Su inmensa fe y esperanza, la mostró no solo con palabras sino con su testimonio de entusiasmo y alegría, en medio de la larga lucha contra el cáncer que le acompañó en los
últimos años
Ramón Antonio Pérez //
@GuardianCatolic
Caracas, 15 de noviembre de 2021
“La Conferencia Episcopal
Venezolana comparte su sentimiento de comunión y esperanza cristiana por el
fallecimiento del Ilustrísimo Monseñor Adán Ramírez Ortiz, Vicario general de
la Arquidiócesis de Caracas. Paz a su alma”.
Así anunció el Episcopado
Venezolano, el fallecimiento del sacerdote caraqueño, el lunes 15 de
noviembre de 2021, noticia que vino a enlutar no solo al mundo eclesiástico sino
a la feligresía y sectores de Venezuela que conocieron y admiraron al insigne
sacerdote.
Uno de sus amigos, el padre
Antonio Abeijón Iglesias quien muchos años le acompañó al frente de la Curia Arquidiocesana,
mostró recuerdos por su compañero y hermano.
“Hoy
partió a la Casa Grande, un hermano, un amigo, un maestro a quien por más de 36
años nos unió el seminario, la Vocación, el Sacerdocio y la amistad verdadera”,
escribió en Facebook.
“Doy gracias a Dios por su gran testimonio a lo largo de toda su vida pero más aún por su inmensa fe y esperanza que mostró no solo con palabras sino con su testimonio de entusiasmo y alegría en medio de su larga lucha contra el cáncer”, dijo el vicecanciller.
Adán nació el 23 de febrero
de 1964, en Caracas, y fue ordenado sacerdote el 1 de septiembre de 1990, es
decir, tenía 30 años consagrado a Dios. Fue moderador de la Curia (Cancillería),
Deán del capítulo catedralicio, director del Museo Sacro de Caracas y más recientemente Vicario General.
Con su muerte prácticamente
se va la gestión apostólica anterior ya que se suma al fallecimiento del
Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino y al ecónomo, padre Alexander
Mendonça, entre otros que se adelantaron a la Casa Celestial.
Funerales de Monseñor Adán Ramírez
El padre Armelin De Souza
informó que a partir de las 2 de la tarde, de este 15 de noviembre, el
cuerpo de Monseñor Adán estará en la Funeraria Vallés Imperial, para las respectivas
misas cada dos horas.
El martes 16 de noviembre, a
las 12 del mediodía será la Misa Exequial presidida por el Cardenal Baltazar
Enrique Porras Cardozo, en la parroquia Nuestra Señora de la Caridad del Cobre,
en Santa Paula.
Cuando fue párroco de la
Basílica Santa Teresa, desde El Guardián
Católico medio al que siempre tuvo sus puertas abiertas, le llegó a denominar “Custodio del Nazareno de San Pablo”.
Precisamente, desde estas páginas se recuerda el momento en que celebró sus 25 años de vida sacerdotal y cerraba
así sus 18 años de párroco en la Basílica para asumir como Deán. ¡Paz a sus restos!
Monseñor Adán Ramírez: “El sacerdote no está pasado de moda, ni lo
estará nunca”
Durante la celebración de sus Bodas de Plata
Sacerdotales, se despidió como párroco de la Basílica “Santa Teresa”, iglesia
en la que durante 18 años fue Custodio del Nazareno de San Pablo; ahora será el
nuevo Deán de la Catedral Metropolitana de Caracas
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Caracas, 30 de agosto de 2015.-
“Hermanos, permítanme
que esta mañana les confiese y proclame, junto a mi vértigo y limitación personal
ante este don inestimable del sacerdocio ministerial, que es realmente gratificante
en la vida de un hombre ser sacerdote. Y es que el sacerdote no está pasado de
moda ni lo estará nunca”.
Es el mensaje de
monseñor Adán Ramírez Ortiz, cuando este 29 de agosto, presidió una eucaristía
en la Basílica “Santa Teresa” de Caracas, con motivo de celebrar 25 años de
ordenación sacerdotal, ocasión que sirvió para despedirse de la parroquia en la
que estuvo al frente durante 18 años ya que a partir del venidero 6 de
septiembre, asumirá nuevas responsabilidades como Deán del Capítulo
Metropolitano capitalino.
“En mis Bodas de
Plata sacerdotales, quiero renovar mi entrega al Señor como lo hizo María, mi adhesión a
la Santa Madre Iglesia, y a la Fe de Pedro y sus Sucesores. Acompáñenme en
sus oraciones en esta nueva acción de gracias”, se leía en la tarjeta de
recuerdo repartida en el templo que custodia al Nazareno de San Pablo, nuevamente
abarrotado de feligreses para acompañar a su párroco en tan importante fecha.
La
homilía de rigor fue pronunciada por el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge
Urosa Savino, quien además de valorar el trabajo de monseñor Adán Ramírez Ortíz,
informó acerca de sus nuevas responsabilidades.
“Ahora con gran generosidad y
desprendimiento ha aceptado mi encargo de presidir el Capítulo Metropolitano de
Caracas que dirige la marcha pastoral de la Catedral capitalina”,
precisó Urosa.
Vale
decir que Adán Ramírez Ortíz, fue ordenado sacerdote el 01 de septiembre de
1990, por el XIII arzobispo de Caracas, como también recordó el Cardenal.
La
ceremonia contó con la presencia del nuncio apostólico de Su Santidad en
Venezuela, monseñor Aldo Giordano, quien junto a su secretario saludó
efusivamente al celebrante por sus bodas de plata sacerdotales.
De igual manera
asistió el obispo auxiliar de Caracas, monseñor Jesús González de Zárate;
monseñor Nicolás Bermúdez, obispo auxiliar emérito; el exarca de la iglesia
greco – melquita de Venezuela, monseñor Georges Kahhale, y un grupo de
presbíteros: Miguel Acevedo, Armelín De Souza, Robin Zambrano y Antonio
Abeijón, entre otros diáconos y seminaristas.
Agradecido al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo
“Doy gracias a Cristo Jesús que me hizo
capaz, se fio de mí y me confió este ministerio. En efecto, doy gracias a
Dios Padre Todopoderoso que, en su providencia amorosa, me llamó desde el seno de mi madre
a la fe y al sacerdocio. Doy gracias al Espíritu Santo que,
abundante, se derramó sobe mí, de manos del recordado y venerado Cardenal José Alí
Lebrum Moratinos hace 25 años y me ungió sacerdote para siempre”, acotó
en su mensaje.
Consideró
que es “inmerecidamente grande y hermoso ser sacerdote, que debemos hacer todo
lo posible para que nosotros los sacerdotes seamos lo que debemos ser”.
Igualmente hizo un llamado a no ser conformistas. “No podemos conformarnos con que así
son los tiempos que corren”, indicó acerca de la realidad actual.
Habló
de la necesidad de “redoblar la oración por las vocaciones sacerdotales, por
estos seminaristas, por sus formadores; es urgente, es apremiante rezar por el
florecimiento en las familias y en las parroquias de vocaciones al sacerdocio
ministerial”.
Hemos conocido el amor
Monseñor
Adán Ramírez Ortíz, expresó: “según han ido pasando los años, me convenzo
cada vez de que la clave del sacerdocio no es otra que el amor”. Es
decir, “la expresión aquí en la tierra de la misericordia de Dios que es un
padre bueno y fiel que, por ello el sacerdote debe ser testigo y servidor ante
los hermanos de la ternura de Dios hecha misericordia. Pero eso sí, nadie da lo
que no tiene…”, explicó.
Explicó
que “ese mismo amor”, es al que el Papa emérito, Benedicto XVI, “dedicó su
primera y hermosísima encíclica y comprometió su luminoso y sereno, firme y
apacible ministerio apostólico petrino y la manera sencilla como nos lo ha
propuesto y aplicado hoy en la vida de la Iglesia, el Papa Francisco”.
Despedida y último aviso
parroquial
Monseñor
Adán Ramírez tuvo palabras muy cargadas de sentimientos en su mensaje de despedida,
y no fueron pocos los feligreses compungidos y llorosos.
“La
Divina Providencia quiso que compartiéramos estos dieciocho años juntos. Hemos
caminado en comunión para hacer transparente a Jesucristo, nuestro Salvador, y
para ser signo del amor de Dios a través de nuestra unidad, unidad que nos da
el Espíritu Santo derramado en nuestros corazones”, sostuvo en un aparte de su
mensaje.
“Han
sido para mí, como lo he dicho en distintos lugares, años muy felices. Aquí con
ustedes he aprendido a ser párroco”, sostuvo en medio de contenidas
lágrimas. “Gracias por la acogida cordial que siempre me brindaron; gracias por
el testimonio de fe y amor que me ofrecieron, especialmente los más humildes y
sencillos devotos del Nazareno de San Pablo”.
La
humildad de monseñor Adán Ramírez, permitió escucharle pedir perdón a sus
feligreses. “Les pido perdón por mis faltas: por las veces que no les atendí
como debía, por las veces que esperaban legítimamente algo de mí y no lo
obtuvieron, o por las veces que les fallé, que no estuve a la altura de las circunstancias.
Por todo ello y por lo que se me oculta a la memoria y está en la presencia de Dios,
perdón”.
“Hasta
siempre, hasta pronto, hasta que Dios quiera, hasta el Cielo, porque esta
historia no termina, sigue ... seguimos con la misma misión, buscando una ciudad
que no se acaba, una ciudad de eternidad”, expresó en su despedida.
Finalmente,
monseñor Adán Ramírez Ortíz, hizo el que consideró su último aviso parroquial
en la Basílica “Santa Teresa”: “el próximo domingo 6 de septiembre, a las 10:30
am, el Sr Cardenal Urosa le dará posesión canónica al Nuevo Párroco, mi querido
hermano, profesor y amigo, el Reverendo Monseñor Henry William Padilla”.
Pidió
que lo reciban con afecto y alegría. “Cierren filas al lado de su nuevo pastor
así como lo hicieron conmigo, el mejor homenaje a la amistad que ha nacido
entre ustedes y yo, es que le apoyen a él, le reconozcan como su legítimo
párroco, eso me hará muy feliz y me sentiré orgulloso de ustedes”, acotó el
sacerdote.
Antes de la bendición solemne, una
placa le fue entregada en Reconocimiento por el servicio brindado en la
parroquia “Santa Teresa”.
NOTA FINAL: Monseñor Adán Ramírez Ortiz permitió al periodista fotografiarlo
al lado de una placa colocada en la entrada de la oficina parroquial en la que
están escritos los nombres de los que han sido párrocos en esta iglesia de
Caracas. El primer párroco fue el presbítero doctor Valentín de San Juan
(1865-1876). Le siguen: presbítero doctor Andrés María Riera (1876-1878);
presbítero doctor Manuel Vizcaya (1878-1893); presbítero doctor Rafael Parra
(1893-1900); presbítero doctor Mariano Parra (1900-1933); presbítero José
González (1933-1934); presbítero Manuel López (1934-1937); presbítero Juan
Manuel Coronel (1937-1939); monseñor Hortencio Carrillo (1939-1970); monseñor
Francisco Javier Monterrey (1970 … ); monseñor Juan Francisco Hernández
(1970-1974). La misma placa menciona a los “párroco y rectores de la Basílica
Menor Santa Teresa”: monseñor Juan Francisco Hernández (1974-1991); presbítero
licenciado Ángel Arturo Ríos (1991- 1997); y monseñor Adán Ramírez Ortiz, desde
1997, hasta este 29 de agosto de 2015.
Desde muy temprano y hasta culminar la eucaristía, los feligreses e integrantes de los movimientos de apostolado y cofradías, les brindaron sus saludos y deseos de muchos éxitos a monseñor Ramírez Ortíz.
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