“Confiamos
en que el corazón de los gobernantes no sea tan duro como para mantener la
prohibición de la entrada de las ayudas que nos ofrecen”, dijo Rafael
Ramón Conde Alfonzo, obispo de Maracay, Venezuela, al recibir a un grupo de
médicos de la entidad quienes pidieron la mediación del Papa Francisco “para
solicitar ante el gobierno abrir un canal humanitario y resolver la crisis de
salud”.
Actualmente
el área de salud es uno de los estamentos que con mayor rigor sufre la crisis
humanitaria que se vive en el país bolivariano.
Dispensarios, módulos de barrio
adentro y los centros médicos públicos y privados no escapan a la falta de
medicamentos, tan necesarios para preservar la salud y la vida de los venezolanos.
En
ese sentido, el traumatólogo Martín Graterol, entregó un documento al obispo de
Maracay y expresó sus deseos de que el Santo Padre interceda ante el gobierno
de Nicolás maduro en favor de los pacientes en Venezuela, y se
pueda solucionar “el grave problema de la falta de suministros médicos que
tenemos en los hospitales”.
Monseñor
Rafael Conde destacó que el problema se resolvería si el gobierno
permite que estos fármacos pudieran entrar al país, “ya que hasta ahora el
obstáculo ha sido la prohibición del gobierno a aceptar la ayuda exterior”.
De
igual manera, definió la situación de la salud en Venezuela como “muy
desagradable”, y recordó que Cáritas quiere actuar como un instrumento de
mediación, para que los recursos necesarios lleguen al país y sean distribuidos
de manera uniforme en función de las necesidades y bajo un control efectivo.
Iglesia solidaria con médicos en
huelga
La
situación de la salud en Venezuela, ha llegado a niveles de extrema necesidad
que el pasado 23 de mayo, por primera vez en la historia de la región andina, seis
médicos residentes del Hospital Universitario de Los Andes (HULA), se declararon
en huelga de hambre para exigir mejoras en el sistema de salud de Mérida y del
país en general.
La
huelga fue realizada por los jefes de áreas del centro médico: Cristian Pino,
Miguel Cancicni, Rafael Villegas, David Maciñeiras, Carlos Sandoval y Carlos
Hidalgo, quienes denunciaron “el agotamiento de los recursos a nivel regional”,
además de que como profesionales han sido
criminalizados “a través de la vocería de las autoridades”.
Aunque
el ayuno duró 130 horas, el contundente mensaje de los manifestantes demostró,
una vez más, la cercanía de la iglesia con los médicos y enfermos del país.
Fue
así como el padre Luis Enrique Rojas, conocido como “Padre Kike”, párroco de la
Catedral de Mérida; Reinaldo Muñoz, de la parroquia universitaria; Luis
Sánchez, de San Miguel Arcángel de El Llano; y el diacono Jesús Morán, los
acompañaron y oraron por los médicos y enfermos, rogando por la pronta solución
la grave crisis en el país.
“El
objetivo de nuestra visita fue instar a nuestros queridos hermanos médicos a no
llegar a extremos donde se vean comprometidas sus vidas y su salud”, expresó el
Padre Kike, destacando que es de admirar la actitud heroica en todo el país, pero “Venezuela los necesita
de pie luchando por nuestros derechos”.
Las
buenas relaciones de la iglesia católica con el gremio médico de Venezuela no
son nuevas. Desde siempre, ambos sectores han trabajado unidos a sabiendas de
que es un servicio imprescindible para los enfermos, especialmente entre los
más necesitados.
Fotos: OPA Mérida
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