Al menos diez casos de presuntos
abusos a niños, niñas y adolescentes; violaciones y actos lascivos, llevaron al
Episcopado Venezolano a presentar un instructivo actualizado para impedir estos
hechos
Publicado el 7 de julio de 2022
Ante los escándalos por abusos de
menores ocurridos a nivel mundial, la Iglesia venezolana parecía no estar
salpicada. Fue tan solo un espejismo que se volvió realidad con al menos diez
casos de presuntos abusos conocidos a través de un poderoso medio.
Tal vez, el intenso trabajo
desplegado por sacerdotes honestos y laicos comprometidos ante la crisis
humanitaria de los últimos años, ocultó esa dolorosa realidad en
Venezuela.
Si bien las cifras de los abusos a
menores por parte de miembros de la Iglesia están por debajo del 2 por
ciento del total mundial; son hechos repudiables que ocurren en el seno de
la institución portadora del “mensaje de amor de Jesús”. Estos delitos no se
justifican.
La mayoría de los casos estaban en
el secreto de tribunales civiles y eclesiásticos. Ahora hacen ruido,
convirtiéndose en el alimento de las noticias escandalosas, pero al mismo
tiempo, alertan a la feligresía que teme no se sigan cometiendo tales delitos.
Algunos sacerdotes implicados
fallecieron; otros fueron enjuiciados y viven en libertad condicional. Pero
muchos siguen ejerciendo el ministerio en parroquias y comunidades.
La lista de atrocidades incluye
mensajes y citas vía celular a niños, niñas y adolescentes; estadías en hoteles;
actos lascivos en sacristías y casas parroquiales. Incluso, se conoció del
ofrecimiento de ingreso como monaguillos bajo la condición de “pasar una
prueba…”, impuesta por alguno de los señalados.
“No había que seguir escondiendo la basura debajo de la alfombra”, dijo una fuente para Aleteia desde la sede de la CEV, en Caracas. “Las autoridades de la iglesia venezolana tenían que dar la cara y hablar de esto porque involucra a buenos y malos”.
Iglesia dolida por estos abusos
Monseñor Mario del Valle Moronta
Rodríguez, primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, con
palpable vergüenza ajena, habló el 6 de julio de 2022, sobre el escabroso tema.
Lo acompañaron Ángel Caraballo, obispo de Cabimas; Ricardo Barreto, obispo
auxiliar de Caracas; y Fray Eddy Omar Polo, presidente de la CONVER.
Nos sentimos profundamente consternados y dolidos ante las situaciones de abusos que se presentan, dijo Moronta al dar la cara y anunciar la actualización del Protocolo de prevención de abusos, aprobado por los arzobispos y obispos de Venezuela.
“Los obispos ni se han opuesto ni
se oponen a la actuación de los organismos competentes de la justicia civil en
esta materia de abusos”, indicó ante los señalamientos que acompañaron la
investigación publicada en The Washington Post.
“Al contrario, respeta sus
decisiones y ha prestado su colaboración para el esclarecimiento de los hechos
en que se han visto implicados sacerdotes y otros miembros de la iglesia que
han sido presentados para ser juzgados de acuerdo al ordenamiento legal civil”.
Moronta destacó que se han comprometido a hacer de las instancias de la Iglesia lugares seguros para todos.
Estamos realizando diversas iniciativas orientadas a brindar información y formación a los diversos agentes de pastoral sobre la cultura del buen trato y la prevención de abusos, indicó el obispo del Táchira.
Explicó que desde el año 2014, “la
Conferencia Episcopal Venezolana dispone de unas líneas guías de actuación ante
presuntos abusos cometidos por clérigos y agentes de pastoral”. Estas líneas
preventivas han sido “recientemente renovadas”.
Informó que se constituyó una
“comisión de prevención” conformada por sacerdotes, obispos, religiosos y
laicos expertos en la materia. Así mismo, en diversas instancias de la iglesia:
diócesis, institutos religiosos, centro educativos y sociales, “se han venido
estableciendo mecanismos para recibir denuncias de presuntos abusos”.
Celebró misa en cama y abusó
de un menor
Un monseñor del estado Lara, ya fallecido,
cometió la presunta violación de un joven de 15 años. Se trata de Víctor
Hernández ahora con 26 años de edad, quien dijo que este monseñor abusó de él y
luego le pidió se quedara en una misa improvisada.
Arreglé todo tal como él me indicaba. En su cama presidió la Eucaristía, comulgó y me dio la paz; todo esto después de haber abusado de mí hacía menos de una hora, expresa Hernández de acuerdo con la investigación firmada por Ana Vanessa Herrero.
Hernández habría escrito un informe
que hizo conocer a la Nunciatura y otras instancias de la Iglesia en Venezuela,
pero nunca obtuvo respuesta alguna. Ahora vive en España, y comentó resignado:
“No hay nada más que pueda hacer (…) Aquí estamos solos”.
Una red de albergues como
tapadera
Otro caso es el de un sacerdote del
estado Zulia –Rafael Márquez- también fallecido. El clérigo fundó una red de
hogares para albergar y educar a niños en situación de calle. Lo imputaron por
presuntos actos lascivos violentos agravados contra 12 menores de 16 años “en
presencia de otros niños y adolescentes”, se cita del TWP.
Márquez trabajó como sacerdote hasta
su muerte, en 2018. El padre José Palmar, actualmente residenciado en Estados
Unidos y citado en la investigación, dijo que lo conoció personalmente. “Le
dieron medida sustitutiva”, aseguró Palmar.
En ese caso, la Iglesia no hizo lo que debería haber hecho. No hubo juicio canónico. El Estado y la Iglesia fueron cómplices, comentó el sacerdote y periodista venezolano.
Iglesia retoma caso de sacerdote
en Barquisimeto
Tras ser requerido por los
periodistas, Moronta habló del sacerdote Luis Alberto Mosquera. Estaba
incardinado a la Arquidiócesis de Barquisimeto y fue condenado en 2006 a más de
siete años de prisión por abuso sexual contra un niño de 12 años.
Puedo asegurar que el padre desde hace algún tiempo, cosa que no ha aparecido en ninguna publicación, ha sido suspendido del ejercicio del ministerio y se le ha retomado nuevamente su proceso de acuerdo con las normas de la Iglesia, dijo Mario Moronta.
La investigación del medio
estadounidense indica que el clérigo no terminó su sentencia, continuaba
celebrando misas en el estado Lara y, además, era un protegido de la Iglesia.
Moronta pide investigar abusos
cometido por otros entes
Monseñor Moronta es uno de los
obispos que en los últimos años se ha vuelto incómodo para el gobierno y los
grupos delictivos al denunciar la trata de blancas y contrabando en la frontera
de Venezuela y Colombia; a las mafias del aborto y grupos anti vida; así como al
gobierno, de ser responsable de la emigración de millones de venezolanos.
Su talla moral y amor por la iglesia
crece ante las dificultades. Por eso, en la rueda de prensa llamó la atención
sobre la investigación, de la que dijo se centró solo en la iglesia.
Llama la atención que nos investiguen, pero no investiguen otros entes. No solamente religiosos sino también profesionales, donde el número de abuso sexual es mayor, dijo.
“Yo no estoy justificando nada,
sencillamente asumimos nuestra responsabilidad, pero hay otros lugares y otros
ámbitos profesionales donde también se han dado estos casos y nadie dice nada.
Cuando se trata de un sacerdote o alguien de la iglesia, asumimos nuestra
responsabilidad”, añadió el obispo del Táchira.
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