Al menos 2.250
mujeres y niños ha sido retenidos como rehenes, denunció la responsable adjunta del
Alto Comisionado de los Derechos Humanos, Flavia Pansieri, sobre la situación
actual en Irak.
Ramón Antonio Pérez / Con Agencias
De
lo que todo el mundo hablaba y sabía, ya parece ser un hecho que la
Organización de las Naciones Unidas – ONU- se ha enterado. Ha sido tanto el
llanto de los miles de refugiados y desplazados que perdieron a sus familiares
e integrantes de grupos minoritarios en Irak y Siria, que por fin pudieran
tener una repuesta de parte de este organismo internacional, cuyas decisiones son
vinculante a los países miembros.
Es
posible que las fotos y videos de los crímenes cometidos por Estado Islámico y que
han sido colgados en Internet; las decapitaciones y los asesinatos en masa de
hombres y niños; las crucifixiones de cristianos y empalamientos de sus cabezas
en las vías públicas, tras su negativas a renunciar a sus creencias; los secuestros
y violaciones de mujeres cual botines de guerra, no les haya permitido seguir conciliando
el sueño.
Es
un gran paso que se recoge en la prensa de este lunes 1 de octubre, al menos,
una importante funcionaria ha declarado que el grupo terrorista Estado
Islámico, ha cometido crímenes contra la humanidad. Pero otro tanto para
motivar esta declaración ha tenido que ver la comunidad internacional, desde
donde muchas organizaciones de defensa de los derechos humanos, han enviado
millones de firmas y denuncias documentadas sobre esta barbarie que encabeza el
autoproclamado Califa Abu Bakr al Baghdadi. Faltaba que la ONU dijera algo.
Las
acciones violentas que perpetra en Irak el grupo yihadista Estado Islámico, que
incluye asesinatos, ejecuciones, conversiones forzadas, secuestros, violencia
sexual y torturas, equivalen a
crímenes contra la humanidad.
En
una sesión de emergencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para abordar
la situación en Irak, la responsable adjunta del Alto Comisionado de los
Derechos Humanos, Flavia Pansieri, expuso la
evidencia recogida por su organismo sobre la gravedad de los abusos cometidos
por los extremistas.
Panseri indicó que también se
cuenta con información sobre violaciones de los derechos
humanos y del derecho humanitario, “que pueden equivaler a crímenes de guerra”,
por parte de las fuerzas de seguridad iraquíes y de grupos armados que se
oponen al EI.
El
Ejército iraquí, milicias afines y fuerzas kurdas, con apoyo militar de Estados
Unidos, luchan contra este grupo terrorista, a pesar de lo cual mantiene el
control de extensas áreas de las provincias de Anbar, Nínive, Salah al-Din y
Diyala, en el norte de Irak.
Los
insurgentes del EI, que ha proclamado el establecimiento de un
califato en las zonas que controlan entre el norte iraquí hasta la provincia de
Al-Raqa, en la región oriental de la vecina Siria, han
concentrado su crueldad contra las minorías étnicas y religiosas. “Muchos han sido directamente asesinados,
otros sitiados y privados de alimentos, agua y medicinas”,
sostuvo Panseri, quien dijo sobre los yazidíes -una de las minorías más
afectadas- que al menos un millar fueron asesinados en las últimas semanas y
unos 2.750 secuestrados o esclavizados.
“Al menos 2.250 mujeres y niños han sido
detenidos como rehenes en la prisión de Badoush en Mosul, en Tal Afar y otros
lugares bajo control del EI”, indicó.
En
Badosh, además, se ha documentado la ejecución sumaria de 650 prisioneros
varones, con especial animosidad en el caso de los hombres de confesión chií, a
los que se ordenó cavar zanjas donde los insurgentes les mataron.
Asimismo, Pansieri indicó que
su oficina tiene conocimiento de la ejecución de líderes religiosos, incluidos
doce suníes en Mosul que se negaron a jurar lealtad al EI.
A pesar de que hay poblaciones
enteras que han huido, la “número dos” de la Oficina de Derechos Humanos de la
ONU señaló que todavía hay varios poblados en Sinyar
(provincia norteña de Nínive) que corren el riesgo de ser atacados por los
yihadistas.
La presencia y el control de Estado
Islámico se extiende por el norte a partes de las ciudades de Faluya, Ramadi,
Tikrit, Tal Afar y Mosul, donde la ONU teme por la suerte de los civiles.
La organización ha constatado
que las mujeres están particularmente expuestas a los abusos de los extremistas
islámicos, que a mediados de agosto hicieron que en todas las mezquitas de
Mosul se leyera el anuncio de que, en adelante, todas las mujeres debían
cubrirse el rostro con un velo o enfrentarse a severos castigos.
El EI ha establecido una
especie de policía “de promoción de la virtud y prevención del vicio” que tiene
por misión obligar a las mujeres a cumplir con las reglas que han
dictado. Estas incluyen la prohibición de caminar por las calles si no
están acompañadas por un hombre.
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