“Queremos que nos dejen en paz” y “Espero que respeten
mi vida”, fueron las expresiones del prelado a quien policías y paramilitares
mantienen sitiada la residencia y oficina episcopal. Se conoció que el padre Uriel Vallejos fue expulsado de su propio país
Ramón Antonio
Pérez // @GuardianCatolic
Nicaragua, 5 de agosto de 2022
Daniel Ortega y su
régimen socialista sigue tensando las relaciones con la iglesia católica en
Nicaragua. El 4 de agosto, en medio del asedio policial, monseñor Rolando Álvarez,
obispo de Matagalpa, salió de la casa episcopal portando el Santísimo Sacramento.
Apenas caminó una cuadra. En la noche no pudo hacerlo ante el bloqueo de la
residencia.
De acuerdo con lo
publicado por el portal Aleteia que citó a un medio local -Artículo 66- monseñor Álvarez, quien desde hace tiempo ha
denunciado persecución y hostigamiento de parte del régimen de Daniel Ortega,
salió en procesión.
Que nos digan sin van a dejar entrar al pueblo fiel a la curia, que nos digan si nos van a permitir celebrar la eucaristía con los medios de comunicación, si vamos a poder tener libre circulación, si van a dejar de cerrar las calles de la curia, si van a quitar las fuerzas policiales que están hasta dos cuadras alrededor de la curia, dijo el prelado.
Álvarez también bendijo a los policías que tenía a su alrededor, oró por ellos y pidió que “dejen en paz” a la feligresía católica.
“Que en el corazón de los nicaragüenses reine
la paz, no reine el odio, ni la división”, dijo Álvarez, a quien se lo vio de rodillas y cuestionó la presencia de los uniformados en
la zona.
Durante la tarde del 4 de agosto, un video de la Diócesis de Matagalpa, dio cuenta del intento de salida del obispo, pero un piquete de policías colocado en el portón de la casa curial se lo impidió. Dijo a los fieles que quiso salir a presidir una Hora Santa y luego la Misa, pero los agentes antimotines, en una acción violatoria de todo derecho a la fe, se lo impidieron.
¿Padre Uriel expulsado de su propio país?
Las acciones
contra la iglesia del 1 de agosto, tuvieron como epicentro el ingreso violento de
la policía a la capilla Niño Jesús de Praga de la parroquia Jesús de la Divina
Misericordia, en la Diócesis de Matagalpa.
En este lugar el
padre Uriel Vallejos se mantuvo bajo encierro y con los servicios de agua,
electricidad e internet cortados. En una gráfica se le observa consumiendo
algunas galletas ante el impedimento de poder elaborarlos en su cocina.
De acuerdo con medios locales, el sacerdote salió de la capilla en la noche del jueves 4 de agosto y junto a él los religiosos que le acompañaron durante el injusto encierro.
El periodista Emiliano Chamorro escribió en Twitter que el párroco de Sébaco fue liberado en la noche del miércoles. Y añade: "según una fuente, el sacerdote fue expulsado de su propio país, cuya misión estuvo a cargo del comisionado Ramón Avellan".
Durante los cuatro días que permaneció aislado se mantuvo a fuerza de la oración y consumiendo únicamente galletas y agua, acotan algunos medios de Nicaragua.
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