Denuncian “la
violencia, inseguridad y criminalidad, el desabastecimiento, el alto costo de
la vida y los controles excesivos a la actividad productiva”. El trabajo ha sido publicado en el siguiente enlace de Aleteia
versión española
Ramón Antonio Pérez
@GuardianCatolic
La Conferencia
Episcopal Venezolana en la Exhortación Pastoral: “Compartimos el consuelo que
recibimos de Dios”, apuntalada en el segundo libro de Corintios,
capítulo 1, 4; y en el doble rol de anunciar el
mensaje de salvación y denunciar las injusticias, explica que “la labor de la
Iglesia implica tender puentes para propiciar el encuentro entre adversarios y
promover la reconciliación de los ciudadanos venezolanos”; pero también, “defender
y promover la dignidad del ser humano, así como el bien común”.
La lectura del
documento la hizo Monseñor Manuel Felipe Díaz
Sánchez, arzobispo de Calabozo, el pasado 11 de julio al culminar la Centésima
Segunda asamblea ordinaria de la CEV, acompañado de Monseñor Mariano José Parra
Sandoval, obispo de Ciudad Guayana; Monseñor Saúl Figueroa Albornoz, obispo de
Puerto Cabello; Monseñor Jesús Alfonso Guerrero, obispo de Machiques; y
Monseñor Ángel Francisco Caraballo Fermín, obispo auxiliar de la arquidiócesis
de Maracaibo.
Panorama político social
La CEV describió
el contexto nacional donde el gobierno de Nicolás Maduro atenta contra el
bienestar de los venezolanos y el sistema democrático. “Agrava esta situación
(…) la pretensión de imponer un modelo político totalitario y un sistema
educativo fuertemente ideologizado y centralizado, que amenaza su propia
viabilidad y calidad; la criminalización de las protestas y la politización del
poder judicial, que se manifiesta, entre otras cosas, en la existencia de
presos políticos y en la situación de tantos jóvenes privados de libertad por
haber participado en manifestaciones”, denuncia.
Los obispos también
hicieron una fuerte crítica a quienes se colocan en contra de la intermediación
e impulso del dialogo entre sectores políticos que por más de 15 años se
encuentran confrontados. “Cuando los Obispos fijamos posición sobre temas
diversos que atañen al acontecer nacional, lo hacemos como exigencia ética y
moral de justicia, equidad y paz entre todos los venezolanos”, alertaron.
Agregan que “quienes
nos acusan de actuar como actores políticos lo que hacen es desvirtuar el
derecho que nos compete como ciudadanos y pastores a cumplir nuestro deber:
defender y promover la dignidad del ser humano, así como el bien común”.
De igual manera,
la CEV pidió la libertad de los estudiantes y presos políticos, así como
medidas para el regreso de los venezolanos exiliados. “No será posible
encontrar soluciones satisfactorias a los problemas que darían a la gente si no
nos escuchamos, si se reprime sin investigar las causas por las que surgen las
protestas”.
Indicaron que pretender
la paz no significa renunciar a los derechos humanos. “No es posible pretender
una paz que suponga la renuncia a los derechos humanos, la aceptación de un
estilo de vida impuesto y la utilización de la Constitución y las leyes a
través de interpretaciones no compartidas y más bien rechazadas y denunciadas”.
En relación a la situación social los Prelados mencionaron: “la
violencia, inseguridad y criminalidad crecientes, el drama del
desabastecimiento, el alza constante del costo de la vida, unida a las
sucesivas devaluaciones de la moneda, la aplicación de controles excesivos a la
actividad productiva”. Acotaron que los “pobres y en general los que sufren
vienen a ser así simplemente una excusa o una pantalla ideológica para lograr
otros fines”.
De igual manera,
en el rosario de problemas de la sociedad venezolana, no faltaron las cuentas
de los deficientes servicios públicos, la crisis carcelaria, la militarización
del país, la corrupción y las “divisiones internas por apetencias e intereses
particulares” que afectan a los partidos políticos, afectos o no, al gobierno
de Maduro.
“Todo ello viene
a constituir una atmósfera social asfixiante que empuja a algunos a abandonar
el país, a muchos les hace perder la esperanza de lograr un cambio real de las
condiciones socio-políticas y a otros, en fin, los lleva a asumir actitudes
violentas”, alertaron los obispos y arzobispos de Venezuela.
Otros temas de interés para la iglesia
En el aspecto
eclesial hablaron del encuentro de sacerdotes que se cumplió en el marco de la
asamblea ordinaria.
“Efectivamente, los presbíteros están siempre a nuestro
lado en el trabajo cotidiano de las iglesias particulares. Merecen nuestro
reconocimiento, nuestra gratitud y afecto paterno”.
La exhortación
“Compartimos el consuelo que recibimos de Dios”, indica que el sacerdote cumple
su papel muchas veces entre contradicciones pero la mayoría es fiel al
compromiso adquirido con Jesucristo, la Iglesia y el pueblo de Dios.
“Su misión es con
frecuencia puesta en duda o ridiculizada. Las limitaciones humanas que,
naturalmente, afectan también a los sacerdotes, provocan no rara vez caídas y
fallas (…) las cuales son injustamente generalizadas y enrostradas a los
ministros ordenados, cuando la verdad es que la gran mayoría se esfuerza por
guardar íntegra fidelidad a sus compromisos”, dice la exhortación pastoral.
Finalmente hablaron
de la realización de una Asamblea Nacional de Pastoral en el año 2015, con el
objeto de realizar un examen sincero de la fe y práctica religiosa del pueblo
cristiano, teniendo presente la realidad de división y odio que pretende
imponerse en el país, y ser una contribución al reencuentro y la
reconstrucción.
“Toda la Iglesia
que peregrina en Venezuela pueda sentir este acontecimiento como algo propio, y
debe insistirse en que se pongan en práctica las instancias participativas
previstas tanto en las diócesis como en las parroquias”, dijo la CEV.
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