“La cultura necesita extenderse y crecer y no debe quedarse en un grupo reducido”, reiteró el promotor cultural Juan Lander. |
Ramón Antonio Pérez
@GuardianCatolic
Guarenas, 19 de julio de 2014.- El padre Pedro Falcón Briceño responsable de la
Parroquia “Sagrado Corazón de Jesús”, de la urbanización “Doña Menca de Leoni”
de esta ciudad, por segundo año consecutivo festejó la solemnidad de los apóstoles
San Pedro y San Pablo, con la presencia de la ‘Parranda de San Pedro de
Guarenas Regresa a su Raíces’, lo cual llevó alegría y permitió conocer
aspectos que se vinculan con esta expresión de cultura y religiosidad nacida en
la región mirandina.
Durante el mensaje que
emitió en la eucaristía que presidió el pasado 29 de junio, el sacerdote hizo
un reconocimiento a los integrantes de la fundación que impulsa esta parranda
de San Pedro y que desde el 2010 preside el folklorista guarenero Juan
Lander. Los motivó a seguir difundiendo los valores culturales y religiosos que
los involucra e invitó a integrarse en las actividades de la comunidad parroquial.
Padre Pedro Falcón Briceño, actual párroco en la iglesia "Sagrado Corazón de Jesús", en la urbanización "Menca de Leoni", Guarenas. **************************************** |
También habló del trabajo
emprendido por los apóstoles San Pedro y San Pablo que impulsaron a la Iglesia
en los primero años de existencia cuando apenas era una secta. “La feligresía
va montada en la barca que actualmente guía a nivel mundial el Papa Francisco y
a nivel local el Obispo de la Diócesis de Guarenas, Monseñor Gustavo García
Naranjo, que a la fecha cumplió 39 años de ordenación sacerdotal”, recordó.
La Parranda de San Pedro Regresa a sus Raíces
La Parranda de San Pedro presente
en esta eucaristía surge ante una investigación que se convirtió en trabajo de
grado, y según los autores se demuestra que el “baile nació en la Hacienda San
Pedro e involucra a todos los guareneros”, comentó Juan Lander, promotor cultural
del municipio Plaza y a quien se le conoce como “Zona”.
Desde el año 2010 asumieron
una propuesta de constituirse en la segunda parranda de Guarenas y esos primeros años no fueron tan fáciles.
“Recibimos ataques de muchos sectores. Durante las misas tuvimos que
conformarnos con estar al final del templo, pero gracias a Dios mandamos una
carta y, en el año 2012 se pudo gozar de estar al frente del altar, en la
bancada contraria a la de la familia Núñez”. Buscaron otros espacios, como en
efecto lo hallaron en la Parroquia “Sagrado Corazón de Jesús” de la
urbanización Menca de Leoni, donde han sido bien recibidos.
Lander expresó que muchos de ellos formaron parte de
la parranda más antigua de Guarenas, “pero la cultura necesita extenderse y
crecer. Ya esto es patrimonio cultural de todos los guareneros y no debe
quedarse en un grupo reducido”, expresó Lander.
Un poco de
historia
En los años que van de 1.620 en adelante, la forma de
vida de los moradores de la zona de Guarenas y Guatire, en el estado Miranda,
Venezuela, era la agricultura. En las haciendas de la zona el cultivo de
algodón, caña de azúcar y la cría de ganado porcino y vacuno eran las
principales fuentes de vida para el momento.
La explotación de las haciendas de cultivo, era
efectuada por una mano de obra predominantemente esclava. Entre las
plantaciones de mayor fuerza y prestigio se encontraba la Hacienda de San Pedro
en la que regía la religión católica y, precisamente, San Pedro Apóstol, era el
santo patrón.
Cuenta la historia que una negra llamada María
Ignacia, esclava de una de las haciendas vecinas de Santa Cruz de Pacairigua,
hoy Guatire, contaba con la confianza de los amos. Un día, su hija Rosa
Ignacia, enfermó.
Agotados los recursos de los brujos y curanderos, en medio de una gran desesperación, pidió ayuda a San Pedro Apóstol.
Agotados los recursos de los brujos y curanderos, en medio de una gran desesperación, pidió ayuda a San Pedro Apóstol.
Como promesa al santo, ofreció cantar y bailar si su
hija superaba la desconocida enfermedad. El milagro se realizó y María Ignacia
se dedicó a cumplirle la promesa a San Pedro Apóstol, todos los 29 de junio,
bailando y cantando con su hija Rosa Ignacia en brazos. Pero, ¿existió
verdaderamente la esclava María Ignacia…?
Según el archivo Parroquial de la Catedral “Nuestra
Señora de Copacabana”, en Guarenas, fue verídica la existencia de María
Ignacia. Nació el 31 de julio de 1800 y fue bautizada el 11 de agosto del mismo
año por el sacerdote Juan Antonio Díaz Argote. Era esclava del hacendado don
Gabriel Blanco Uribe.
En la medida en que la promesa de María Ignacia se iba
consolidando, los demás esclavos se incorporaban y hacían suyo el cumplimiento.
Los hombres, durante la observancia de la promesa, se vestían con levita y
pantalones de color negro, el sombrero conocido como pumpá y alpargatas de
cuero. Además, alrededor del cuello, se colocan un pañuelo de color amartillo o
rojo, que simbolizaban a los partidos Liberales o Conservadores.
Mientras cantaban lo hacían con estrofas de protesta
por el maltrato recibido de parte de los patrones. Zapateaban contra el suelo
usando las cotizas de cuero y diciendo: “Con la cotiza dale al patrón, vuélvelo
polvo sin compasión”….
Cuando muere María Ignacia, su fiel marido se viste de
mujer y continúa con el pago de la promesa a San Pedro Apóstol. Luego,
distintos hombres se han disfrazado de María Ignacia, cargando una muñeca que
representa a su hija.
También forman parte de esta parranda: a) El
Abanderado, que es el encargado de dirigir la ruta por donde transitarán
bailando; b) El Cargador, con la responsabilidad de transportar la imagen de
San Pedro durante el recorrido de la parranda; c) Los Tucusitos que son dos
niños vestidos de azul y rojo; y d) Los ‘Sanpedreños’ o seguidores de la
parranda que ataviados con cotizas debajo de las alpargatas, se encargan de
bailar y contestar las estrofas de un cantante improvisador.
Tanto en Guarenas como en Guatire después de la misa
solemne del 29 de junio, la parranda recorre las calles principales, y van de
casa en casa, llevando la alegría a los vecinos de estas localidades mirandinas.
La cámara edilicia de la ciudad de Guarenas, con fecha
11 de abril de 1998, emitió una ordenanza dando la potestad de la parranda a la
Asociación Civil Antonio Núñez. Es un homenaje a la familia descendiente de los
Sanpedreños originarios, quienes conservaron la tradición durante más de un
siglo, siendo en la actualidad el más representativo de sus miembros, el
guarenero Pablo Núñez.
La consolidación de la Parranda de San Pedro a través
de los años, permitió que el 5 de diciembre de 2013, la Organización de
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en su sede
de Bakú, capital de Azerbayán, la declarara Patrimonio Cultural Inmaterial de
la Humanidad.
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