“Denunciamos
el trato humillante contra los jóvenes que fueron desnudados, golpeados y
metidos en una alcantarilla”. Así narró Lilian Tintori la manera en la
que cuatro estudiantes del Seminario “San Buenaventura” de Mérida (Venezuela), y
un hermano de uno de ellos, fueron tratados por grupos allegados al gobierno de
Nicolás Maduro.
Ocurrió
en horas del mediodía de este viernes primero de julio, cuando los estudiantes pasaban
cerca del lugar en que se realizaría una actividad de solidaridad y entrega de
medicamentos con la presencia de la esposa del preso político Leopoldo López.
Conocidos
los hechos, el arzobispo metropolitano, monseñor Baltazar Enrique Porras
Cardozo, repudió estas acciones y criticó la actuación de los grupos
oficialistas que atentan contra la integridad física y moral de los merideños.
Informó
que los seminaristas se dirigían a recibir clases de inglés al Centro
Venezolano Americano, y fueron interceptados en el cruce de la calle 31 con
avenida Tulio Febres Cordero de la ciudad de Mérida, que se mantenían cerradas
con protestas de los oficialistas que rechazaban la presencia de la esposa de
López.
Fueron
golpeados salvajemente, siendo además despojados de sus pertenencias y
desnudados. Sus ropas y cuadernos pasaron a formar parte de los cauchos que
ardían en la vía pública. Posteriormente fueron socorridos por algunos vecinos
de la zona.
“La
intransigencia y el fanatismo no pueden apoderase de la ciudadanía”,
alertó monseñor Porras Cardozo en su mensaje, al tiempo que descargó la
responsabilidad en los cuerpos de seguridad que “no impiden estos atropellos”.
De
igual manera, el arzobispo de Mérida pidió a los venezolanos orar para que la
violencia cese y no se vean más venezolanos afectados como consecuencia de “los
discursos de odio utilizados por el oficialismo”.
Tintori
expresó que estos hechos son “una muestra más de que este régimen reprime
y viola los derechos humanos”. Igualmente hizo un llamado al gobierno
nacional que “retire a los colectivos armados y no persiga ni intimide, ni trate de
llenar de terror a los venezolanos que creen en el rescate de nuestro país”.
Católicos marchan por la paz y no
violencia
No
se tiene información que estos hechos de violencia contra los estudiantes al
sacerdocio ocurran por odio a la fe cristiana, pero en la espiral de violencia
que se vive en Venezuela, cada vez con mayor frecuencia los sacerdotes son
amenazados, agredidos y robados, al igual que los feligreses, templos y demás
espacios de la Iglesia.
Una
de las zonas afectadas es la Diócesis de Guarenas (estado Miranda), cuyo obispo
recibe con frecuencia insultos por allegados al gobierno de Maduro, al
considerar que sus mensajes son “anti revolucionarios”, como ocurrió en la
fiesta de Cruz de Mayo.
El
pasado 25 de junio, uno de sus sacerdotes, el padre Clemente Medina, fue herido
con un arma cortante cuando varios hombres ingresaron durante la madrugada, a
la parroquia San José del sector Las Clavellinas de Guarenas, para robarlo.
Otro
hecho fue el 7 de junio, cuando se produjo un robo masivo en la Curia Diocesana.
Los delincuentes golpearon y amordazaron a varios visitantes y trabajadores en
el sector Pueblo Arriba de Guarenas, aunque sin daños a monseñor Gustavo García
Naranjo debido a que en esa fecha realizaba una visita pastoral en Barlovento.
Por
tales motivos, para este 2 de julio, a las 3:00 pm, se convocó a una
“Marcha por la paz y no violencia”. Según los organizadores: “No
queremos que la indiferencia se haga cómplice de una situación que es
generalizada y nos afecta a todos”.
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