Venezuela: ¿Es la cárcel un espacio para encontrar a Dios?




Fotos: Prensa Diócesis de Barinas

No todo lo que sucede dentro de los penales en Venezuela es negativo. También ocurren cosas buenas. Y más, cuando la Iglesia católica se hace presente en estos recintos aferrada a la expresión de Jesús: “Porque estuve en la cárcel y fuiste a verme”. Esta es la línea de trabajo que realiza la pastoral penitenciaria del seminario “Nuestra Señora del Pilar”, en la diócesis de Barinas, cuyo rector es el padre Jacson Méndez Moronta.

El sacerdote visitó el Internado Judicial de Barinas (INJUBA) junto a un grupo de seminaristas, para que los “futuros hombres de Dios”, se sensibilizaran ante la dura realidad humana de las cárceles y así fortalecer el trabajo que la iglesia realiza en favor de los privados de libertad en Venezuela.

La visita se cumplió en compañía de las hermanas Silaida Pinto y Solange Muñoz (Comunidad Carismática Jesús es Señor) y a su vez, periodistas de la emisora católica María Reina 93.3 FM. Llevaron su “cercanía, consuelo y esperanza tanto a hombres como a mujeres privados de libertad en INJUBA; y además, celebraron misas en las que los reclusos participaron con sus familiares y amigos”, según reportes de la diócesis.

Jacson Méndez señaló que la misión principal de la pastoral penitenciaria es la evangelización de las personas recluidas para reconstruir su dignidad de hijas e hijos de Dios, en seguimiento del mandato de Jesucristo: “Ir, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que he mandado”, dijo citando el evangelio de san Mateo.

¿Es la cárcel, un espacio para encontrar a Dios?


El padre Jacson atiende de esta manera al llamado del papa Francisco que invita a ir las periferias existenciales que necesitan testigos, pastores que sean misericordiosos, y se hagan cargo de las personas, acompañándolas como el Buen Samaritano que lava, limpia y consuela a su prójimo, pues Dios es más grande que el pecado.

Explicó que esta misión consiste en hacer cercano el Evangelio a los hermanos que por algún motivo se encuentran privados de libertad. “Se trata de llegar y considerar a todos como hijos de Dios y por tal, merecen un trato respetuoso y humano”, indicó.

Precisó que la prisión es un lugar de encuentro con el hermano sufriente, “donde se revela Dios escondido en la miseria humana”. Por esta razón, “la Iglesia busca identificarse con el Cristo pobre y solidario, en este caso de un Cristo privado de libertad, que busca la justicia”, acota el padre Méndez Moronta.

Pastoral de la libertad


Cabe indicar que entre las conclusiones de la reciente Asamblea Nacional de Pastoral, se propone que las “diócesis con sus instancias de servicio social, promoverá la pastoral social especializada (Salud, Cárceles, Indígenas, migrantes, afrodescendientes, medio ambiente), que privilegie la atención a los más pobres desde la propia realidad diocesana o parroquial”.

Un compromiso que implica realizar proyectos y actividades “para acercarse a los presos y sus familias”, y que en el caso de la diócesis de Barinas “lo hace a través de la pastoral penitenciaria, que trabaja a favor de las personas privadas de su libertad”, tal como indica la nota.


De acuerdo con su experiencia, el padre Jacson Méndez repetía lo que esta pastoral recuerda desde siempre: “que en los internos hay necesidad de Dios, independientemente de la actitud y del error que haya cometido el hermano recluso”. 





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