Pareciera no haber caminos
por donde detener las intransigentes posturas de los personajes más influyentes
del gobierno nacional. Cada vez que habla un representante de la Iglesia, el
sector más recalcitrante de la clase socialista criolla, por no contrariar
directamente al Papa Francisco, descarga sus iras contra los sacerdotes
venezolanos.
Ramón Antonio
Pérez / @GuardianCatolic
La situación de confrontación que vive Venezuela, quiera el
gobierno o no, el punto medio le ha tocado a la Iglesia católica, aunque ante
cada invitación de los voceros de ésta, la respuesta sea una andanada de
ofensas y vinculaciones de los líderes religiosos con supuestos golpes de
Estado.
El
turno le ha tocado, nuevamente, al Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa
Savino, quien se ha topado con el veneno que esparce a todo el país desde el Canal del Estado,
Diosdado Cabello, el malcriado presidente de la Asamblea Nacional.
Ya
no es Chávez, con sus amores y desamores hacia la Iglesia, en la que consideró tener
amigos pero también enemigos a quienes invitó a verse en el propio infierno, lo
que no se puede asegurar se haya cumplido después de dos años, “oficialmente”
hablando. Ahora el triste papel del Robespierre de la revolución, lo está
jugando Cabello, que contrariando a su nombre, de Dios nada le ha dado, a la
iglesia venezolana.
El
Cardenal Urosa, pidió el martes 3 de marzo, “hacerle caso” a las palabras de
Francisco, pero Cabello, antes que mostrarle mala cara al llamado del Santo
Padre, arremete contra Urosa, descredita sus palabras y da un portazo al dialogo
nacional.
Cabello
considera las palabras del Cardenal como una postura favorable al supuesto
golpe de Estado contra el gobierno de Maduro. “Señor Urosa, pregúntele al padre
Freites si habrá o no golpe de Estado. ¿Qué clase de pregunta hace esta persona
que debería dar el ejemplo y llamar a quienes él sabe, están detrás de esta
intentona?”, espetó el diputado en el programa de VTV, “Con el mazo dando”.
Insistió
en atacar a la Iglesia, indicando: “con todas las pruebas que se han presentado
sobre un golpe de Estado el jefe de la iglesia aquí en nuestro país se hace esa
pregunta, si hay o no un golpe”, sentenció pretendiendo desacreditar al
Purpurado.
¿Es
que acaso Cabello no leyó bien lo que dijo el Papa Francisco? ¿Qué está buscando
Cabello con querer desacreditar al Cardenal Urosa? ¿Por qué asoma el nombre de
otro sacerdote, el Padre Freites, que le conoce muy bien? ¿Con la Iglesia, sí o no, definan de una vez?
No
hacen falta muchas vueltas para entender que Cabello, (aquí pregunto; ¿con el
visto bueno de Maduro?), pretende dañar a la única institución que puede garantizar
un punto de encuentro entre los venezolanos como ha sido, es y será, la Iglesia
católica.
Aunque
él prefiera promover una confrontación y atizar la intolerancia, el llamado de
paz, diálogo y concertación de la Iglesia cada día es más fuerte y apegado al
cobijo de Dios, de Jesucristo y de la Virgen de Coromoto, como pidió el Papa
Francisco.
“¡Diosdado,
chico, tienes que hacerle caso a las palabras del Papa!”, dirían en la Iglesia.
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