Como parte del estreno de “Esperanza
sin fronteras”, la Iglesia de Santiago motivó una Mesa de
Trabajo -cuya sesión formal será el 25 de mayo- para proponer medidas en favor
de la inclusión laboral de migrantes y refugiados que llegan a Chile
Caracas, 25 de mayo de 2022
En diciembre de 2021, por Colchane,
región de Tarapacá, una inclemente zona al norte de Chile, ubicada a una altura
de 3600 metros sobre el nivel del mar y con temperaturas que bajan de cero
durante las noches, se desplazaban numerosos venezolanos.
Estaban huyendo de la pobreza y la
crisis humanitaria que se vive en Venezuela, el rico país petrolero de
Suramérica. Su objetivo: encontrar una vida digna traducida en empleo,
vivienda, educación, alimento, especialmente seguridad, paz y tranquilidad.
En uno de estos grupos iban Silvia
Oyaga y Nangier González con sus hijos de 3, 5 y 12 años. Ella es médica de
profesión; y él, mecánico y ex militar que desertó de la institución cansado de
ver injusticias. Antes de partir hacia Chile vivieron tres años en Ecuador.
El testimonio de lo vivido en un
tramo de la caminata de casi 15 días para llegar a Chile, es parte del
documental “Esperanza sin fronteras” del Arzobispado de Santiago, con
producción a cargo de Cristian Amaya Aninat y Natalia Castro Díaz.
El estreno se llevó a cabo el 18 de mayo, en la Cineteca del Centro Cultural La Moneda, en Santiago. Allí estaban, entre otros, Silvia y Nangier ratificando lo vivido.
Responsabilidad del gobierno de
Venezuela
Los migrantes venezolanos relataron
parte de la odisea, pero también, motivaron la esperanza que nunca dejaron en
el camino. La misma con la que les hablaron a sus hijos en el inhóspito
altiplano entre Chile y Bolivia por donde cruzaron de forma “ilegal”.
“¿Te sientes bien, papi?”, le
pregunta Nangier a su hijo mayor en una parte del documental de 36 minutos.
“Sí”, le responde el niño, a pesar del agobio del camino, el hambre y la sed.
Luego el padre, recomienda: “Camina
despacio. No te agites mucho”.
Pero en el rostro de Nangier
González y sus acompañantes el agotamiento era evidente. A él lo sostenía la fe
puesta en Dios, su espíritu de sobrevivencia, su responsabilidad familiar y
pensar en su madre que se quedó en Venezuela.
Llevamos casi 14 días viajando con los niños ¿Sabes lo difícil que es caminar tantos kilómetros, tantas horas de viaje, sin una gota de agua? Por Dios, que no se lo merece ni el peor enemigo, expresa sin detener el paso y con su hijo menor en los hombros.
“No es posible que un gobierno nos
tenga así”, se quejó con cierta amargura. “Una dictadura que tiene al país
amarrado y amenazado porque uno no puede ni denunciar, porque te matan a ti y a
tu familia".
“Nosotros emigramos por amor”
Una vez alcanzada la tranquilidad en
Santiago de Chile, las palabras de Silvia y Nangier, son de fe en Dios y
agradecimiento a los chilenos. “Muchas personas lo primero que preguntan es
por qué emigramos”, dice la médica que por ahora solo trabaja en casa.
Lo fundamental es emigrar por amor. Por amor a ayudar a nuestras familias; por amor a nuestros hijos; por amor de nosotros mismos. De querer un bienestar, un futuro, algo mejor que en nuestro país, lamentablemente, no hemos podido conseguir, dice Silvia.
“No tengo palabras para describir
todo lo que nosotros vivimos en esos días. No es solamente ver el rostro de
cada ser humano hacerlo, sino el de nuestros hijos que no había palabras para
explicar. Pero la gratificación que nos dio pisar este país (Chile) es algo
inexplicable. Fue una emoción saber que estábamos en Colchane y recibir ayuda”.
Nangier dijo sentirse tranquilo. Sus hijos ya están estudiando y él está trabajando.
No es fácil pararse aquí ante tanta gente y agradecerle a un país (Chile) que te ayude, cuando es el tuyo el que tendría que ayudarte y tenderte la mano para salir adelante.
Muertes, violaciones, tráfico de
órganos…
El filme recoge otras historias. El
testimonio de cada persona y familia, es único. El caso de la profesora Esther
Gutiérrez, desgarra y confirma lo que la crisis humanitaria desató en
Venezuela. “Yo fui profesora en mi país
y vengo huyendo de la dictadura”, dice.
“Estoy huyendo de los asesinatos, de
los crímenes. ¡Por favor, que alguien se apiade de nosotros!”, dice en una
parte de sus intervenciones. Su experiencia descubre los sufrimientos
adicionales encontrados en el camino por los migrantes venezolanos.
“Antes de llegar a Chile, en el
camino por la trocha de entre Ecuador y Perú, ha muerto cualquier cantidad de
gente, han violado. Bueno, una vez violaron a una familia entera”, precisa.
Además, refiere en el documental que durante las masivas emigraciones hay
“trata de personas, secuestros de niños, tráfico de órganos”.
La Iglesia motiva inédita Mesa de
trabajo
Cristian Amaya informó que en el
marco del estreno de “Esperanza sin fronteras”, representantes de entidades
públicas y privadas, la iglesia y la sociedad civil, instalaron la Mesa de
trabajo para la inclusión laboral de migrantes y refugiados.
El propósito es "encontrar
acuerdos a través del diálogo social, con el objetivo de proponer al país
medidas que contribuyan a la inclusión laboral de personas migrantes y
refugiadas”, dice el periodista del Arzobispado de Santiago.
Por su parte, Luis Berríos, de la vicaría de pastoral social Caritas, indicó que el trabajo de la Mesa apunta a las situaciones de las personas que ya se encuentran en Chile.
Están en situación de mucha precariedad y vulnerabilidad, por diversas barreras y por falta de oportunidades que les han impedido insertarse en el mercado laboral.
La primera sesión formal de la Mesa
se llevará a cabo el miércoles 25 de mayo próximo y las reuniones continuarán
cada 15 días, hasta la semana del 8 de agosto de este año.
Entre los firmantes se encuentran: la Subsecretaría del Trabajo; el Servicio Nacional de Migraciones; la Organización Internacional del Trabajo(OIT); la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); la Organización Internacional para las Migraciones (OIM); la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC); la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile(CNC); la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga); la Central Unitaria de Trabajadores de Chile(CUT); el Instituto Católico Chileno de Migración (Incami); la asociación Inmigrante Feliz, y la Vicaría de Pastoral Social Caritas. Cuenta con el apoyo del Programa de Formación Jurídica de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC).
¿Cuántas personas emigraron a Chile desde Venezuela?
Los datos más recientes aportados por las Naciones Unidas, en su actualización de abril de 2022, indican que 6,11 millones de venezolanos han salido del país.
Sin embargo, la Plataforma de
Coordinación Interagencial para refugiados y migrantes de Venezuela, advierte
que pudiera ser mayor porque los gobiernos no toman en cuenta a venezolanos sin
una condición migratoria regular.
América Latina es el lugar preferido
para los migrantes venezolanos, dispersándose en Colombia más de 1,8 millones
de ellos; y en Perú con más de 1,3 millones.
Según datos del Departamento de
Extranjería e Inmigración de Chile, desde el año 2014 han sido entregadas
397.988 visas vinculadas a las distintas formas de empleo de venezolanos. Otras
fuentes indican que los venezolanos se aproximan al medio millón, con un gran
porcentaje todavía en condición “ilegal”.
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