”, indica la nota del 29 de julio, también recibida por Aleteia.
Atención material y espiritual a los vulnerables
“Desde la difícil decisión de cerrar los templos a fin de prevenir la difusión del COVID-19 entre la feligresía, la Iglesia ha encontrado en los medios de comunicación y las redes sociales el apoyo para continuar compartiendo el mensaje del Evangelio y fortalecer la vida espiritual de los creyentes, en medio de las difíciles circunstancias”, indica la nota.
En ese orden, resaltan que las eucaristías celebradas a puerta cerrada, se transmiten a través de plataformas digitales y medios de comunicación tradicionales en todo el país, “permitiendo a los fieles acudir virtualmente a la Santa Misa y permanecer en comunión espiritual como una sola Iglesia”.
Además, como verdadera “caricia de la iglesia”, la pastoral social Cáritas Venezuela, comprometida con los desfavorecidos, ha intensificado sus campañas sociales para seguir asistiendo a los que más sufren la crítica situación ante la escasez de alimentos y medicamentos, entre otras necesidades fundamentales. Destacan la Campaña Compartir 2020, cuyo tema central: “Agua para todos” les llevó a distribuir miles filtros potabilizadores de agua en sectores vulnerables del país como barriadas y caseríos.
También ha desarrollado la campaña: “Un gesto de solidaridad”. En esta iniciativa permitió a todas las arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos del país, a través de sus Cáritas, llevar kits alimenticios para las familias más desfavorecidas, resultando un estimado de 800 núcleos familiares beneficiados en cada jurisdicción eclesiástica.
“Un gesto de solidaridad” fue una actividad en la que se entregaron alrededor de 20 mil kilos de alimentos, o como lo expresa Cáritas de Venezuela, “20 toneladas de amor, 20 toneladas de solidaridad”, indican desde la CEV. El proyecto ha sido apoyado por organizaciones internacionales que colaboran ante la compleja situación del país.
“Cáritas proyecta crear un hito en el tema alimentario, a manera de exhortar a otros entes y sociedad civil que desee sumarse a la misión en la que juntos podemos alimentar y asistir a más necesitados”, dicen desde el departamento de medios de la CEV, dirigido por el sacerdote y comunicador social Pedro Pablo Aguilar.
Se conoció que las “Ollas solidarias”, un trabajo que consiste en entregar alimentos elaborados a los más necesitados y que desarrollan de hace muchos años, no se detuvieron a causa de la pandemia. “Antes bien, se han adaptado a la realidad actual, y los voluntarios de las diversas parroquias y Cáritas del país, cumpliendo medidas preventivas, continuaron realizando almuerzos para los desfavorecidos”.
Salud y bienestar prioritarios en tiempos de COVID-19
Las farmacias de las Cáritas en todo el país, adaptaron su sistema al distanciamiento social, de forma tal que quienes necesiten algún tipo de medicamento pudieran contactar a la farmacia por vía telefónica y confirmar si había disponibilidad del mismo, para luego hacerlo llegar a las personas sin dejar de aplicar las normas sanitarias.
Destacaron que Cáritas de Venezuela, “apoyada en los especialistas de medicina que forman parte de su red de voluntarios, también ha realizado campañas en redes sociales para generar conciencia sobre la gravedad del coronavirus COVID-19 y las medidas preventivas a aplicar para evitar su propagación”.
La propuesta encierra mala intención
El atrevimiento presidencial también encontró otras respuestas de algunos prelados. “Nicolás Maduro, en vez de estar diciendo por televisión que los obispos dispongan las iglesias para atender a los pacientes con COVID-19, lo que debe hacer es ponerse los pantalones y llegar hasta la Conferencia Episcopal para ver qué tipo de colaboración puede prestar la Iglesia”, reveló Roberto Lückert León, arzobispo emérito de Coro.
“Su propuesta encierra la mala intención, para decir después que la Iglesia se desentiende de los enfermos. Pero no es así. Las iglesias en Venezuela, como en todo el mundo, no tienen condiciones para albergar pacientes de coronavirus”, expuso al diario El Impulso monseñor Lückert, también presidente de la comisión de medios de la CEV.
Por su parte, el titular de esta iglesia arquidiocesana, monseñor Mariano Parra Sandoval, el viernes 31 de julio, propuso al gobierno de Maduro “adaptar los cuarteles militares para recibir a las personas contagiadas por Covid-19”, en vez de los templos.
“Usar los templos para albergar a los infectados por el virus no tiene sentido”, expresó. Recordó que “la iglesia venezolana -a través de Cáritas- colabora con la población distribuyendo medicinas, alimentos y atención a la ciudadanía”, dijo al portal El Pitazo.
Cáritas inicia campaña para recaudar fondos
Recientemente, Caritas de Venezuela inició una campaña de recaudación de fondos para la compra de implementos y equipos de protección médica, destinados al personal de salud ante el gran reto al que se enfrentan los médicos, enfermeras y todos quienes se encuentran en la primera línea frente a la pandemia.
El personal sanitario es se arriesga diariamente al contagio del virus, al no contar con los recursos y suministros suficientes en bioseguridad, dicen acertadamente los obispos. Piden a quienes deseen colaborar ingresar a la CEV para conocer los detalles.
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