Venezuela: Linchamientos no




Caracas, 12 de abril de 2016.- “En el nombre de Dios pedimos a los ciudadanos: no se dejen llevar por el odio ni la venganza. ¡No se conviertan en asesinos! Los delincuentes deben ser sancionados por el Estado de acuerdo a las leyes vigentes”.

El dramático llamado es del cardenal Jorge Urosa que, una vez más, denuncia los linchamientos públicos ocurridos en Venezuela en contra de personas supuestamente vinculadas a hechos delictivos.

“Con profundo horror y tristeza hemos conocido que en las últimas semanas han ocurrido en Caracas varios linchamientos de personas”, dijo el arzobispo de la ciudad en un comunicado refrendado junto a sus obispos auxiliares.

“Se trata de algo absolutamente inaceptable, que va en contra del quinto mandamiento de la Ley de Dios, que nos prohíbe matar, y que es además una gran injusticia pues castiga con la muerte delitos menores y algunas veces se quita la vida a personas inocentes”, indica.

La Iglesia dice comprender “que los ciudadanos honestos y trabajadores se sientan molestos por la impunidad de que gozan muchos delincuentes en la actual situación del país”.

Sin embargo, señala en el comunicado que “esto es en parte responsabilidad de los diversos órganos del poder público, que tienen la gravísima obligación de proteger la vida y los bienes de los venezolanos”.

En consecuencia, hizo “un urgente llamado al Ejecutivo Nacional”, a los cuerpos de seguridad del Estado, a la Fiscalía y a los jueces, “para que detengan la delincuencia, capturen a los delincuentes, y los sancionen debidamente”, según las leyes del país.

Caso del chef linchado en Caracas
Según los medios independientes, el número de linchamientos en lo que va de 2016 sobrepasa las 30 personas fallecidas en todo el país.

Pero el caso más notorio ha sido el de Roberto José Fuentes Bernal, de 42 años, un cocinero que falleció luego de tres días de agonía en el hospital “Pérez Carreño” de Caracas.

Fuentes Bernal recibió una salvaje golpiza, fue rociado con combustible y quemado cerca de la estación del Metro Los Cortijos, en la urbanización Los Ruíces de Caracas, lugar donde otras 10 personas han sido linchadas por la comisión de presuntos delitos.

Eran las nueve y cuarenta, aproximadamente, del lunes cuatro de abril, cuando Roberto José, que en ese momento se dirigía a su puesto de trabajo, intentó auxiliar a una persona mayor que había sufrido un robo.


No obstante, su obra de caridad no fue entendida por varios transeúntes y otras personas que laboran en la zona, quienes creyendo que era el supuesto ladrón, comenzaron a golpearlo y gritarle improperios.

El momento más cruel fue recogido por un video posteriormente subido a internet. Mientras Roberto estaba sentado en el piso neutralizado por la golpiza, se acercó una persona y lo roció de combustible convirtiéndolo inmediatamente en una tea humana. “Pedía piedad, y decía que era inocente”, relataron más tarde los familiares.

¿Dónde están las autoridades?

Durante la Semana Santa pasada Urosa había hecho pública su inquietud sobre este tema enfatizando que “la gente no debe tomar la justicia por sus propias manos” y adjudicando la impunidad de los hechos delictivos al Estado.

“¿Dónde están las fuerzas del Estado venezolano que deben proteger la vida y la seguridad personal y patrimonial de los ciudadanos?”, preguntó.

En esta ocasión el llamado del arzobispo de Caracas finaliza pidiendo a Dios “que los ilumine para que actuemos todos de acuerdo a su Palabra, y que se trabaje siempre por la justicia”.


Iguales ruegos fueron dirigidos a la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, “para que ayude a conseguir la convivencia social y la paz”.


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