Los
proyectos “Cinco Panes y Dos Peces” y “Mesa de la Misericordia” , entre otras iniciativas,
son impulsadas por la iglesia para ayudar a mitigar el hambre entre los
más necesitados de Maracaibo
Ramón
Antonio Pérez // @GuardianCatolic
NdP - Ana María Pérez Fonseca
Maracaibo, 28 de junio de 2018
En
la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, en el occidente de Venezuela, las
iniciativas de ayuda a las personas más necesitadas de alimentación han
crecido enormemente. La Iglesia Católica y varias organizaciones sin fines de
lucro, impulsan comedores populares, centros de atención, entrega de alimentos
ambulante, entre otras iniciativas, para ayudar a los
más vulnerables.
El
objetivo es minimizar el hambre que atormenta a buena parte de la población en
diferentes puntos de la ciudad. Se ha hecho cotidiano ver en los basureros a
personas recogiendo los desperdicios de alimentos que se generan en los
restaurantes, comercios y zonas residenciales. Estas personas buscan algo
sólido que ingerir, sin importarles que estén descompuestos y con el peligro de
desarrollar diferentes enfermedades.
Cada día es difícil pero Dios no
abandona
Aspecto de las actividades de misericordia en la Parroquia Padre Claret de Maracaibo. Foto tomada de su Facebook. |
Hay varios ejemplos de esta noble labor como el que se cumple en la “Parroquia Padre Claret”
que dispone el templo parroquial como comedor los días miércoles para atender más
de 900 personas. Pero también se cumple en la parroquia “San Miguel Arcángel”.
Otro proyecto se lleva a cabo en la parroquia “Resurrección
del Señor”, ubicada al oeste de Maracaibo, se lleva a cabo
la iniciativa “Cinco Panes y Dos Peces”. La zona está considerada por los
estudios, como la más pobre de la ciudad, donde se atiende en su salón
parroquial a unas 400 personas todos los sábados.
De estos comensales que
acuden a la parroquia, “el 77% son niños de entre 0 y 17 años”, dicen los
responsables.
Esta
iniciativa nace del presbítero Jesús Rincón, quien desde hace tiempo ha tenido
la inquietud de ayudar a los más necesitados, y con ayuda de personas de buena
voluntad han dedicado tiempo y esmero para que esa obra se materialice.
Según
explica el propio sacerdote “conseguir los alimentos cada semana es la tarea
más difícil que tiene la junta directiva, los altos costos y la escasez han
sido nuestros más grandes obstáculos, sin embargo, Dios no se deja ganar en
generosidad, y hoy tenemos poco más de un año sirviendo cada semana más de 400
platos”. Pero siguen adelante.
“Nuestro
objetivo es servir comida digna, así el esfuerzo por conseguirla sea mayor,
pues, luego de un estudio en la zona donde nos encontramos ubicados, la comida
que se les provee los sábados es la única que cuenta con una ración de
proteína, importante para un desarrollo nutricional sano”, dijo el padre Jesús.
Otra
obra que sostiene la iglesia de Maracaibo, es el comedor “La mesa de la Misericordia”,
ubicado en la parroquia Padre Claret, en la zona norte, que no escapa de la
necesidad. Se atienden más de 900 personas cada miércoles en el templo
parroquial, el cual se dispone de manera organizada y sin profanación alguna,
como comedor.
El
comedor de la misericordia, cuenta con 12 estaciones, en la que no sólo se
sirven alimentos, sino que se ofrece servicios médicos, higiene personal,
peluquería y se enseña sobre la Palabra de Dios, con el objetivo de dar de
comer, humanizar, sensibilizar y rescatar los valores de personas vulnerables.
Un
joven, llamado Juan que asiste todos los miércoles a la “Mesa de la
misericordia”, dice: “desde que estoy asistiendo al comedor y escucho la
palabra de Dios, me he sentido con más fuerza para seguir adelante y hoy siento
más ganas de dejar los vicios y ser un hombre nuevo”.
Podemos
ver que a pesar de la crisis, donde hasta el que tiene más dinero y
accesibilidad a las cosas se ha visto afectado, no se deja de ver la caridad
ante el ser humano que pasa severas necesidades.
Los números de Cáritas Venezuela
Cáritas
de Venezuela señala que la proporción total de niños menores de cinco años, con
déficit nutricional en alguna de sus formas, aumentó de 54% en abril a 68%, en
agosto del 2017.
Su informe indica que el promedio de los registros de todas
las zonas donde realizaron los estudios está muy cercano al nivel de
emergencia, registrando, 15% de los niños con desnutrición aguda global.
Estos
hechos han llevado a los venezolanos a ser más caritativos, generando diversas
formas de ayudar a quien lo necesita. Pero hasta
ahora el gobierno no admite que haya una crisis alimentaria y sostiene haber
reducido la pobreza a 18,3% y la extrema pobreza a 4,4% en 2016, siendo el
último registro emitido por el ejecutivo nacional. La realidad es que ni
siquiera ha podido sostener los planes alimenticios en los colegios dependientes
del estado, agudizando aún más la deserción estudiantil en el país.
De
no tomar cartas en el asunto, y que el ejecutivo nacional no reconozca la
gravedad de la crisis humanitaria que atraviesa el país, Caritas de Venezuela
advierte que en el transcurso del 2018 podrían fallecer por desnutrición unos
280 mil niños.
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