Padre José Antonio Barrera Ruíz: “La fiesta de la Candelaria tiene su razón de ser en Jesucristo”


Guarenas festejó su devoción a la Virgen de la Candelaria con una misa al aire libre; el encendido de las velas; procesión por sus principales calles y una Olla Solidaria para motivar la esperanza y hermandad

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Guarenas, 2 de febrero de 2022

Hoy celebramos la tradición de Nuestra Señora de la Candelaria. Se trata de una advocación mariana muy antigua que significa María de la Luz; María que viene a iluminarnos porque nos trae a Jesucristo Luz del mundo.

Así dijo el padre José Antonio Barrera Ruiz, párroco de Nuestra Señora de Copacabana, este 2 de febrero, frente a la Capilla dedicada a la Virgen de la Candelaria en Guarenas.



Jesucristo viene a iluminarnos en el Camino hacia el Padre porque es Camino, la Verdad y la Vida”, acotó el vicario de la Diócesis de Guarenas.

Invitó a ser luz de Cristo en el hogar, en el trabajo, en la comunidad y en el acontecer de cada día. “Toda fiesta mariana tiene su razón de ser en Cristo”, indicaba con reiteración.

La fiesta de la Candelaria viene a nosotros para que renovemos nuestro compromiso cristiano y para que verdaderamente Jesús sea la Luz de nuestra vida, expuso.

El amor de los guareneros por la Candelaria

En esta comunidad, la celebración de la Virgen de la Candelaria también la realizan al aire libre. Regularmente la capilla se queda pequeña cada 2 de febrero, para acoger a los cientos de feligreses para acuden para agradecer a la Virgen por los favores recibidos.

Las mujeres conformaron la mayor concurrencia. Algunas llevaron estampitas dedicadas a la Virgen e imágenes del Niño Jesús. “Después de esta misa al día siguiente comienzo a desmontar el Nacimiento de mi casa”, dijo una de las vecinas que llevó a su Niño Dios.

El grupo de niños vestidos de ángeles fueron los responsables de presentar las ofrendas que gustosamente recibió el sacerdote.

La antiquísima imagen de la Candelaria, fue expuesta a un costado de la tarima que sirvió de altar. Una vez más, los fieles encendieron las velas para recibir la Luz de Cristo e iluminar sus vidas. Entraban así en sintonía con el mensaje del padre José Antonio.

Al concluir la misa, se realizó la acostumbrada procesión en varias calles del casco colonial de Guarenas. Esta vez, también realización de una “olla solidaria” para el disfrute de quienes asistieron a estos festejos.

Historia de Nuestra Señora de Candelaria en Guarenas

La Iglesia católica celebra cada 2 de febrero la festividad del misterio de la Purificación de la Virgen, cuya imagen se representa llevando en la mano izquierda una vela, lumbre o candela, por lo que también recibe el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria, advocación con que es festejada como Patrona Principal de las Islas Canarias, en España; así como en poblaciones de Venezuela y América Latina.

Guarenas, 01 de febrero de 2014 // Ramón Antonio Pérez

El trabajo no intentará precisar los detalles espirituales de la importante advocación mariana y/o situar el interés religioso que para los católicos de Guarenas significa la Virgen de Candelaria, sino revelar algunos aspectos vinculados a su presencia en esta región mirandina donde están asentados otros nombres con que se honra a la Madre de Dios como el de la Patrona de Venezuela Nuestra Señora de Coromoto, y la protectora de la zona Nuestra Señora de Copacabana.

En primer lugar, la historia refiere la aparición de la Virgen a los indios Cospe el 8 de septiembre de 1652. Después de muchos años, el 1º de mayo de 1942, la Virgen de Coromoto fue declarada Patrona de Venezuela por el Episcopado Venezolano; y el 7 de octubre de 1944, el Papa Pío XXII, la proclamó “Celeste y Principal Patrona de toda la República de Venezuela”, recibiendo la coronación canónica en 1952.

El Santuario Nacional a la Virgen de Coromoto fue declarado Basílica por Su Santidad Pío XII el 24 de mayo de 1949. Luego, el Papa Juan Pablo II la coronó en su visita al Santuario mariano en Guanare, en enero de 1985; y en el año 2006 el Papa Benedicto XVI elevó el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto a la categoría de Basílica Menor. En Guarenas, una parroquia ubicada en el sector de Trapichito lleva el nombre de Nuestra Señora de Coromoto desde el 15 de junio de 1974, y refiere el directorio diocesano (2003), que su fiesta patronal es cada 11 de septiembre.

El segundo aspecto revela que Guarenas tiene como Patrona a Nuestra Señora de Copacabana desde el momento de su fundación el 14 de febrero de 1621, y sobre ella gira casi toda la devoción religiosa de los católicos en la zona.

La Virgen de Copacabana es una diminuta estatuilla tan antigua y similar a la que hizo el escultor indígena boliviano y candidato a la beatificación, Francisco Tito Yupanqui, y que algunos autores le asignan como nombre original, Nuestra Señora de la Candelaria de Copacabana. En Guarenas, la patronal se celebra cada 21 de noviembre.

En ese contexto religioso, la advocación de Nuestra Señora de la Candelaria en Guarenas, aunque todavía no posee una jurisdicción parroquial propia, no obstante, está considerada la más antigua de la ciudad, y su capilla se encuentra enclavada en uno de los sectores representativos de la “guarenidad” llevando el mismo nombre.

Desde España al Nuevo Mundo

La imagen de la Virgen de Candelaria se hallaba en Tenerife, Canarias, antes de la conquista de dicha Isla por la Corona de Castilla entre los años 1493-1495, y la devoción del pueblo canario, especialmente de los tenerifeños, es proverbial, aunque no fue declarada Patrona Principal del expresado archipiélago canario por la Sagrada Congregación de Ritos, hasta el decreto del 12 de diciembre de 1867.

En Tenerife son dos las fiestas que anualmente se celebran en su honor, pues a las del 2 de febrero, de pomposidad solemne y con ciertos rasgos aristocráticos, según cuentan los llegados a Venezuela desde esa parte de España, se agregó la del 15 de agosto, que es popular y más bulliciosa.

Con los canarios, que tanto participaron no sólo en el descubrimiento, conquista y colonización de América, sino también en el desarrollo de las repúblicas que luego se originaron en las viejas colonias, pasó a América la veneración por la Virgen de Candelaria. Es una de las razones por las que se encuentra extendido en la geografía americana el nombre de Candelaria en diversos lugares, haciendo sospechar para orgullo de ellos, la presencia de los canarios.

Así en Cuba el término municipal de Candelaria, en la provincia de Pinar del Rio, y en la barriada de Candelaria en el término municipal de Gibara, en la provincia de Oriente posee esta presencia religiosa. Lo mismo ocurre en República Dominicana, en la ciudad de Puerto Plata, capital de la provincia del mismo nombre, que fue fundada como Nuestra Señora de Candelaria y Puerto Plata, y que cambió luego por San Felipe de Puerto Plata, en honor de Felipe V, monarca reinante de aquellos tiempos.

La Candelaria en Venezuela

En Venezuela se encuentran muchos templos o altares dedicados a la advocación de La Candelaria, erigidos a expensa de esa emigración de canarios en la mayor parte del territorio nacional.

Así tenemos que en el estado Aragua, se encuentran en Maracay, La Victoria, Cagua y Turmero; en Caracas está la famosa parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, que a la par de su pujante comunidad canaria, también resguarda los restos mortales del Venerable Doctor José Gregorio Hernández en proceso de beatificación.

En el estado Vargas hay presencia de Candelaria en Caraballeda y Tarmas; Miranda: Guarenas y Panaquire; Carabobo: Valencia y San Diego; Falcón: Coro y Puerto Cumarebo; en Guárico: Valle de la Pascua y Lezama; Mérida: Bailadores y La Parroquia; Yaracuy: San Felipe y Albarico; Zulia: Maracaibo y Lagunillas; estado Lara en Cuara; Portuguesa, en Aparición; Sucre, en Yoco; y Trujillo en Betijoque.

No es raro, entonces que en Guarenas se haya levantado un templo a La Candelaria, sobre todo si se tiene en cuenta que desde el Siglo XVIII se encuentra un notable contingente de emigrantes canarios con familias establecidas en este poblado mirandino como son los siguientes: Cabrera-Rodríguez (1687); Pérez-González (1700); Ruíz-Díaz (1711); Espinoza-Tejera (1712); González-Carballo (1715); Hernández Grillo-Cuchilla (1747); Orta-De La Fee (1785); Fránquiz-Velásquez (1786); y Vera (1786) provenientes de Tacoronte (Tenerife), entre otras.

Capilla La Candelaria

No se sabe con exactitud cuándo se inició en Guarenas la devoción de La Candelaria, pero presumen los investigadores que naturalmente tuvo que ser anterior a la erección de su templo. Tampoco hay referencias de si este se inició muy temprano como construcción modesta que luego sería afectada por algún sismo u otro agente, y que daría motivo posterior a la edificación de un templo mejor.

Ello, aunque es posible, no es muy probable”, dice un documento titulado “La Candelaria de Guarenas”, de autor desconocido y que posee este redactor.

Lo que se sabe con certeza es que la Capilla se hallaba en construcción el 7 de noviembre de 1877, cuando la visitó el Sexto Arzobispo de Caracas, Doctor José Antonio de Ponte y Santimenea con motivo de la visita pastoral a la Parroquia Nuestra Señora de Copacabana, que inició el día 3 del mismo mes y año.

La referencia está asentada en el “Libro de Gobierno de esta Santa Iglesia Parroquial”, que se custodia en el Archivo Parroquial de Nuestra Señora de Copacabana. Resalta lo siguiente: “El quinto día visitó la Iglesia en fábrica denominada de Nuestra Señora de Candelaria, que es una hermosa capilla y exhortó a los fieles a su conclusión”.

También se conoce en el citado archivo que el 11 de septiembre de 1887, es decir, cerca de diez años después el templo ya estaba terminado.

No se tiene noticias ciertas de los trabajos de conclusión de esta obra religiosa, pero es tradición, no comprobada documentalmente, que el retablo de la misma proviene de la Iglesia y Convento de San Jacinto de Caracas. Este templo había sido clausurado, como consecuencia de lo dispuesto por el Congreso Nacional el 21 de febrero de 1837, y demolido, por determinación del Gobierno de Antonio Guzmán Blanco, según lo comunicó su ministro del interior al Vicario Apostólico, el 13 de agosto de 1875.

El retablo es de estilo “churriguresco”, es decir, proviene del modo desarrollado por la familia de apellido Churriguera (España), constituida por arquitectos barrocos cuya obra se caracterizó por presentar una recargada decoración, y que se ha utilizado para denominar el barroco español del primer tercio del siglo XVIII.

Es una magnífica obra del barroco en Venezuela, sólo comparable entre los de su época existentes en el país, a los de la Capilla del Pinar y de La Trinidad, ambos en la Catedral de Caracas; al del Altar Mayor de la Iglesia de San Francisco de Caracas; el de la Iglesia de San Miguel Arcángel de Burbusay, en el estado Trujillo; y el de la Iglesia de La Concepción de El Tocuyo, en el estado Lara. Quizás, se pudiera valorar como la joya artística más valiosa del municipio Plaza del estado Miranda.

La plaza que antecede a la Capilla de La Candelaria en Guarenas, está rodeada de una atmósfera de remembranzas y circundada por casas históricas, como la que fue habitación del Doctor Francisco Rafael García (1865-1954).

Posee el encanto de un ambiente de evocación y recuerdos, aunque ahora está desmejorada con entornos de basura, aguas sucias, borrachines y “zona liberada” por parte de “revolucionarios” que han hecho de la Plaza su lugar de falsas luchas y conquistas para el pueblo. No se sabe el destino de una vieja imagen que adornaba su fachada, tal vez guardada por el desgaste que la intemperie le infringía.

Este 2 de febrero, nuevamente los guareneros saldrán a la calle con la imagen morena en hombros para simbolizar toda una práctica de fervorosa piedad y venerar a la Madre de Dios bajo la advocación de Nuestra Señora de Candelaria.

Finalmente, y conociendo algo más de sus orígenes en este municipio Plaza del estado Miranda, es importante resaltar como expresión de fe un pueblo que aprecia su sentido espiritual, no olvidar sus orígenes y propiciar un mejor futuro para los habitantes de Guarenas. Feliz día de la Candelaria a sus fieles devotos. 





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