Feligreses piden oraciones por su
salud, y se quejan de que no existe información oficial sobre la condición que atraviesa. Ha sido “un hombre público muy querido”, pero
ahora está silenciado por “un hermetismo absurdo”, se quejan
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolicCaracas, 7 de febrero de 2022Foto Cortesía @PepeSabatino
“Hoy hace justo 18 años esta ciudad
fue bendecida por la Ordenación Episcopal de nuestro tan querido Monseñor Ramón
José Viloria Pinzón”, escribe en Facebook, Zuleyma Salazar Thoddé. Como feligresa católica, Zuleyma busca motivar la oración por la salud del Obispo Emérito de
Puerto Cabello.
Lo que se ha conocido es que
monseñor Viloria Pinzón se encuentra en España desde hace varios años. Pero en
los últimos tiempos su salud ha desmejorado. Zuleyma, quien es psicóloga de
profesión, considera el silencio oficial como “un hermetismo absurdo”.
Por eso, en su escrito resalta el trabajo del segundo obispo de Puerto Cabello desde que tomó posesión el 7 de febrero de 2004:
Su gestión proactiva, conciliadora, su personalidad amigable, su actividad imparable movió, removió y conmovió a la Diócesis de Puerto Cabello, donde activó un sin fin de tareas que dieran fruto y solvencia a los proyectos vocacionales.
Destaca que en la gestión apostólica
de Viloria Pinzón “salió el Periódico de la Diócesis, el Calendario Anual, se
repotenció la Gran Cena Navideña y tuvimos la honrosa presencia del Nuncio
Apostólico cerrando su Visita Pastoral”. En esa visita, "recorrió cada
rincón de esta ciudad, llevando todo el amoroso mensaje de Jesús”.
“Monse” lo llamaban cariñosamente en
Puerto Cabello, indica Zuleyma. También revela que el prelado vive una
enfermedad que lo ha separado del trabajo evangelizador que asumió por las
redes sociales después de su renuncia el 13 de marzo de 2010.
“Hombre carismático, cariñoso, que
hoy en un seguro proceso de purificación se encuentra resistiendo una
furiosa metástasis que lo separó de una intensa actividad evangelizadora por
las redes desde el exterior, pero que lo ha empotrado aún más en nuestra
mente y corazón”, publica en su perfil de Facebook.
“Nunca dejaremos de agradecer a Dios Nuestro Creador habernos permitido conocerle, disfrutar de su verbo, de su humor, de su nobleza”, prosigue la doctora, autorizando su escrito para El Guardián Católico.
“Aquí sigues en nuestras diarias
plegarias, con esa seguridad espiritual que tú mismo nos forjaste. Pedimos a
Dios Nuestro Señor que se haga su Santa Voluntad y que cuando lo considere
justo, te tome en sus brazos y te lleve a su lado a un merecido descanso”.
Zuleyma Salazar se lamenta “de no tener noticias” del Obispo Emérito de Puerto Cabello, por lo que considera “un hermetismo absurdo”.
“Pues eres un hombre público muy querido. De nuestra
memoria, de nuestra historia no te vas, no nos abandonas, un padre nunca
abandona a sus hijos, cada día hablaré contigo por la oración hasta que nos
reunamos en la Casa del Padre Eterno”, dice con gran sentimiento.
También tiene palabras para
agradecerle “todas tus enseñanzas en esos maravillosos Años de Fe que nos
obsequiaste”. “Gracias, mil gracias, por todo tu ejemplar entrega, por tanta
luz transmitida, por tu guía certera y directa para la vida de muchos”.
“Fue una bendición inmensa tenerte
como Obispo, Pastor de la Iglesia, y como amigo. Monse querido… Estarás
presente en nuestra oración, en nuestros recuerdos, en nuestro corazón... ¡Por
siempre!”, concluye el escrito lleno de sentimiento y fe.
Fechas importantes en la vida del II Obispo de Puerto Cabello
“Ramón José Viloria Pinzón nació en San Felipe (Yaracuy), el 6 de abril de 1959. Se graduó en Ingeniería civil en la Universidad Central de Venezuela, y completó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Santa Rosa de Lima de Caracas.
Obtuvo la Licenciatura en Teología
dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Fue sacerdote el 28
de octubre de 1990”, se lee en el blog Diócesis de
Puerto Cabello.
El 5 de diciembre de 2003 fue
elegido como segundo Obispo de la Diócesis de Puerto Cabello. Su ordenación
episcopal fue el 7 de febrero de 2004, tomando posesión de la diócesis el mismo
día. El 13 de marzo de 2010, el papa Benedicto XVI aceptó su renuncia como obispo.
La renuncia se produjo de
acuerdo con el Código del Derecho Canónico, en el que se ruega al obispo a
presentar su renuncia por motivos de enfermedad. “Su renuncia fue voluntaria, pero
realmente estaba muy presionado por instancias de poder”, dijo una fuente.
Extraoficialmente, se conoció de los duros enfrentamientos por parte del Obispo de Puerto Cabello con el alcalde de entonces, Rafael Lacava.
Las diferencias se acentuaron con la tradicional
Bendición del Mar que en 2009 se realizó simultáneamente, una auspiciada por el
alcalde chavista y otra masiva, presidida por monseñor Viloria Pinzón.
Desde su renuncia marchó al exterior
para residenciarse en España, desde donde desplegó una intensa actividad
evangelizadora por las redes sociales. Allí convalece, según las fuentes.
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