¿Por qué el Papa Francisco no ha respondido las “Dubia” acerca del Sínodo de la Sinodalidad?


Cinco “Dubia” (dudas) presentadas en julio y reformuladas en agosto de este año por un grupo de Cardenales al Papa Francisco, acerca de cuestiones de doctrina perenne para que las responda antes de iniciarse el Sínodo de la Sinodalidad, no han recibido las respuestas adecuadas
 

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Publicado el 2 de octubre de 2023

La noticia fue dada a conocer este lunes 2 de octubre de 2023, en una Notificación a los fieles hecha por cinco cardenales y que difundió el periódico National Catholic Register.  Es decir, ocurre a dos días del inicio del Sínodo al que asistirán delegados de todo el mundo, lo cual se ha convertido en la “comidilla” de los medios acreditados en el Vaticano.

Las solicitudes al Papa fueron firmadas por dos cardenales supervivientes de las ‘dubia’ no respondidas sobre Amoris laetitia, Walter Brandmueller, de Alemania y Raymond Burke, de Estados Unidos, a quien Francisco destituyó como presidente de la Corte Suprema del Vaticano. 

También por Juan Sandoval de México, arzobispo emérito de Guadalajara, Robert Sarah de Guinea, ex prefecto para la liturgia; y Joseph Zen, arzobispo emérito de Hong Kong. Ellos ya están en el ojo del huracán sinodal.

Dubia replanteada sobre el Sínodo de la Sinodalidad

El grupo de prelados de alto rango dice que presentaron una versión previa de la dubia sobre varios temas el 10 de julio y recibieron una respuesta del Papa Francisco al día siguiente. Sin embargo, las respuestas fueron hechas de manera completa en lugar de la forma habitual de respuestas de “sí” y “no”. Por ello fue necesario presentar una solicitud revisada de aclaración.

Las respuestas del Papa Francisco “no han resuelto las dudas que habíamos planteado, pero, en todo caso, las han profundizado”, dijeron en el comunicado al Registro Católico Nacional. Por lo tanto, enviaron las dubia reformuladas el 21 de agosto, planteándolas de manera que obtuvieran respuestas de “sí” o “no”. 

Los cardenales rechazaron las solicitudes del citado medio informativo de revisar la respuesta del Papa del 11 de julio, ya que dicen que la respuesta estaba dirigida sólo a ellos y, por lo tanto, no estaba destinada al público.

Dicen que aún no han recibido respuesta a la dubia reformulada enviada al Papa el 21 de agosto. El Registro buscó comentarios del Vaticano el 29 de septiembre y nuevamente el 1 de octubre, pero no había recibido respuesta al momento de la publicación. 

¿Cuáles son las dudas presentadas por los Cardenales?

Los cardenales explicaron que decidieron presentar la dubia “en vista de varias declaraciones de prelados de alto rango” hechas en relación con el próximo sínodo que han sido “abiertamente contrarias a la constante doctrina y disciplina de la Iglesia”. 

Dada la gravedad del asunto de la dubia, especialmente en vista de la inminente sesión del Sínodo de los Obispos, juzgamos nuestro deber informaros a vosotros, los fieles (c. 212 § 3), de manera que no quedéis sujetos a confusión, error y desaliento, sino que oréis por la Iglesia universal y, en particular, por el Romano Pontífice, para que el Evangelio sea enseñado cada vez más claramente y seguido cada vez más fielmente.

Estas son las 5 dubia reformuladas:

1. “¿Es posible que la Iglesia enseñe hoy doctrinas contrarias a las que ha enseñado anteriormente en materia de fe y de moral, ya sea por el Papa ex cathedra, ya sea en las definiciones de un Concilio Ecuménico, ya sea en el magisterio universal ordinario de los Obispos dispersos por el mundo (cf. Lumen gentium, 25)?”.

2. “¿Es posible que en algunas circunstancias un pastor pueda bendecir uniones entre personas homosexuales, sugiriendo así que el comportamiento homosexual como tal no sería contrario a la ley de Dios y al camino de la persona hacia Dios? Vinculada a esta dubia es necesario plantear otra: ¿Sigue siendo válida la enseñanza sostenida por el magisterio ordinario universal, según la cual todo acto sexual fuera del matrimonio, y en particular los actos homosexuales, constituyen un pecado objetivamente grave contra la ley de Dios, independientemente de las circunstancias en las que tenga lugar y de la intención con la que se realice?”. 

3.  “El Sínodo de los Obispos que se celebrará en Roma, y que incluye sólo una escogida representación de pastores y fieles, ¿ejercerá, en las cuestiones doctrinales o pastorales sobre las que deberá expresarse, la Suprema Autoridad de la Iglesia, que pertenece exclusivamente al Romano Pontífice y, una cum capite suo [junto con su cabeza], al Colegio de los Obispos (cf. c. 336 C.I.C.)?”.

4. “¿Podría la Iglesia en el futuro tener la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, contradiciendo así que la reserva exclusiva de este sacramento a los varones bautizados pertenece a la sustancia misma del sacramento del Orden, que la Iglesia no puede cambiar?”.

5. “¿Puede recibir válidamente la absolución sacramental un penitente que, aun admitiendo un pecado, se niega a manifestar, de cualquier modo, la intención de no volver a cometerlo?”.

Lo clave: la salvación de las almas 

En comentarios ofrecidos el 2 de octubre al Register, el cardenal Burke destacó que la iniciativa de los cardenales está “de acuerdo con la práctica constante de la Iglesia”, añadiendo que “los fieles, incluidos los cardenales que tienen una responsabilidad especial por la vida de la Iglesia, tienen el deber de hacer conocer a los sagrados Pastores de la Iglesia – preeminentemente al Romano Pontífice – las serias preocupaciones sobre la doctrina y la disciplina de la Iglesia”.

La práctica ha proporcionado a la Iglesia un rico tesoro de doctrina y disciplina en las respuestas del Romano Pontífice y de los obispos individuales a las dudas o preguntas que se les plantean. La parte dispositiva de todas esas respuestas, a lo largo de los siglos, está codificada en el Código de Derecho Canónico. Las dudas o preguntas se proponen de manera que susciten una respuesta clara e inequívoca por el bien de la Iglesia, es decir, el bien de las almas.

El cardenal Burke dijo que “lo clave” es que la dubia y la dubia reformulada “se refieren principalmente a la doctrina y la disciplina de la Iglesia, la salvación de las almas”.



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