El
arzobispo emérito de Caracas considera que la pandemia ha favorecido al
gobierno de Maduro, “pues le ha dado la oportunidad de intensificar el control
social y político”
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 27 de abril 2020
El cardenal
Jorge Urosa Savino no se ha andado con rodeos en una entrevista que este 26 de abril respondió desde su despacho de arzobispo emérito de Caracas, donde vive
la cuarentena social, en prevención de la pandemia del Covid-19. El
cuestionario lo ha respondido vía correo electrónico en el interés de ser
difundido a los medios informativos.
Con la claridad
que le caracteriza, dijo que la
situación en Venezuela es terrible. “El momento es muy grave y delicado”,
fue su segunda y categórica expresión. Piensa que la intervención de varias empresas
de alimentos por parte del gobierno de Nicolás Maduro “es un gravísimo error que probablemente
incidirá en mayor escasez” para la población.
Aunque reconoció
como positiva la decisión del Ejecutivo al imponer a tiempo la cuarentena, considera
que “la
pandemia ha favorecido al gobierno, pues le ha dado la oportunidad de intensificar
el control social y político”. Lamentó que “las actividades de los líderes de
la oposición se han reducido al mínimo, y la cuarentena impide cualquier
actividad de carácter social o político que simplemente cuestione al
actual gobierno”, dijo en la entrevista que se publica a continuación.
“Venezuela: terrible situación nacional
y, además, peste”
Agradecido Cardenal Urosa. En
este tiempo de peste ¿cómo ve la cuarentena establecida por el gobierno para
contener y controlar la pandemia del COVID -19?
C. U.-
La respuesta a esa pregunta tiene dos partes: En primer lugar hay que decir que
el gobierno acertó al imponer a tiempo la cuarentena. Otros países no lo
hicieron, y ello ha sido negativo. El aislamiento ha sido positivo, pues, a
Dios gracias, ha debilitado la cadena de contagio. A esto hay que añadir que
desde hace algún tiempo, el número de viajeros en Venezuela, - nacionales o
extranjeros- ha disminuido mucho. Todo eso, y otras medidas del gobierno desde
el punto de vista sanitario han contribuido a que se contenga la transmisión de
esa terrible peste.
Pero
por otra parte, la cuarentena ha perjudicado a muchísima gente, porque no se han
tenido en cuenta las condiciones económicas, sociales y de logística del país.
Por ejemplo, el gravísimo problema de escasez de gasolina, para el transporte
sobre todo de alimentos, es gravísimo. Y el problema del sustento de las
personas que viven en la economía informal, que sobreviven ahora a duras penas,
y gracias a ayudas de familiares, de organismos sociales, y de la Iglesia. Y el
problema del abastecimiento de comida y artículos de primera necesidad es cada
vez más grave.
¿Cómo ve, entonces la realidad
nacional hoy?
C. U.-
Es terrible. El momento es muy grave y delicado. Porque a los problemas que ya
he indicado, se añade la crisis política que vive el país, con un gobierno
cuestionado profundamente tanto internamente, por un altísimo porcentaje del
pueblo venezolano, como internacionalmente. Y el actual gobierno no tiene
respuestas para cosas tan elementales como el gravísimo problema de escasez de
gasolina, la galopante inflación, el alza incontenible del dólar con respecto
al bolívar, que en estos 40 días ha más que duplicado su valor, y es sin duda la
causa fundamental del disparo de los precios. Estamos, pues, muy mal porque
este gobierno simplemente no puede resolver esos problemas. Para colmo, y para completar
el panorama negativo, la reciente intervención de empresas de alimentos es un
gravísimo error, pues probablemente incidirá en mayor escasez. Fiscalizar
precios es aceptable, pero intervenir empresas eficientes no. El gobierno no
puede con la gasolina. PDVSA está por el suelo. ¡Y ahora se pone en peligro la
comida de los venezolanos!
Cardenal Urosa, ¿y la situación
política actual?
C. U.-
Ya era muy difícil en febrero. Y a partir de marzo ha empeorado, pues en medio
de la cuarentena el gobierno ha agudizado la represión. En estas semanas el
gobierno ha encarcelado, incluso sin el debido proceso, a muchos activistas políticos,
especialmente del entorno del Diputado Juan Guaidó, Presidente de la Asamblea
Nacional, actual líder de la oposición venezolana. Los obispos siempre hemos
criticado fuertemente la represión política del gobierno y yo, de nuevo, pido
la liberación de todos los presos políticos. Estos, incluso, están ahora en
mayor peligro físico, por la situación
de pandemia que estamos viviendo.
Pero
además, en estas semanas se han vuelto a dar las amenazas de violencia del
gobierno contra los venezolanos. El mismo Maduro ha hablado de una supuesta
furia revolucionaria, como amenaza a los venezolanos opositores en caso de
problemas internacionales. Eso es ilegal, inconstitucional e inaceptable desde
todo punto de vista. Esa amenaza de violencia es intolerable.
¿Es la cuarentena un instrumento
del gobierno para el control social y político del país?
C. U.-
Muchos piensan que la pandemia ha favorecido al gobierno, pues le ha dado la
oportunidad de intensificar el control social y político. Las actividades de
los líderes de la oposición se han reducido al mínimo, y la cuarentena impide
cualquier actividad de carácter social o político que simplemente cuestione al
actual gobierno. De manera que el gobierno se ha fortalecido, no en la
aceptación de la gente, sino en cuanto a su control social y político. Un
ejemplo concreto es el bloqueo del acceso a Caracas desde el interior. ¿Por qué
coartar el derecho al libre tránsito?
¿Qué está haciendo la iglesia en
esta situación?
C. U.-
En medio de la cuarentena seguimos trabajando por el pueblo en todo el país,
desde nuestras instalaciones parroquiales, sobre todo en Semana Santa, y los
domingos. Hay una gran actividad de comunicación por redes sociales, por radio
TV, y por internet.
Cáritas
de Venezuela y las Cáritas parroquiales siguen trabajando por los más
necesitados. Y los obispos y sacerdotes se las han ingeniado, con gran
inventiva, para llevar el mensaje de la fe a los fieles. Especialmente a través
de las redes sociales, pero también con los recorridos de imágenes religiosas
por las calles de nuestras parroquias en las diversas ciudades y pueblos del
país. Aquí en Caracas se ha hecho en muchísimas parroquias.
Y
fue muy exitoso el recorrido de la venerable imagen del Nazareno de San Pablo
encabezado por el Cardenal Baltazar Porras el Miércoles Santo por toda la
ciudad. Fue un gran estímulo a la fe del pueblo caraqueño a través de 9 horas y
media de recorrido. Y nuestro mensaje es de aliento, de confianza en Dios, de
solidaridad, de esperanza en esta hora oscura.
¿Hay algún rayo de esperanza en
esta hora sombría?
C. U.-
Claro que sí. Recordemos dos dichos populares: “tras de un monte viene un
llano”; y: “llueve y escampa”. Pero sobre todo, nosotros los católicos, los
cristianos, tenemos una fe inconmovible en Dios,
que es amor. Él nos mostró su amor en Cristo, nuestro hermano, Dios y
hombre verdadero. El Nazareno cargado con la cruz y asesinado en el Calvario
dio su vida por nosotros, por nuestra salvación, para que tengamos vida eterna.
Y Él resucitó. Y nos ha mostrado el rostro misericordioso de Dios. ¡Por eso
tenemos esperanza! Saldremos de esta, y el sufrimiento que experimentamos nos
une más con Dios y nos abre las puertas del cielo.
Además,
cada uno de nosotros debe ser motivo de esperanza. Mostremos también solidaridad
y apoyo total a los que más sufren, a los que están enfermos, a los que han
perdido algún ser querido, a los más pobres, al abnegado personal de la salud.
Seamos rostro de Dios para los necesitados. Dios es amor y está con nosotros.
Unámonos a Él y a la Santísima Virgen María, madre de misericordia, en esta
hora de dolor. Amén.
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