Chile: Iglesias vuelven a ser vandalizadas e incendiadas

Captura Twitter | @Cami_FloresO

A un año del estallido social en Chile, una vez más la Iglesia es víctima de ataques. Otra tarde de furia que vuelve a generar pronunciamientos de repudio y rechazo por lo sucedido

Macarena Gayangos/Redacción de Aleteia
Aleteia Chile - publicado el 19/10/20

A las 3 de la tarde Bomberos de Santiago recibió el primer llamado de incendio desde la Parroquia San Borja, iglesia oficial de Carabineros (Policía) a un año del 18 de octubre del estallido social en Chile.

La Iglesia San Borja es por segunda vez vandalizada, en esta oportunidad se robaron imágenes de santos y de la Virgen, las que fueron utilizadas para instalar barricadas; para posteriormente prender fuego al interior del templo y en el frontis. Más tarde Carabineros informaría la detención de cinco personas por este hecho.

Sin embargo, la imagen más brutal que se vio fue la caída del campanario de la Parroquia de la Asunción. Esta iglesia ya había sido saqueada e incendiada el 8 de noviembre del 2019. Sin embargo, en esta oportunidad el fuego comenzó en la puerta y se extendió rápidamente a la torre y cúpula, terminando finalmente con su derrumbe.

La iglesia de La Asunción data de 1876 un edificio patrimonial, uno más que es destruido por un grupo de encapuchados en el contexto de manifestaciones violentas.

Recordemos que en el contexto del estallido social diversas iglesias y catedrales fueron violentadas e incendiadas en distintas ciudades, muchas de ellas históricas y con un valor incalculable.

Chile vivirá el próximo 25 de octubre un acontecimiento histórico, más de 14 millones de personas concurrirán a las urnas para manifestar su aprobación o rechazo por una nueva Constitución. Que a estas alturas, difícilmente, pondrá fin a la violencia.

La Iglesia de Chile y su repudio a los ataques

Desde la Conferencia Episcopal de Chile de manera inmediata se publicó un comunicado este 18 de octubre ante los hechos ocurridos en dos iglesias.

“Los sucesos de las últimas horas en Santiago y otras ciudades de Chile demuestran que no hay límites para quienes exacerban la violencia. Hemos contemplado con tristeza las agresiones, saqueos y el ataque a lugares de oración, espacios sagrados dedicados a Dios y al servicio solidario de las personas. Nos duele ver un templo patrimonial de Santiago destruido y que se festeje la destrucción”, manifiestan los obispos de Chile.

“La inmensa mayoría de Chile anhela justicia y medidas eficaces que contribuyan a superar las brechas de desigualdad; no quiere más corrupción ni abusos, espera un trato digno, respetuoso y justo. Creemos que esa mayoría no apoya ni justifica las acciones violentas que causan dolor a personas y familias, dañando a comunidades que no pueden vivir tranquilas en sus hogares ni trabajar, atemorizados por quienes no buscan construir nada, sino más bien destruirlo todo”, indican.

Lo propio hizo el arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, quien expresó lo siguiente: “La violencia es mala, y quien siembra violencia cosecha destrucción, dolor y muerte. Nunca justifiquemos ninguna violencia”.

“Los pobres son los más perjudicados. Esperábamos que no se repitieran esas acciones y esas imágenes. Las acciones violentistas y las imágenes vandálicas las padecemos de nuevo hoy. Sentimos la destrucción de nuestros templos y otros bienes públicos; pero sentimos sobre todo el dolor de tantas personas chilenas de paz y generosidad. Esas imágenes no solo impactan y duelen en Chile, sino que impactan y duelen en otros países y otras gentes del mundo, especialmente hermanos cristianos”, dice en otro pasaje de su comunicado.

“En estos momentos sé el dolor tremendo de los feligreses de la parroquia de la Asunción de la Virgen María, y de la parroquia de Carabineros. Sepan y sientan que estamos unidos a ustedes: no perdamos la fe ni la esperanza: el amor es más fuerte, el amor es más fuerte”, añade.

ACN también condena ataques violentos

Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo de la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), emitió el siguiente pronunciamiento:

“Estamos consternados por las agresiones, saqueos y ataques a iglesias en Santiago de Chile: los sucesos de ayer (domingo) demuestran a donde llega la violencia y el odio promovido por algunos grupos”.

Desde ACN se señala que “nada justifica el uso de violencia, ni los ataques a espacios sagrados”, además de considerar que esto no contribuirá a defender la justicia social, racial o económica”.

“Creemos que, si bien es legítimo manifestarse y pedir cambios sociales, el odio desenfrenado contra grupos religiosos genera violencia y destrucción y debe ser condenado abiertamente a nivel mundial como se ha hecho en el pasado con otros delitos similares. Además, pedimos al gobierno chileno que garantice la protección de los edificios religiosos contra delitos de odio de este tipo”, prosigue.

“Expresamos nuestra cercanía y apoyo al párroco de la Iglesia de la Asunción, Pedro Narbona, quien desde hace muchos años apoya directamente la labor de la sección chilena de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), a favor de los cristianos perseguidos. Estamos consternados que tenga que sufrir en primera persona un nivel de violencia contra la Iglesia que hasta ahora solo conocíamos de otras partes del mundo”, afirma.

“La fundación ACN reitera su apoyo a todos los cristianos de Chile, cuyos templos y edificios se han visto sistemáticamente amenazados por grupos violentos. Desde octubre de 2019 más de 57 han sido atacados o quemados en este país”, concluye.




 

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