PodCast EGC: “El demonio les teme a las cosas santas. Les teme a los sacramentales, especialmente al agua bendita, al gesto de la señal de la Cruz y a la misma Cruz, pero muy especialmente a la Virgen María y a todo lo que se refiera a ella”
Fray Giovanni Luisio Mass
(OPCC)
El Tigre, 26 de marzo de 2022
Podemos comparar a lo que aborrecen
los miembros de las “Sectas Evangélicas” (No puedo llamarlas Iglesias
Protestantes, ya que no lo son), que aborrecen todo lo que tiene que ver con la
Santísima Virgen María. Ellos aborrecen el sacramental de agua Bendita y la sal
para exorcizar y los demás sacramentales y desde luego los Sacramentos.
Ellos huyen de los gestos de
signarse, persignarse y santiguarse, pero mucho más cuando les mostramos la
Cruz entrando en pánico e histeria. Con el Santo Rosario también causa el mismo
efecto, más aún cuando lo rezamos.
Esto no es casualidad, ya que las sectas llamadas protestantes, son una división y se manejan con mentiras y medias verdades como el demonio se maneja.
El demonio es “el padre
de la mentira” (Juan 8: 44). Dios es unidad y el demonio es división y estas
sectas estas divididas entre sí, son una “infestación”. Podríamos hacer una
paráfrasis de 2 Timoteo 1:7 “Dios no nos ha dado un espíritu de división, sino
un espíritu de amor, perdón y unidad.”
El demonio le teme a María,
San Juan Bosco nos decía:
Ponte con filial confianza bajo la protección de María; confía en Ella; espera en Ella. Jamás se ha oído decir que alguno de los que han acudido con confianza a María no haya sido escuchado. Ella será tu defensora en los asaltos que el demonio lanzará contra tu alma. (Memorias de San Juan Bosco, Vol. VI, p.19).
Tremendo testimonio muy eficaz
Besa a menudo la medalla o
el crucifijo, santíguate con viva fe, diciendo: Jesús, José y María, ayúdame a
salvar el alma mía. Estos son los tres nombres más terribles y formidables para
el demonio. Reza mucho el “Magnífica”, nosotros los consagrados lo rezamos en
la Liturgia de las Horas, en Vísperas.
Pero a lo que más le teme es
a la Comunión bien hecha, a las visitas a Jesús Sacramentado. Recuerden hermanos
que estamos en una “Guerra Espiritual”, y debemos prepararnos con las armas
espirituales.
Ojalá los sacerdotes y los
religiosos y religiosas tomaran más conciencia del “poder” de usar la sotana y
el santo hábito, el demonio se enfurece y lo digo por experiencia, cuando paso
por donde hay evangélicos u otros parecidos, como comienzan a gritar, a
vociferar hasta el punto de querer agredirme, que lo han hecho.
Así, que seamos santos, en pensamientos, en palabras y en acciones. A María el demonio la odia y es por tal que las sectas evangélicas odian a María, ya que ellos nacen de la división y Dios no es espíritu de división. Dios y la Virgen María los bendiga.
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