La Diócesis de San Cristóbal celebró la fiesta de Nuestra
Señora de la Consolación conocida como “La flor más bella de los andes”, en la
que monseñor Mario Moronta, hizo una súplica de alto contenido social y moral
sobre la realidad de Venezuela
Publicado el 16 de agosto de 2023
Tú eres “Consoladora de los afligidos”. Hoy reiteramos nuestra fe y nuestra confianza en ti, Madre intercesora. Concédenos, por tu intercesión, la gracia de la valentía profética para denunciar el pecado del mundo y anunciar la Palabra de la Verdad. Que sigamos siendo tus hijos que experimentamos tu amor y no nos encerramos en nuestros propios criterios, sino que abrimos nuestros corazones para que allí reine al amor de Dios.
La
frase corresponde a la súplica que monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez,
obispo de la Diócesis de San Cristóbal, hizo el martes 15 de agosto de 2023, a Nuestra
Señora de la Consolación, Patrona del Táchira, y “la flor más bella de los
andes”.
En
esta ocasión, la Iglesia festejó también la Solemnidad de la Asunción de la
Virgen María al Cielo, una celebración que data oficialmente desde el 15
de agosto de 1950.
La celebración eucarística estuvo presidida por monseñor Helizandro Emiro Terán Bermúdez, arzobispo metropolitano de Mérida, y concelebrada por monseñor Moronta, junto con monseñor Juan Ayala, obispo auxiliar de San Cristóbal, y los monseñores Luis Alfonso Márquez y Ramiro Díaz. También participaron numerosos sacerdotes del presbiterio diocesano y una gran multitud de fieles.
María estuvo en los momentos difíciles de Jesús
En
su homilía, monseñor Terán Bermúdez destacó la figura donativa de la Virgen
María en todas las dimensiones de su vida terrena. “María es una pequeña y gran
mujer, que dio un sí a Dios, que nos dio la vida. La ternura de Dios, se acerca
a nosotros, en la persona de María. Ella nos muestra a Jesús, su hijo amado.
María supo seguir en silencio a su Hijo”, expresó el obispo metropolitano de
Mérida.
Más
adelante destacó que “ella no estuvo presente en los momentos de gloria de su
Hijo como en su Transfiguración en el monte Tabor, o cuando multiplicó panes y
peces y lo querían proclamar rey, ni tampoco cuando resucitó a Lázaro y muchos
creyeron en Él, ni cuando le aclamaban hijo de David en su entrada gloriosa a
Jerusalén. María estuvo en los momentos duros y difíciles de su Hijo”.
También advirtió la necesidad en que los cristianos conozcan verdaderamente a Jesucristo.
Si olvidamos a Jesucristo, a la figura de María se queda en una especie de mito. Son muchos los cristianos que se dicen y se sienten devotos de la Virgen, pero no conocen a Cristo; en el fondo, no han conocido a Dios ni han tenido un encuentro profundo con Jesucristo, y por eso les falta esa pasión por Dios que caracteriza al genuino creyente, recordó en la homilía que se puede leer Aquí.
Mario Moronta: “Eres la Consoladora de los afligidos”
Durante
la oración realizada hacia el final de misa, monseñor
Mario Moronta suplicó por los presos políticos y los migrantes venezolanos; por el sistema
de salud, médicos, enfermeros y empleados; por los niños, jóvenes y adultos que
sufren la trata de personas, son esclavizados y sus órganos extraídos para el
tráfico ilegal e inhumano.
El
obispo diocesano y primer vice presidente de la Conferencia Episcopal
Venezolana, no dejó de defender “la auténtica familia” en los siguientes términos:
A ti te presentamos en esta hora, nuevamente, la angustia de tantos padres de familia que ven a sus hijos ser arrebatados del camino del bien por la droga, el relativismo ético y por quienes pretenden imponer ideologías que destruyen la integridad de la persona humana y de la auténtica familia.
Las
súplicas de Moronta cada vez cobraban fuerza “en favor de los más frágiles de
la sociedad, por quienes sufren y lloran”, según se desprende de la nota de
prensa enviada desde la Diócesis de San Cristóbal para El Guardián Católico.
Por
la importancia de su contenido, publicamos íntegra la oración de monseñor
Moronta de este 15 de agosto de 2023:
PLEGARIA A NUESTRA SEÑORA DE LA
CONSOLACIÓN
15 DE AGOSTO 2023.
Al
terminar la celebración eucarística en tu honor ¡Santísima Madre de la
Consolación! Te presentamos nuestra sencilla y sentida plegaria en nombre de
este pueblo fervoroso del Táchira en comunión con todos los hermanos de
Venezuela. Eres la Madre de Dios, tu título más excelso e importante. Con ello,
no sólo te has convertido en la puerta de entrada del Dios humanado, tu Hijo,
en la historia de la humanidad, sino también desde la Cruz fuiste entregada a
nosotros como Madre amorosa, inmenso don de Jesús para que nos acompañaras a
través de los siglos en todos los pueblos del mundo hasta los confines de la
tierra.
Te
hiciste presente en medio de los pueblos y fuiste recibiendo títulos y formas
de identificarte como intercesora de cada uno de nosotros ante la Trinidad
Santa. Desde, prácticamente, los inicios de la historia de la Iglesia fuiste
reconocida como “Consoladora de los afligidos” (“Consolatrix aflictorum”). Y,
en los inicios de la en estas tierras tachirenses fuiste recibida como eso,
“CONSOLADORA”. Desde esos tiempos el Táchira repite con fervor “¡Gloria a la
Virgen que alumbró su historia! Por la Reina un canto de victoria, por la madre
un cántico de amor”.
Hoy,
de nuevo, al igual que todos los años, acudimos como peregrinos para
reconocerte cual Madre, Reina y Consoladora, con la certeza de nuestra fe que
te reconoce como Madre de Dios y que nos invita a hacer todo lo que Él nos diga
y enseña. Cuales peregrinos, con corazón abierto confiamos que nos atenderás y
conseguirás de tu Hijo las gracias que necesitamos para permanecer fieles en el
compromiso de ser discípulos misioneros para ir al encuentro de todos y
anunciarles el Reino de justicia, paz, verdad y amor.
Eres
“Consoladora de los afligidos”. Entonces, con confianza te pedimos por tantos
hermanos que sufren aflicción por enfermedades del cuerpo y del espíritu. Te
rogamos por ellos y por sus familiares. Que la salud que requieren sea
fortalecida o restablecida para seguir siendo testigos convincentes del
evangelio. Acompaña con tu intercesión a quienes los cuidan y buscan su salud:
los médicos, los enfermeros y enfermeras, los trabajadores en el campo de la
salud. Bendice con tu protección su acción sanadora. Que la aflicción y el
dolor de los enfermos sea superado gracias a tu mediación ante el Dios de la
vida.
Eres
“Consoladora de los afligidos”. A ti te presentamos en esta hora, nuevamente,
la angustia de tantos padres de familia que ven a sus hijos ser arrebatados del
camino del bien por la droga, el relativismo ético y por quienes pretenden
imponer ideologías que destruyen la integridad de la persona humana y de la
auténtica familia. También te presentamos la tristeza de tantas familias que
están viendo alejarse y romperse sus hogares cuando muchos de sus miembros,
buscando un mejor porvenir sale de nuestro país hacia destinos inseguros a lo
largo del mundo. No dejes de proteger a quienes buscan un mundo mejor, pero ven
a sus hijos atrapados en las redes de mafias que los conducen a oscuros caminos
de droga, prostitución, violencia y maldad.
Eres
“Consoladora de los afligidos”. Te presentamos la indefensión y el dolor de
tantísimos migrantes, menospreciados en los caminos del mundo, en la selva del
Darién, en las costas del Caribe y del Atlántico, considerados como intrusos y
material de descarte por las naciones que se creen dueñas del mundo y que,
contradictoriamente, dicen ser adalides en justicia y paz. Te recomendamos a
los pueblos que están sufriendo la guerra o la presencia actuante de grupos
irregulares y violentos que quieren imponer su dominio irrespetando al ser
humano, imagen y semejanza del Dios del amor.
Eres
“Consoladora de los afligidos”. No dejes de atender a quienes están privados de
libertad. Que quienes deben pagar por sus actos encuentren la esperanza que les
da el Evangelio de tu Hijo a fin de que cambien de vida. Y también por quienes,
en los centros de reclusión, esperan por muchísimo tiempo ser atendidos por
quienes deben practicar la justicia y, sin embargo, alargan los procesos y
buscan con oscuros intereses desvirtuar la misma y auténtica justicia.
Eres
“Consoladora de los afligidos”. Madre de los pobres y excluidos. Te pedimos
auxilies a tantos hermanos nuestros que sufren la pobreza porque no tienen lo
necesario, o no les alcanza el pobre salario que reciben o porque están
sufriendo tantos tipos de opresión. Que ellos sigan siendo sacramento de tu
Hijo Cristo quien se hizo pobre para enriquecernos a todos, pero que la misma
sociedad iluminada por la Palabra de vida se decida a crear la civilización del
amor y eliminar con equidad, solidaridad y fraternidad tanto la pobreza como
sus causas.
Eres
“Consoladora de los afligidos”. Acudimos a ti para que nos ayudes a superar
todo aquello que nos pueda dividir o enfrentar innecesariamente, causando
rabias, odios y desesperanza. Sabemos que siempre nos acompañas y nos escuchas.
Te pedimos desde este Táchira querido, que se construya la paz en Venezuela, en
Colombia nuestra hermana, en América y el mundo.
Eres
“Consoladora de los afligidos”. Con la seguridad de que nos escuchas también te
queremos pedir por quienes afligen a nuestra gente y pueblos. Toca su corazón
para que cambien y se unan a la legión de seguidores de tu Hijo el Salvador y
Liberador de la humanidad. Te pedimos por quienes se dedican al oscurísimo,
degradante y criminal negocio de la droga –sus fabricantes y traficantes… por
quienes pretenden desvirtuar la dignidad de los seres humanos… por quienes
abusan de los hermanos, en especial de los más pequeños y vulnerables… por
quienes venden niños, adolescentes y jóvenes sea para la prostitución o para
colocar sus órganos en un mercado sucio e inhumano… por quienes esclavizan a
tantos migrantes en los campos de concentración para ser manipulados,
convertidos en obreros de sus maldades, y para enriquecerse vilmente…. Por los
así llamados “coyotes”, que junto con grupos de personas que se dicen de bien,
venden paquetes de miseria y opresión a gente incauta y necesitada… por quienes
se dedican a la corrupción y piensan que ése es el estilo de vida que ha de
imponerse… por tantos dirigentes, políticos, sociales, religiosos que, desde la
acera de enfrente no son capaces de servir al pueblo sino valerse de él para
sus prebendas y privilegios… por quienes se dejan llevar del egoísmo y prepotencia que crea división y exclusión…
por quienes se olvidan que ningún niño, adolecente, joven, adulto o anciano son
hijos de Dios y no entienden que ninguno de ellos está en venta al mejor
postor…
Tú
eres “Consoladora de los afligidos”. Hoy reiteramos nuestra fe y nuestra
confianza en ti, Madre intercesora. Concédenos, por tu intercesión, la gracia
de la valentía profética para denunciar el pecado del mundo y anunciar la
Palabra de la Verdad. Que sigamos siendo tus hijos que experimentamos tu amor y
no nos encerramos en nuestros propios criterios, sino que abrimos nuestros
corazones para que allí reine al amor de Dios.
Tú eres “Consoladora de los afligidos”. Así te reconocemos y te honramos. Vemos en tu imagen bonita y secular, llena de historia, lo que eres para nosotros: Madre de Dios, Madre Nuestra, Consoladora del Táchira y del mundo, estrella de la evangelización… la flor más bella de los Andes venezolanos. Recibe nuestro homenaje. Sabemos que nos escuchas y nos confiamos a tu maternal intercesión. Dile a tu Hijo, que lo amamos y es el centro de nuestra vida. Nos reconocemos con alegría cuales hijos del Padre y contamos con la fuerza e inspiración del Espíritu Santo. Estás con nosotros y eres el orgullo de nuestro pueblo así te reconocemos… por eso cantamos: El Táchira te aclama por Madre v Soberana, por Ti florezcan, siempre, la rosa y el laurel, Que sea toda tuya la gloria del mañana Lo mismo que fue tuya la gloria del ayer. AMÉN.
+Mons.
Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal
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