JORNADA POR LOS ENFERMOS EN LA ARQUIDIÓCESIS DE CARACAS |
Invitó a valorar,
darles ánimo y fortaleza a las personas enfermas, “porque en su lecho son la
carne sufriente de Cristo”
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Caracas, 15 de febrero de 2015.-
Monseñor Adán Ramírez Ortiz, hizo un llamado a “orar incesantemente”, “valorar
y acompañar”, además de “darles mucho ánimo y fortaleza a las personas enfermas,
porque en su lecho son la carne sufriente de Cristo”. Sus
palabras las pronunció el 11 de febrero, durante una eucaristía que presidió en
la Basílica “Santa Teresa” de Caracas, como parte de la Jornada Mundial del Enfermo
convocada por el Papa Francisco este año.
La Jornada Mundial de los Enfermos fue instituida por Juan Pablo II, el 13 de mayo de 1992, para celebrarse cada 11 de febrero en memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes, y “con el objeto de sensibilizar al pueblo de Dios, instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos”.
La Jornada Mundial de los Enfermos fue instituida por Juan Pablo II, el 13 de mayo de 1992, para celebrarse cada 11 de febrero en memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes, y “con el objeto de sensibilizar al pueblo de Dios, instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos”.
El
párroco de Santa Teresa habló desde un ambón en el que destaca una imponente
águila símbolo de la agudeza y contenido del Evangelio de San Juan, aunque en
esta ocasión la lectura estuvo tomada del evangelista San Lucas, donde se narra
la Parábola del Buen Samaritano.
“Nunca se hace más valedera nuestra oración cuando
se trata de orar por nuestras propias enfermedades, dolencias corporales y
espirituales; pero sobre todo, cuando nuestra oración está dirigida en intersección
y en favor de los hermanos que sufren”, dijo el también moderador de la
curia arquidiocesana.
Explicó
que “cuando
el hombre atraviesa el túnel del sufrimiento, especialmente aquél que tiene fe,
vislumbra al final la luz de Cristo, constituido por Dios Padre como el mediador
y como el médico perfecto de nuestra alma”. La oración y la solidaridad
con las personas enfermas no dejaron de estar presente en su mensaje. “Orar
hoy por nuestros enfermos es una cosa buena y justa”, indicó a la
feligresía.
“El
mismo San Juan Pablo II, al instituir esta Jornada mundial de oración por los enfermos,
nos regalaba aquella bella Carta Apostólica titulada: ‘El Sufrimiento Salvífico’.
Es decir, para un cristiano, el sufrimiento visto desde la Cruz de Cristo, está
dado en clave de salvación”, dijo Monseñor Adán Ramírez.
“Para
una persona que no tiene fe, el sufrimiento es estéril, es un absurdo, pero
para el cristiano es una manera de identificarse en el Cristo paciente que
cargó nuestras culpas y dolencia y se hizo uno con nosotros”, reiteró
en su mensaje.
Sacramentos de Cristo para el
enfermo
Enseñó
que Jesucristo se acerca a las personas enfermas a través de los sacramentos. “Existen
tres Sacramentos que nos hablan de sanación, curación y fortaleza, a los cuales
debemos acudir con piedad, con mucha fe y confianza en Dios”, dijo,
para luego hablar de la penitencia, la unción de los enfermos y la comunión.
En
primer lugar habló de la Penitencia, considerándolo “el sacramento de sanación por
excelencia”, según explicó a la feligresía. “Acudir a la Confesión es
encontrar la fortaleza para sentirnos en nuestro diario caminar, sanados de
nuestras dolencias, especialmente del pecado”, dijo el sacerdote nacido
el 23 de febrero de 1964.
Luego
mencionó a la Unción de los enfermos, describiéndolo como “el segundo
sacramento de sanación y curación de las enfermedades corporales y espirituales”.
Más adelante expresó que la Iglesia, en estos últimos tiempos, especialmente, a
raíz de la reforma emanada del Concilio Vaticano II hace más de 40 años, cambió
pastoralmente el significado de este sacramento tan importante.
“Antes,
por el mismo hecho de cómo se le denominaba, se le tenía mucho temor”,
dijo. “Se le llamaba a este sacramento la extremaunción, es decir, era lo
último que recibía la persona de fe, la persona bautizada en su vida. Ya no se
llama así. Se le ha dado lo que es su verdadero significado: lo que quiso
Cristo instituir desde el principio. Se le llama la Unción de los Enfermos. Y
es un sacramento que no se recibe una sola vez, sino que se puede recibir
muchas veces, principalmente, cuando estamos pasando por el momento difícil de
la enfermedad”.
Explicó
que “cuando un bautizado se va a someter a un intervención quirúrgica, es
saludable que acuda a este sacramento no sólo para su fortaleza cristiana sino
además para que sea restituido en la
gracia y perdonar sus pecados. Además, alertó: “este Sacramento sólo lo puede
administrar el sacerdote”, ya que muchas personas son engañadas, por
ejemplo, con los aceites de las sectas cuasi cristianas como esa que se hace
llamar ‘Pare de Sufrir’, entre otras. “Lo que hacen es estafar el pueblo
cristiano en su fe y económicamente. Eso no tiene ningún sentido”, acotó.
En
tercer lugar habló de la eucaristía, sosteniendo que “este sacramento también tiene que
ver con sanación porque nos da fortaleza y nos anima a seguir adelante”.
Refirió que “nos ayuda a alimentar nuestra Fe, escuchar la Palabra de Dios, viva
y eficaz, y hacerla vida en nosotros”, permitiendo, “alimentarnos con su
Palabra y con su Santísimo Cuerpo y Sangre, remedio saludable frente a tantas
cosas por las cuales estemos pasando o padeciendo. Un alimento que ayuda en
medio de las dificultades”.
Procesión con velas para Lourdes
Antes
de culminar la celebración religiosa, Monseñor Adán Ramírez Ortíz, encabezó una
profesión que recorrió la Basílica hasta llegar a la Gruta de Nuestra Señora de
Lourdes, ubicada en una de las puertas del lado este del templo.
Allí
fueron elevadas oraciones en recuerdo a la aparición de la Nuestra Señora de
Lourdes, según refiere el historial sobre las dieciocho apariciones de la
Virgen María, observadas por Bernadette Soubirous, en la gruta de Massabielle,
a orillas del río Gave de Pau, en las afueras de la población de Lourdes,
Francia, en 1858.
NUNCIO APOSTÓLICO el MIÉRCOLES de
CENIZA en la BASÍLICA.- Monseñor Adán Ramírez Ortíz,
invitó a la feligresía para que asistan a este templo el Miércoles de Ceniza, a
las 5 de la tarde, para iniciar el tiempo de Cuaresma. “La eucaristía será presidida por el
Nuncio Apostólico, Monseñor Aldo Giordano, quien confirmó esta grata noticia
para todos”, concluyó el sacerdote.
0 Comentarios
Comentarios de Nuestros Visitantes
Agradecemos sus comentarios, siempre en favor de nuestra Fe Cristiana Católica y de manera positiva. Si considera válido su comentario para ser publicado, se agradece no usar una cuenta anónima o desconocida.