Allan Crespo, el entrañable y pequeño Doctor José Gregorio Hernández


El sábado 14 de diciembre, Allan Crespo, de 11 años, sentía una mezcla de nervios y alegría. Desde muy temprano llegó a la iglesia de San José, un templo construido “cerquita” del “Cerro El Ávila”, la majestuosa montaña que se divisa a lo largo y ancho de Caracas. Ese día se cumpliría la III Caminata en honor al doctor José Gregorio Hernández, aunque ésta comenzaría en la Escuela de Medicina del Hospital “José María Vargas”, para “promover la recta devoción del Venerable”, según la convocatoria realizada.
Por tercera ocasión, Allan haría el papel del “médico de los pobres”. El niño llegó acompañado de Anny Angulo, su señora madre. Llevaba unos lentes grandes cuyos espejuelos casi le cubrían todo el rostro, sin embargo, le daban un aire de intelectualidad; el sombrero negro, el sempiterno maletín de cuero y unos pintados bigotes negros, recordaban sin mucho esfuerzo a la más conocida fotografía de José Gregorio Hernández.
Su testimonio estaba previsto para ser relatado en la “primera de nueve estaciones”, en San José, oficialmente la parroquia San Benito. “Esta parroquia no existía cuando vivió José Gregorio Hernández”, confirmaba uno de los sacerdotes a través del parlante. “Sólo estaba erigida una casa pequeña, pero sus historiadores cuentan que cuando el Doctor Hernández pasaba por allí se hacía la Santa Cruz, en señal de respeto”, aseguraba el sacerdote.

Buscando medicamentos para los más necesitados

El guión que iba a exponer Allan se lo había preparado Raquel Ávila,  una educadora del colegio parroquial. “Soy el doctor José Gregorio Hernández, médico, filántropo, filósofo, científico, investigador, profesor universitario. Domino el inglés, francés, portugués, alemán e italiano, y domino el latín”, comenzó a decir el alumno de sexto grado.
Enseñé a muchos estudiantes”, expresaba con las manos tomadas por la espalda, igual que muestra la mítica foto a José Gregorio. A su lado, escuchando expectante, pero transmitiendo alegría, estaba monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla, vice postulador de la causa de beatificación, junto a otras personas. Un retrato de Madre Candelaria de San José, segunda beata nacida en Venezuela, era el testimonio gráfico de que la santidad sí es posible en el país bolivariano. Ella fue beatificada el sábado 26 de abril de 2008.
El niño, centrado en su papel, contaba la historia del Venerable en primera persona: “Un 29 de junio de 1919, salí a buscar una medicina para un paciente con escasos recursos, pero no pude porque fui atropellado por un auto que conducía Fernando Bustamente. Esto me ocasionó fractura en el cráneo y fui llevado al Hospital Vargas donde fallecí”.
Efectivamente, el prominente galeno venezolano que nació el 26 de octubre de 1864, en Isnotú, estado Trujillo; falleció en Caracas, el 29 de junio de 1919, luego de ser atropellado por uno de los pocos vehículos que entonces circulaban en Caracas.
Luego de la participación de Allan Crespo, se reflexionó sobre la esperanza y la motivación de seguir adelante, de continuar con la obra del doctor Hernández, imitarlo en sus valores cristianos, académicos y en la vida civil. La enseñanza la motivó monseñor Tulio Ramírez, afirmando desde el principio de su intervención: “los niños son expresión de la santidad de Dios”. Esta vez, los peregrinos aplaudieron largamente, al niño Allan.
Más tarde, Allan ratificó a Aleteia que es la tercera vez que personifica al “médico de los pobres”. Expresó de igual manera su satisfacción y alegría por representar al futuro beato, quien le ha dejado “muchas enseñanzas y me gustaría imitarlo en todo”.

El presunto milagro en el Vaticano

Tulio Ramírez comentó que “todos los venezolanos debemos ser un José Gregorio Hernández en nuestras vidas”. El prelado estaba satisfecho por esta tercera convocatoria que intenta motivar a la feligresía en su correcta devoción hacia el ilustre médico. A la caminata concurrieron profesionales de la medicina y estudiantes de la facultad que apoyan la labor de la Iglesia Católica de profundizar en la obra ejecutada por el insigne venezolano.
“La III Caminata estuvo encomendada para renovar la fe del venezolano, ante la grave situación por la cual atraviesa nuestro país que reclama reconciliación, paz, tranquilidad para poder vivir”, dijo el obispo auxiliar de Caracas para Aleteia.
EL ANUNCIO. El prelado informó que para primera quincena de enero del próximo año 2020, la Congregación para la Causa de los Santos que lleva adelante el proceso de beatificación del doctor Hernández, remitirá el caso a una comisión de alto nivel integrado por médicos que estudiarán el presunto milagro actualmente analizado en Roma.
“Estamos orando porque logremos llevar a los altares a nuestro José Gregorio Hernández”. Igualmente dijo que “Venezuela necesita un modelo de pacto social por la paz, para poder superar los graves problemas que actualmente nos afligen”. “Todos debemos ser un José Gregorio Hernández para ser modelo de virtudes (…) Somos una iglesia que camina con esperanza y que desea la beatificación del insigne científico”, dijo en las estaciones.
Durante la misa de cierre esta tercera caminata, fue concedida la Indulgencia Plenaria en el Año Jubilar por conmemorarse el Centenario del tránsito al cielo del Venerable doctor José Gregorio Hernández, por el Papa Francisco, a través de la penitenciaría Apostólica, a todos los devotos que participaron activamente en las actividades de promoción de la recta devoción al Médico de los Pobres, durante el periodo 2019-2020.
La Iglesia Venezolana está a la expectativa y motivada por el “Presunto Milagro” ocurrido en una adolescente del estado Apure en el año 2017. “Fueron varios meses de intenso trabajo por parte del tribunal eclesiástico creado en la Diócesis de San Fernando, estado Apure, cuyos resultados fueron avalados el 18 de diciembre de 2018”, según conoció Aleteia. Luego, el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, el 18 de enero de este año, entregó un dossier con los resultados a la Congregación para la Causa de los Santos.


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