El autor de esta entrevista realiza
su contenido netamente imaginario basada en sus conocimientos y estudios del beato
José Gregorio Hernández Cisneros por más de 40 años
Publicado el 12 de agosto de 2023
Hace algunos años
realicé un artículo donde le hacía una entrevista imaginaria al Dr. José
Gregorio Hernández Cisneros, entre las preguntas que le formule, una de ellas fue ésta:
¿Nos gustaría
saber, cómo es un día normal en la vida del Doctor Hernández?
-Bueno quisiera en
primer lugar saludar a todos mis compatriotas y también aquellos que no han
nacido aquí, pero han adoptado este país como suyo.
Le diré lo
siguiente: Siempre he sido muy madrugador, al levantarme doy gracias a Dios por
haberme permitido abrir los ojos a un nuevo día, luego tomo el rosario y saludo
a la Santísima Virgen todas las mañanas, costumbre que se convirtió en un
hábito en mi persona y que me fuera inculcada por mi madre desde muy niño.
Luego tomo una
ducha y me dispongo a eso de las 5:45 de la mañana para ir a misa en Santa
Capilla, en el trayecto voy orando, y pidiéndole a Dios, que me ilumine para
cumplir con Él y con el prójimo, en ese nuevo día. Y después regreso a casa
para desayunar. Allí realizo un pequeño itinerario de mis visitas médicas, con
el fin de hacer la mejor ruta para no perder tiempo en el camino. Guardo en mis
bolsillos antes de salir, algunas golosinas, y parte de mi desayuno para
repartírselos a los pobres en el camino, cosa que no saben mi tía y mi hermana,
de lo contrario se molestarían conmigo.
Le noto una pícara
sonrisa y me dice:
-Confío en su
discreción mi querido amigo.
Y le contesto; que
no se preocupe Doctor Hernández, yo le guardaré el secreto.
- Al dar las 8:00
de la mañana, me dispongo a salir para a realizar las visitas a domicilio de
mis pacientes tanto a los pudientes como a los pobres, la cual finalizo a eso
de las 11:45 am, entonces es cuando regreso a casa para almorzar a las 12:00
del mediodía. Después en la tarde tengo consulta con mis pacientes menos
favorecidos de 1 a 2 y 45 pm, en mi casa. Luego me dirijo al Colegio Villegas a
dar clases, ya que la Universidad desafortunadamente se encuentra cerrada en
estos momentos. Permanezco allí hasta las 5:40 de la tarde más o menos, que es
cuando regreso de nuevo a casa. No acostumbro salir de noche, salvo que sea un
caso de suma urgencia. Tiempo que escojo para leer, orar y tocar el piano. Eso
podríamos decir brevemente, que es mi rutina diaria. Y te cuento para que lo
tengas presente siempre en tu vida: “Un solo acto bueno no engendra virtud”
¿La gente dice
Doctor Hernández que usted tiene fama de Santo; se considera usted un Santo?
-Todos los hombres
están llamados a la santidad… pero no me considero un santo, creo que me faltan
muchos méritos para serlo. Sin embargo, me he limitado siempre a cumplir con mi
deber, así como también los mandamientos de la ley de Dios... Te diré algo que
quiero traerte a colación por la pregunta que me haces; ayer en la tarde una
señora se me acercó y me dijo: -
“Admiro su
espíritu de sacrificio y desprendimiento. Y aprovecho esta entrevista para
recomendarles a todos los que nos leen por este medio de comunicación, lo mismo
que le dije a la amable señora: “Es muy poco lo que hago, además usted lo puede
hacer tan bien como yo. Dios es igual para todos. Hay que responderle con
generosidad. Cuando uno se acerca a Él, Él también se arrima a uno. De ese modo
las cruces y afanes de la vida se convierten en medios de santificación”.
Nos hemos enterado
que le gusta la pintura y que ha incursionado en ella ¿qué nos puede decir al
respecto?
-He pintado muy
poco en realidad, pero pinté dos cuadros al óleo que los conserva mi hermano
Cesar en su casa, nada del otro mundo artísticamente hablando, pero a mí me
gustan apartando la modestia…
Se sonríe y de
igual forma lo veo y me sonrío con él y agrega: fue un Sagrado Corazón de Jesús
y El Corazón Inmaculado de la Virgen María, que realice en 1888 en Isnotú....
Existe un excelente trabajo de investigación,
realizado por la Doctora y amiga; María Matilde Suárez, de José Gregorio
Hernández, publicado por El Nacional en el 2005, pág. 84, y que me gustaría
compartir con todos ustedes, y dice así:
…El 7 de diciembre de 1899, el doctor Hernández ingresó a la Venerable Orden Terciaria Franciscana, por lo que asistía con frecuencia a la Iglesia de las Mercedes y tuvo amistad con los misioneros franciscanos capuchinos. El 10 de enero de 1908 se inscribió como cooperador de la Casa de Niños Pobres. También en Caracas perteneció a la Cofradía de Nuestra Señora de El Carmen y fue fundador del Centro Católico y a pesar de sus múltiples ocupaciones, tuvo tiempo para dirigirlo.
De sus ingresos personales pagaba el alquiler de la casa donde
funcionaba esa institución y los materiales utilizados en la Secretaria. Era
amigo de las Hermanas de la Caridad. Honraba a los sacerdotes. Asistía a las
ceremonias católicas, practicaba la austeridad, estimulaba la esperanza de los
pobres, consolaba a los afligidos y a los enfermos, cumplía con los
mandamientos de la Ley de Dios, jamás se le escuchó decir algún improperio.
A las 8 de la
noche, después de cerrar el portón de su casa, se recogía en su cuarto a orar
bajo la luz de una lámpara de querosén. Hacía vigilia y se quedaba hasta tarde
leyendo obras piadosas y actualizando sus conocimientos médicos. Su sueño era
ligero, se levantaba muy temprano para asistir a misa, hacía penitencias en el
más riguroso secreto y ayunaba con frecuencia; a diario usaba cilicios, era un
asceta verdadero, sobrio en la comida, no ingería bebidas alcohólicas,
acostumbrado a beber agua y jugos de frutas. Antes de sentarse a la mesa
bendecía los alimentos y, al terminar, daba gracias a Dios.
Desde muy joven se
inició en la práctica de la devoción de la Santísima Virgen, a San José, a
Nuestra Señora de las Mercedes, al Sagrado Corazón de Jesús, Corazón Inmaculado
de la Virgen María, y a la entonces beata Margarita María de Alacoque. Rendía
culto público a la Santísima Trinidad, a la Encarnación del Verbo y al Santísimo
Sacramento del Altar. Su patrona más cercana fue Nuestra Señora de las
Mercedes, tenía una imagen tallada en madera en su habitación y su patrono era
San José, cuya imagen reposaba en la sala de su casa sobre una mesita, al lado
de la mecedora donde se sentaba a atender a los pacientes.
Veneraba también
Nuestra Señora de Lourdes, a la del Santísimo Rosario patrona de Isnotú, y a
Nuestra Señora del Carmen. Por la mañana al mediodía en la tarde, rezaba con
mayor devoción el Ángelus. Daba a Dios gracias por haber nacido en la religión
católica, pedía misericordia para él, para sus familiares y amigos y por la
conversión de los pecadores.
Rezaba el Credo,
el Trisagio y el Santo Rosario, arrodillado en las Iglesias. Era visitante
asiduo de la Iglesia de las Mercedes y de Santa Capilla, donde a diario oraba
fervorosamente ante el Santísimo Sacramento. El día de su muerte fue ese la
última Iglesia que visitó.1*
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¿Sabías que el Beato José Gregorio Hernández enfermó gravemente de Fiebre Tifoidea?
El Doctor José Gregorio Hernández Cisneros y sus alumnos ¿Qué opinión tuvieron de él?
Fuentes:
1*Fuente: William Rodríguez Campos
/ ITER /Revista Teológica/ Especial JFH 2018
1 Comentarios
Excelente artículo y verdaderamente el Beato José Gregorio Hernández tenía muchos talentos: profesional, profesor, escritor, músico, políglota y hasta dos cuadros que pintó. También es admirable como sacaba tiempo para cumplir con sus obligaciones personales, profesionales y cristianas. Un ejemplo a seguir.
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