El sábado 11 de junio de 2022, falleció Fray Nelson Sandoval, misionero capuchino de la Sierra de
Perijá, en el municipio Machiques del estado Zulia. Venezuela llora a este gran
misionero y amigo de los indígenas
Publicado el 11 de junio de 2022
Fray Nelson
Sandoval (religioso capuchino y amigo nuestro), no tuvo una muerte sorpresiva. Llevaba varios días delicado de salud. Pero, como buen creyente y hombre entregado al servicio de Dios, ya estaba preparado
para este encuentro.
Igual que las “cinco
vírgenes prudentes” mencionadas por Jesús en la Parábola de Mateo 25, 1-13, ya él tenía sus
lámparas llenas de aceite y encendidas. Para entrar al Banquete Celestial, Fray
Nelson asumió entregarse a Dios, sirviéndolo entre los indígenas. Y vaya
servicio el que cumplió.
“Los indígenas son la razón de mi vocación
misionera”, dijo en agosto de 2021 al portal Aleteia, trabajo que replicamos en El Guardián Católico. Cumplió su labor en la
Misión Ángeles del Tokuko, en la Sierra de Perijá, municipio Machiques del
estado Zulia.
En varias
oportunidades comentaba con nosotros sus experiencias entre los indígenas de
esa región. Como párroco los acompañó en sus justos reclamos sociales y les
cobijaba con los sacramentos. Nunca los abandonó. Siempre quiso estar allí. En algunas ocasiones se
fue pero regresó.
El 28 de mayo,
Fray Nelson fue llevado al Hospital Universitario de Maracaibo, afectado por el
paludismo y el Covid-19. Sus hermanos capuchinos y demás feligreses iniciaron
una campaña para lograr su recuperación. A pesar de los esfuerzos
médicos, el misionero partió definitivamente, dejando los corazones de
sus fieles, acongojados.
Una tarea
pendiente también dejó: dar
a conocer o difundir que la Cáritas parroquial de Machiques, es la única
cáritas indígena de toda Venezuela conformada por hermanos aborígenes.
Algo logrado, gracias a su intenso trabajo.
_____________________________
Fray Nelson Sandoval: “Los indígenas son la razón de mi vocación misionera”
El capuchino trabaja en la misión “Los Ángeles del Tukuko”, en la Sierra de Perijá, un lugar de evangelización y promoción humana para las etnias yukpas y barís.
El centro “Los Ángeles del Tukuko” brinda a los
indígenas atención espiritual, en salud y educación. Fray Nelson no quiere
defraudarlos ni abandonarlos
Ramón Antonio Pérez / Aleteia
Venezuela
Publicado el
26/08/21
Le doy gracias al Señor por haberme permitido la gracia de vivir entre estas montañas hermosas que tanto quiero, entre los Yukpas y los Barís que son para mí hermanos, amigos, compañeros y cristianos.
Así dice fray Nelson Sandoval, cuando se le
pregunta sobre su opción de vida misionera y el servicio que realiza en las
comunidades indígenas.
Se trata de un religioso capuchino que por tercera vez
trabaja en el Centro Misional Los Ángeles del Tukuko, en la Sierra de Perijá,
Venezuela. Desde febrero de 2008, hasta el presente, es responsable del centro
y párroco de la comunidad allí asentada.
Fray Nelson, como es conocido, ingresó a la orden
franciscana capuchina, en noviembre de 1988. Hizo la primera profesión
religiosa el 11 de septiembre de 1995, en la solemnidad de Nuestra Señora de
Coromoto, patrona de Venezuela y la profesión perpetua el 11 de septiembre de
1999. Una devoción coromotana que no oculta.
Con voluntarios de Cáritas
El día 20 de agosto visitó Terakibu, una de las comunidades más alejadas del centro misionero para llevarles un poco de esperanza. Junto a voluntarios de la Cáritas parroquial brindó atención médica a niños, jóvenes y adultos.
También realizaron una olla comunitaria, y compartieron
expresiones culturales aborígenes.
La experiencia la compartió en un grupo del Consejo
Misionero Nacional (COMINA) de Venezuela. Su testimonio no pasó desapercibido.
Tras ser contactado por Aleteia, ha querido dar a conocer parte de su
experiencia.
El testimonio de fray Nelson Sandoval motiva a optar y asumir una vida misionera que se alegra con las cosas sencillas.
Lo difícil de la vida misionera
Siempre he escuchado decir: “la vida misionera es difícil”, “la vida misionera es muy sacrificada. Y yo siempre me preguntaba: ¿qué es lo difícil de la vida misionera, si yo vivo tan feliz y sin complicaciones?, escribió en el WhatSapp del COMINA.
“Pero esas afirmaciones tienen un dejo de verdad, y
ayer me tocó experimentar en carne propia, “lo difícil de la vida misionera”,
acota de su experiencia el fraile nacido en San José de Perijá, estado Zulia,
el 30 de octubre de 1970.
Terakibu es la primera de las comunidades de la parte alta de la cuenca del río Tukuko. “Fui con el equipo de la Cáritas parroquial de la misión, hicimos una jornada nutricional y una olla con la comunidad”, expresó el capuchino.
"La corriente del río me arrastró"
“Para llegar hasta allá, el camino es el río, que
estaba un poco crecido y la corriente era muy fuerte. Al tercer pase del río me
ofrecieron una mula, y ahí empezaron mis calamidades”, relata de la más
reciente de sus experiencias sierra adentro.
Describió algunos de los padecimientos recibidos en
esta travesía: “me caí de la mula, luego la corriente del río me arrastró, en
la comunidad le metí la cabeza a un palo del techo de una casa, cuando
bajábamos tropecé con una piedra y caí de boca al río, al llegar de nuevo a la
misión, tenía una vejiga (ampolla) en un dedo del pie”.
"Todos esos incidentes pierden significancia"
Aquí puedes ver imágenes de fray Nelson, los voluntarios de Cáritas y la misión:
“Nunca, en tantos años, me había sucedido nada igual”,
explica el fraile. “Pero todos esos incidentes pierden significancia, con la
felicidad experimentada al llegar a la comunidad y ver la alegría de la gente
por nuestra visita”.
Luego resaltó la hospitalidad, la generosidad y la alegría por parte de los Yukpas:
Una de las cosas que nunca deja de sorprenderme de los Yukpas es su hospitalidad, siempre reciben a sus visitantes cantando y bailando; y su generosidad, nadie se va de una comunidad sin siquiera un guineo. Nos dieron tantos plátanos, topochos y guineos que hicieron falta tres sacos, para poder traer todo eso, añadió.
Las verdaderas dificultades
"Debo decir, que esas son dificultades físicas, y que
las verdaderas dificultades son la persecución, la guerra, y eso no lo hemos
experimentado en nuestra misión”, expresó.
Evangelización
y promoción humana en favor de los indígenas
Fray Nelson Sandoval ha trabajado hasta en tres ocasiones en el centro misional Los Ángeles del Tukuko.
En los últimos años, su
trabajo no solo ha estado vinculado a la evangelización, también a la promoción
humana con fundamento en el trabajo social desarrollado junto a los jefes de
las comunidades para garantizar los alimentos, atención sanitaria y mejores
condiciones de vida para los indígenas Yukpas y Barís.
El centro misionero Los Ángeles del Tukuko fue fundado
por fray Cesáreo de Armellada y fray Primitivo de Nogarejas, ambos capuchinos,
el 2 de octubre de 1945. Era la fiesta de los Ángeles Custodios, de allí le
viene el nombre. En ese mismo lugar, fray Nelson Sandoval fue ordenado sacerdote
el 5 de agosto del año 2000.
Una oración
llena de sentido
En la oración que publicó en el grupo de COMINA, el fraile agradeció a Dios por el encuentro con los que considera sus hermanos indígenas.
Ellos son la razón de mi vocación misionera y mi motivación; que ellos me lleven siempre a tu presencia y que yo nunca los defraude abandonándolos y apartándome de su lado, finalizó.
2 Comentarios
Mi sentido pésame para todos los que amamos a Fray Nelson. Descansa en paz y evoluciona amado Nelson. Gracias Ramón por tus reseñas.
ResponderEliminarNoooooooooo, que en paz descanse y que NEPTUNO le tenga en su gloria. Era un ser indestructible. Que tristeza
ResponderEliminarComentarios de Nuestros Visitantes
Agradecemos sus comentarios, siempre en favor de nuestra Fe Cristiana Católica y de manera positiva. Si considera válido su comentario para ser publicado, se agradece no usar una cuenta anónima o desconocida.