Madre María de San José, primera beata de Venezuela


El 7 de mayo en el calendario litúrgico de Venezuela es la memoria de la Beata María de San José, mujer de una vida de entrega a Dios en la vida religiosa, fundadora de la congregación de las hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús y primera venezolana que llegó a los altares

Pedro Reinaldo Bravo
Caracas, 7 de mayo 2021

La Beata María de San José nació en Choroní, estado Aragua el 25 de abril de 1875 con el nombre de Laura Evangelista Alvarado Cardozo, hija de don Clemente Alvarado y doña Margarita Cardozo. 

Fue bautizada en su pueblo natal el 13 de octubre de 1875, ese día siempre lo tendrá presente y en su escrito en el año 1925 dirá: “¡Que felicidad! Ser hija de Dios por el bautismo y hermana de Jesucristo”.  

Al cumplir tres años don Clemente decide trasladarse con su familia a Turmero y al cumplir cinco años se establecen definitivamente la familia en Maracay en donde Laura creció y estudió.

Desde pequeña sintió inclinación a la piedad y la práctica de la caridad fomentada por su madre, virtud que practicará con amor durante toda su vida, y desde sus estudios escolares guardará su alma de toda ocasión de pecado. 

A la edad de nueve años comienza su apostolado en la visita a los enfermos y dar alimentos a las personas necesitadas y al cumplir 12 años comienza a dar clases a los niños de escasos recursos y al mismo tiempo imparten conocimientos religiosos.

El 8 de diciembre de 1888 día de la Inmaculada Concepción a la edad de 13 años hace su primera comunión tan anhelada por ella desde niña.

"La niña del Cristo"

A los seis años se sabía la doctrina cristiana, pero debido a las normas canónicas de ese tiempo que exigía que la edad mínima para recibir la sagrada comunión por primera vez era a los 12 años, tuvo que esperar a esa fecha.

Ese día Laura hace un voto privado de virginidad a Jesús Eucaristía, y el 8 de diciembre de 1892 a los 17 años ratifica ese voto a perpetuidad en el templo parroquial San José (hoy Catedral de Maracay). 

Al hacer su primera comunión se deshace de sus joyas y de toda vanidad, y llevará sobre el pecho un crucifijo por lo que es llamada por el pueblo “la niña del Cristo”. 

Al culminar sus estudios con éxitos comienza a dar catecismo a los muchachos de la parroquia y a colaborar en las actividades de la iglesia

Sintiendo desde pequeña el llamado de servir a Dios a la vida religiosa y con la ayuda del padre Vicente López Aveledo párroco de Maracay. 

Fundó el 22 de enero de 1901 la Congregación Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús para la práctica de la caridad a los pobres, enfermos y necesitados y al mismo tiempo hace su primera profesión religiosa cambiando su nombre por María de San José.

El 13 de septiembre de 1903 se consagra oficialmente con la profesión de sus votos perpetuos y durante toda su vida se caracterizará por su inmensa fe y confianza en Dios, su devoción a la Santísima Virgen, el respeto a los sacerdotes, su observancia en la regla y constituciones de la congregación. 

Su sencillez y humildad en todo momento, su alegría viviendo a plenitud su consagración religiosa, la realización de sus labores con amor y una gran caridad para los enfermos y necesitados.

Fundó en vida 38 casas entre hospitales, asilos, colegios, casas de mendigos, escuela nocturna para domésticas, leprocomios, hospitales antituberculosos y catequesis impartidas en plazas, pueblos, caseríos y parroquias en varios lugares de Venezuela.

De todo lo antes mencionado merece especial atención su gran amor a la Eucaristía que es su carisma personal distintivo desde niña y en el día de su primera comunión dirá: “En la Eucaristía está mi tesoro y allí está mi corazón”.

Ese amor a Jesús Sacramentado lo demostró y vivió asistiendo y participando en la santa Misa con atención, recogimiento y devoción, su delicadeza al elaborar las hostias, sus largas horas de adoración al Santísimo llegando a permanecer en oración hasta toda una noche; la pulcritud, el orden y el cuidado que tenía en todo lo referente a la Eucaristía en las casas de la congregación; y su alegría y gratitud de recibir a Jesús en la comunión.

Por lo tanto, la Eucaristía será el centro de su vida y es tanto ese amor que se identificará como la esposa de Jesús Sacramentado asumiendo a igual como Cristo lo hizo, la cruz en su vida para llegar al cielo. 

Por eso dirá: Quiero que mi vida se deslice entre el calvario y el altar, entre la cruz y la Eucaristía.

Como fundadora de la congregación fue Superiora General desde su fundación hasta febrero de 1960 que renuncia a su cargo durante el Capítulo General de la Congregación.

El 2 de abril de 1967 a los 92 años murió en olor de santidad en la ciudad de Maracay, estado Aragua. Su velorio y sepultura fue verdaderamente una manifestación de dolor, respeto y gratitud hacia ella por lo que fue muy concurrido por muchas personas de todas partes del país.

Por su fama de santidad que tuvo en vida y que se propagó a partir de su muerte, el Capítulo General de la Congregación reunida en la ciudad de Los Teques en agosto de 1978 determinó dar los pasos previos para la Causa de Beatificación y Canonización.

El 17 de septiembre de 1982 ocurre el milagro presunto de la curación de la hermana Teresa Silva por intercesión de la Madre María de San José. 

Una vez obtenido el Nihil Obstat de la Santa Sede, el 9 de octubre de 1983, se inicia el proceso diocesano de su beatificación en la Catedral de Maracay con una solemne Eucaristía presidida por monseñor Feliciano González, Obispo de Maracay en aquel momento y declarándola al culminar la celebración eucarística Sierva de Dios.

Este proceso diocesano se clausuró el 13 de julio de 1986 en la Catedral de Maracay con una Misa presidida por monseñor Luis Eduardo Henríquez Jiménez Arzobispo de Valencia, enviándose posteriormente toda la documentación a Roma a la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos para la correspondiente fase romana.

El 7 de marzo de 1992 se promulga el decreto sobre la heroicidad de las virtudes y San Juan Pablo II la declara Venerable. 

El 23 de diciembre de 1993 San Juan Pablo II aprueba el milagro de la curación de la hermana Teresa Silva por intercesión de la Madre María de San José; y el 7 de mayo de 1995 es beatificada por el mismo San Juan Pablo II en la plaza de San Pedro del Vaticano, convirtiéndose en la primera Beata de Venezuela.

En estos días que está reciente la Beatificación del doctor José Gregorio Hernández, es digno mencionar que la Beata María de San José en vida fue devota del médico de los pobres y siempre oraba por su beatificación no solo personal, sino que también lo estableció en la congregación. 

En 1965, dos años antes de su muerte, después de haber estado sometida a estudios médicos de la vista por un tiempo en Caracas, pero viviendo en la casa de la congregación en Los Teques y antes de regresar a Maracay, pide que la lleven al Cementerio General del Sur donde reposaba los restos del entonces Siervo de Dios para pedirle que intercediera a Dios por su salud.

Por voluntad del Señor ella llegó primero a los altares, pero sus hijas de la congregación continuaron el legado de su fundadora orando por la beatificación de este gran venezolano que fue reconocido oficialmente Beato el pasado 30 de abril del presente año 2021.

La vida de la Beata María de San José es un modelo a imitar. Esta gran mujer que vivió la fe en grado heroico en épocas también difíciles para Venezuela, nos enseña que aún en las contrariedades también se puede servir a Dios viviendo el Evangelio de Cristo en todo momento y en la cotidianidad de la vida. Beata María de San José ruega por nosotros.



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1 Comentarios

  1. Estoy maravillada de conocer la historia de la Madre María de San José. Creo firmemente es sus prodigiosos actos de fe a nuestro Dios Padre. Así entrego en sus manos para que interceda ante Dios Todopoderoso por mi Hijo Gabriel

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