El hambre obliga a desertar de las escuelas en Venezuela


Niños Hurgando en la basura para poder comer. Foto: @GuardianCatolic
Más de 250.000 niños y jóvenes se ven obligados a abandonar las aulas de clases debido a la crisis humanitaria venezolana. El sueño de “ser alguien” queda postergado u olvidado para siempre

May 09, 2018
Juan Paredes, de nueve años de edad, mostró una conducta adecuada a su edad cuando inició el período escolar 2017-2018. Era conversador y alegre; además, siempre estaba atento y cumplía con sus asignaciones escolares diarias. Luego de 15 días de ausencia, el menor regresó a clases, pero esta vez se notaba demacrado y retraído ante el mundo que le circundaba. La maestra le preguntó si ocurría algo en su casa. Juan se puso a llorar, describiendo las carencias económicas de la familia.
“A los pocos días Juancito abandonó el colegio y con él se fueron sus sueños”, dijo para Aleteia la profesora María Elena que este año ha visto a varios niños abandonar el colegio donde trabaja. “El drama de Juan es similar al de muchos niños y jóvenes venezolanos que se ven obligados a olvidarse de ser alguien en la vida”, explicó.
“Estos niños sueñan con ser médicos, ingenieros, arquitectos y bomberos para asumir un nuevo rol en la vida; sin embargo, esos sueños quedan truncados al no tener sus padres ni siquiera como poder alimentarlos; y en esta escuela, lamentablemente, tampoco se les puede alimentar”, señaló con cierta impotencia.

Deserción escolar y migración

Otras que también expresaron sus inquietudes para Aleteia fueron las docentes jubiladas Raquel Figueroa, especialista en psicología y filosofía; y Ariani Bruzual, sicopedagoga con conocimientos en dificultades del aprendizaje.
Aunque pudieran ser varias las razones, dos aspectos llamaron la atención: la falta de comida en los hogares, que debilita la salud física y mental de los educandos; y la migración de los profesionales de la enseñanza, que se ven obligados a marcharse del país para encontrar mejores condiciones de vida que no les brinda Venezuela.
En cuanto a la deserción y ausentismo escolar, la sicóloga y filósofa, ofreció cifras que constatan la problemática en la Venezuela de hoy. Primero hizo un recuento histórico, señalando que cuando Hugo Chávez ganó la presidencia de la República, en 1998, ya existía el Programa de Alimentación Escolar –PAE– aunque había sufrido “una caída en los tres últimos años” de la llamada “cuarta república”.
El programa permitía que desde las 7 de la mañana, hasta las 3 de la tarde los niños desayunaran, almorzaran y merendaran en los centros educativos públicos. “Esto generó un incremento en la matrícula escolar, pero la realidad actual es otra ya que son pocos los centros educativos del país que gozan de esos beneficios sociales”.
Reveló que desde el 2006 hasta el presente ha caído la matrícula escolar “de manera desproporcional”. En el año 2006 la matrícula era de 13 millones 954 mil 105 estudiantes de los niveles de primaria, básica y media. “En el 2007, el listado de alumnos fue de 11 millones 281 mil 506 en esos mismos niveles”.
Apuntó que “en el 2008 la matrícula fue de 11 millones 209 estudiantes”; en cambio, en el año 2009 bajó a 10 millones 639 mil 590 los alumnos inscritos. Tristemente, la docente jubilada de la Unidad Educativa Gran Colombia, reconoció que en el 2015, la matrícula escolar disminuyó a 10 millones.
Figueroa precisó que la migración entre los profesionales del sector educativo ronda el 45%, siendo los destinos más solicitados Ecuador, Colombia, Chile y Perú. “Ecuador es el país que más contrata a nuestros educadores por su buena preparación y experiencia; por poseer maestrías y doctorados que no cuentan sus propios docentes”.
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La deserción es exclusión

La docente mostró preocupación por la situación reinante con el ausentismo escolar, y consideró la deserción “como un problema de exclusión de niños y adolescentes que se van y no regresan por diversas razones. “Porque sus padres abandonan el país, no tienen suficientes recursos para mandar a sus hijos a la escuela y los menores de edad  se ven obligados a ayudar a sus progenitores a mantener la familia  a través del “bachaquerismo” (venta informal de alimentos) para subsistir ante el alto costo de la vida que se vive en Venezuela. Otros se introducen en el campo delictivo”.
“El PAE disminuyó la calidad nutricional de los alimentos para los niños y el 50% del servicio es insuficiente, y donde funciona lo hace a medias sin las suficientes proteínas para el desarrollo metabólico de nuestros niños, trayendo como consecuencia desmayos en los centros de estudio que entorpecen el proceso de su aprendizaje”.

Los que desertan nunca regresan

Por su parte, la profesora Ariani Bruzual también manifestó angustia por la deserción escolar que cada día se agrava más en Venezuela. Narró la experiencia que vivió en sus años de docente activa cuando laboraba en los centros de enseñanza dependientes de la Alcaldía Metropolitana de Caracas y en la Gobernación de Miranda.
“En diversas ocasiones constaté las dificultades económicas de la población infantil y sus problemas en el aprendizaje por la carencia de alimentos y nutrientes que ayuden en su desarrollo psicomotor”, sostuvo la docente.
Mantuvo, además, que los niños y adolescentes que estudian en los niveles de primaria, básica y diversificado abandonan sus estudios para nunca regresar. “Junto a sus padres se dedican a buscar nuevas formas de ingresos para sobrevivir a la barbarie de la hiperinflación que ataca con fuerza a la masa laboral venezolana”, expresó.
Con tristeza, la docente concluyó que “los jóvenes no entienden la crisis por la cual atraviesa el país, y se hunden en la depresión de no poder hacer nada para mejorar su situación, y la de sus amigos que están padeciendo dificultades similares a la de ellos”.
La cifra. El profesor Luis Bravo Jáuregui (Universidad Central de Venezuela), estableció la deserción escolar en 251.180 muchachos que abandonaron sus pupitres en el período escolar 2017-2018. Concluyó así, al comparar la cantidad de alumnos que inició clases el período anterior (7.446.515) con la que anunció el ministro de Educación, Elías Jaua, en septiembre pasado, cuando iniciaron 7.195.335 alumnos.

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