El segundo plan
diocesano de pastoral de la Diócesis de La Guaira, enfatiza dos aspectos:
predicar el Evangelio y predicar juntos el Evangelio. La iglesia diocesana motiva
a trabajar “con puertas y ventanas abiertas a otras parroquias, zonas
pastorales, a la diócesis y a toda la Iglesia”
Fotos autorizadas Diócesis de La Guaira
La Guaira, 7 de diciembre de 2022
Queremos con la gracia del Espíritu concretar la evangelización en nuestras comunidades, de forma de contribuir a la construcción del proyecto de Jesús, es decir, el Reino de Dios. Nos comprometemos como dice el título de nuestro Plan a Predicar juntos el Evangelio con criterios comunes. En pocas palabras, queremos juntos colorear de Evangelio nuestra realidad.
Monseñor Raúl Biord Castillo se expresó de esta manera, el sábado 3 de diciembre, durante una eucaristía que presidió en la catedral San Pedro Apóstol de esta ciudad, donde promulgó el II Plan Diocesano de Pastoral que entrará en vigencia el 1 de enero de 2023.
El plan regirá durante nueve años en la Diócesis de La Guaira, y su implementación será progresiva en las distintas instancias eclesiales que conforman esta iglesia particular en Venezuela.
La promulgación del plan se cumplió en el marco conmemorativo de los 250 años de la visita pastoral que a estas localidades del Litoral Central realizó monseñor Mariano Martí en el año 1772.
También está inspirado en otro gran misionero, San
Francisco Javier, uno de los fundadores de la Compañía de Jesús (jesuitas)
que llevó el Evangelio a la India, Malasia, Japón y China.
Nuestro plan diocesano expresa el compromiso de ser una Iglesia renovada, donde todos, sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, construyamos una pastoral de comunión, trabajando en conjunto con criterios comunes. Quiere ser un camino de pastoral orgánica y que dé una respuesta eficaz para atender las exigencias de nuestra iglesia local, dijo el prelado guaireño.
Raúl Biord Castillo es miembro de los Salesianos de Don Bosco y fue nombrado por el Papa Francisco como el IV Obispo de La Guaira, en noviembre de 2013, aseguró que el título de este plan de pastoral enfatiza dos aspectos: predicar el Evangelio y predicar juntos el Evangelio.
“La evangelización es un mandato que recibimos como comunidad, no de forma individual ni aislada”, dijo durante la misa a la que asistieron integrantes del clero, movimientos de apostolado y fieles en general. A continuación, la homilía:
“Predicar
Juntos el Evangelio”
Mons. Raúl Biord Castillo
Un segundo Plan Diocesano de Pastoral
Desde el 2014 hemos realizado 8 asambleas diocesanas
de pastoral, precedidas por asambleas parroquiales. Han sido momentos de
encuentro fraterno, expresión de comunión y de reflexión sobre el camino
pastoral de nuestra diócesis.
En el año 2015 elaboramos nuestro primer Plan
Pastoral, que llevó por título: “Para vivir la alegría del Evangelio”, frase
inspirada en la exhortación Evangelii Gaudium del Papa Francisco. Debía
concluir en el año 2020, fecha en la que celebramos los 50 años de creación de
la diócesis. Durante el año 2021 hicimos una evaluación del Plan con los
aportes de los Consejos Parroquiales de Pastoral, de los secretariados
diocesanos, de las religiosas, de los sacerdotes y diáconos. El Consejo
Diocesano de Pastoral coordinó durante el año 2022 la elaboración del nuevo
Plan, con numerosas reuniones del Consejo, de varias comisiones de trabajo, las
asambleas parroquial y diocesana sobre el Sínodo de la Sinodalidad y la VIII
Asamblea Diocesana de Pastoral. Integrados los aportes, se presentó para su
aprobación en reuniones del clero, del Consejo Presbiteral y del Consejo
Diocesano de Pastoral. Será promulgado el día sábado 3 de diciembre de 2022 en
la catedral San Pedro Apóstol, en ocasión de los 250 años de la visita pastoral
de Mons. Mariano Martí.
Predicar juntos el Evangelio
El título de nuestro Plan Diocesano de Pastoral
(2023-2032) se inspira en la reciente constitución del Papa “Praedicate
Evangelium”. Expresa el compromiso de ser una iglesia renovada donde todos
(clero, religiosas y laicos) construyamos una pastoral de comunión, trabajando
en conjunto con criterios comunes. Quiere ser un camino de pastoral orgánica y
una respuesta eficaz para atender las exigencias de nuestra iglesia local, con
“indicaciones programáticas concretas, objetivos y métodos de trabajo, de
formación y valorización de los agentes y la búsqueda de los medios necesarios,
que permitan que el anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las
comunidades e incida profundamente mediante el testimonio de los valores
evangélicos en la sociedad y en la cultura” (NMI 29).
El título del segundo Plan propone dos énfasis:
“predicar el Evangelio” (cf. Mt 28, 19-20) es la misión de la iglesia, que solo
existe para evangelizar (1Cor 9,16); “juntos” nos indica dos dimensiones de la
misión: la comunión y la sinodalidad. La
evangelización es un mandato que recibimos como comunidad, no de forma
individual ni aislada. Expresa el compromiso de una pastoral de conjunto o de
una pastoral en comunión.
La sinodalidad permea todas las instancias: diócesis,
parroquias, comunidades, centros e instituciones. La parroquia no es una
comunidad cerrada ni aislada, sino con puertas y ventanas abiertas a otras
parroquias, a la zona pastoral, a la diócesis y a toda la iglesia, como también
a su entorno social. Y esto no sólo por razones de enriquecimiento de ideas, de
complementariedad de proyectos, de ampliación de relaciones humanas o de
disponibilidad de recursos, sino por fidelidad a la propia esencia: una iglesia
comunión y en misión.
El Directorio Diocesano: hoja de ruta para la
conversión
En la primera parte se presenta lo que hemos llamado
Directorio Diocesano que expresa cómo queremos que sea nuestra diócesis y sus
distintas instancias, las zonas pastorales, las parroquias, las pequeñas
comunidades y el espíritu que las debe animar. Se trata de directrices
concretas que asumimos como iglesia local, un derecho diocesano propio que
partiendo de la normativa universal ofrece orientaciones propias y plasma la
organización de nuestra diócesis. Servirá como hoja de ruta o de navegación
para poder alcanzar el sueño de nuestra conversión pastoral y misionera.
Orientaciones pastorales
La segunda parte del Plan presenta las Orientaciones
pastorales para los próximos 9 años. El primer Plan fue estructurado en forma
sincrónica a partir de las 4 dimensiones o ejes transversales que asumió la I
Asamblea Nacional de Pastoral: anuncio, comunión, servicio y formación. Este
nuevo Plan asume una perspectiva diacrónica de la proclamación del Evangelio
teniendo como marco de referencia el proceso evangelizador de la iglesia. En
este sentido, presenta el proceso evolutivo de iniciación y maduración
cristiana en la fe de las personas y comunidades, como ha propuesto el capítulo
VI de Aparecida. Se parte de la misión que inicia con el primer anuncio que
lleva al encuentro con Jesucristo, sigue una iniciación cristiana a través de
una catequesis de itinerarios que lleva a la inserción en una comunidad
eclesial, organizada en distintas pastorales y servicios, donde cada uno
descubre en su vocación el envío misionero del Resucitado.
Esta propuesta privilegia la acción misionera de la
iglesia, que es impostergable en una sociedad que se descristianiza
rápidamente, es decir, en una sociedad poscristiana. Este proyecto tiene una
función pedagógica pues recuerda cuál es el origen y el objetivo último de toda
acción evangelizadora, permitiendo incluir todas las acciones evangelizadoras
en el orden que les corresponde.
Opción metodológica
Asumimos el ver – juzgar – actuar, método seguido en
las conferencias generales del Episcopado Latinoamericano y en el Concilio
Plenario.
La opción metodológica que hemos hecho nos lleva a
proponer no actividades sino acciones, con ellas indicamos metas a lograr a
mediano y largo alcance. El horizonte vislumbrado orienta en el camino. Cada
tres años se realizará un Plan Operativo para proponer actividades concretas,
responsables, recursos, lugares y tiempos. La evaluación continua, pero en
particular una evaluación del Plan Operativo al final de cada trienio nos
ayudará a identificar fallas, olvidos y deficiencias, lo que nos permitirá
priorizar acciones o incluir otras nuevas.
Vayan a predicar (Mt 28,19), pero vayan juntos…
El Papa Francisco nos invita a escuchar con oídos
abiertos a la novedad y con un corazón samaritano. Escuchar primero a los
hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños concretos, en sus realidades, en
sus gritos silenciosos y en sus clamores profundos. Segundo: escuchar los
latidos de los signos de los tiempos, pues la Iglesia no puede estar al margen
de la historia, enredada en sus propios asuntos. Necesitamos ser una
Iglesia vitalmente profética, desde los signos y los gestos, que muestren que
existe otra posibilidad de convivencia, de relaciones humanas, de trabajo, de
amor, de poder y servicio. Y para que esto sea posible, necesitamos escuchar la
voz del Espíritu, que nos abre a su novedad: «siempre enseña a la Iglesia la
necesidad vital de salir, la exigencia fisiológica de anunciar, de no quedarse
encerrada en sí misma» (Homilía del Domingo de Pentecostés, 5 junio 2022). El
Espíritu nos libra de obsesionarnos con las urgencias, y nos invita a recorrer
caminos antiguos y siempre nuevos: los del testimonio, la pobreza y la misión,
para liberarnos de nosotros mismos y enviarnos al mundo.
Queremos con la gracia del Espíritu concretar la evangelización en nuestras comunidades, de forma de contribuir a la construcción del proyecto de Jesús, es decir, el Reino de Dios. Nos comprometemos como dice el título de nuestro Plan a Predicar juntos el Evangelio con criterios comunes. En pocas palabras, queremos juntos colorear de Evangelio nuestra realidad.
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