El padre Teodoro Sosa cumple un “retiro espiritual” a la vista de los parroquianos,
que desde los balcones de sus residencias, le acompañan pidiendo a Dios alejar
del mundo y de Venezuela la pandemia del coronavirus, publica el portal Aleteia Español
Mar 26, 2020
“Aquí he estado realizando una adoración especial al
Señor, la cual será hasta que Dios lo quiera. Saldré todas las mañanas a
exponer el Santísimo a la vista de mis vecinos para que ellos también sientan
la cercanía de Jesús que no nos abandona. Estamos en un momento para fortalecer
las familias o iglesias domésticas en medio de esta pandemia que sufre
Venezuela y el mundo”.
Eran las palabras del padre Teodoro Sosa, quien
permitió una breve conversación con Aleteia, en medio del “retiro espiritual”
que realiza desde el 19 de marzo, en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús en
Guarenas, Venezuela. Sobran las expresiones para describir la experiencia que este
sacerdote está viviendo a la vista de sus feligreses que desde los balcones de
la comunidad le siguen diariamente.
Teodoro coloca desde muy temprano el Santísimo en un
altar fuera del templo para clamar a Dios la fortaleza espiritual de quienes le
escuchan a través de los parlantes y así afrontar sin miedo, con fe y esperanza,
la pandemia que azota al mundo y de la que no ha escapado el país suramericano.
De hecho, este 24 de marzo, las cifras
oficiales revelaron que ya 91 venezolanos estaban infectados por el Coravid-19:
47 hombres y 44 mujeres. Hasta ahora sin fallecimientos. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de otras
naciones como Italia y España, donde las cifras de fallecidos suben diariamente
sin alcanzar los anhelados picos para su descenso.
Por eso la iglesia en
Venezuela está muy activa desde que se decretó la “cuarentena social” y hace lo
que sabe hacer: orar ante Dios y llevar fe, esperanza y caridad a la población.
Justamente el padre Teodoro inició estas actividades el 19 de marzo, fiesta de
San José, momento escogido por la conferencia episcopal para realizar una
jornada de oración por Venezuela.
Ése día Teodoro presidió una misa en la mañana, pero
la jornada se alargó hasta las diez de la noche. Era el inicio de un itinerario
de oración al que muchos vecinos sorprendidos comenzaron a seguir desde los
balcones.
“Se trata de motivar a la gente para disponerlos a
cumplir la norma de quedarnos en casa; eso sí, como familia”, indicó Teodoro a
Aleteia. “En los hogares también existe la posibilidad encontrarnos con Dios en
la oración y en la lectura de su Palabra; enfrentar con éxito la pandemia y fortalecer
los lazos familiares”.
El viernes 20 de marzo, comenzó la segunda jornada del
“retiro espiritual” llamando nuevamente la atención de los vecinos. Esta vez
colocó la imagen del Nazareno que desde entonces es parte de su “oración
permanente” en esta acción pastoral. Algunos vecinos y transeúntes, especialmente
en horas de la mañana -cuando salen a comprar comida-, se detienen frente al
templo para acompañarlo brevemente. El sacerdote los saluda y bendice, luego siguen
el camino.
La jornada de oración
del padre Teodoro
Es un retiro sencillo pero de intensa oración que lo
cumple al pie de la letra. En la mañana entroniza al Santísimo Sacramento que
permanece durante toda la jornada en la que reza y deja escuchar mucha
religiosa sin mayor estridencia. A las doce del mediodía realiza el Rezo del
Ángelus, ocasión que aprovecha para hablar de algunos temas vinculados a la
comunidad como la relación familiar, la educación de los hijos, la importancia
del trabajo, ente otros.
A las tres de la tarde corresponde el rezo de la Coronilla
de la Divina Misericordia. Posteriormente viene el Santo Rosario, cuyos
misterios va exponiendo precedidos de peticiones de salud para todos. A las 5
de la tarde corresponde la misa, ocasión en la que predica de acuerdo al tema
del evangelio del día. Hacia las 10 de la noche realiza las oraciones al
Santísimo, entre éstas la Consagración de Venezuela a Jesús Sacramentado- y al finalizar
lo eleva para bendecir a los vecinos hasta el día siguiente. “¡Buenas
noches, Dios los bendiga!”, les dice.
Entre los destinatarios preferidos de sus peticiones están
los ancianos y niños vulnerables, los enfermos no solo del coronavirus, los
médicos y demás personal sanitario a los que les corresponden dar la cara ante
la mortal pandemia. También pide sabiduría a los gobiernos para enfrentar esta
dura situación, y reza por los sacerdotes que han muerto a consecuencia del
Coravid-19.
Durante el segundo día de su “retiro”, Teodoro
permitió “una transmisión en vivo”, a través de Facebook y grabar videos
con sus oraciones y mensajes. Tiene fe en que la pandemia se podrá derrotar
como han sido derrotadas otras pestes que han atacado a la humanidad a lo largo
de la historia. Pero quiere seguir contando con la compañía de los feligreses
desde sus hogares, “porque cada vecino forma parte de una iglesia doméstica en la que
Cristo reina”, repite.
La experiencia del padre Teodoro Sosa es una de las muchas
iniciativas de los sacerdotes en estos días de “templos vacíos” en Venezuela y
el mundo. Ver a este sacerdote desde el balcón de uno de estos edificios provoca
bajar y acompañarlo o decirle que él tampoco está solo. Su palabra sencilla y muy
sabia, adelanta un mensaje: “Tengamos paciencia que vamos a salir de esto
para volver a encontrarnos como hijos de Dios, hermanos y ciudadanos”.
EL PADRE Teodoro Sosa CONTINÚA ORANDO POR VENEZUELA y EL MUNDO ENTERO, PIDIENDO PROTECCIÓN CONTRA EL...
Publicada por Ramón Antonio Pérez en Sábado, 21 de marzo de 2020
Oración de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento:
“Soberano Señor del Universo y Redentor del mundo, clementísimo Jesús, que por un prodigio inenarrable de tu caridad te has quedado con nosotros en este sacramento hasta el fin de los siglos; aquí venimos a tus pies a proclamarte solemnemente y a la faz del cielo y de la tierra, nuestro único rey y dominador santísimo. A quien consagramos todos nuestros afectos y servicios y a quien ponemos todas nuestras esperanzas.
Tú eres nuestro Dios, y no tendremos otro alguno delante de ti, en tus manos ponemos nuestra suerte y con ella los destinos de nuestra patria. Muchos te hemos ofendido, y como el hijo pródigo hemos disipado en los desórdenes tu herencia, perdónanos que ya volvemos con espíritu contrito a tu casa y a tus brazos. Recíbenos, salvador nuestro, y concédenos que venga a nosotros tu reino eucarístico.
Levanta bien alto tu trono en nuestra República, a fin de que en ella te veas glorificado por singular manera y sea honra nuestra, de distinción inapreciable, el llamarnos la República del Santísimo Sacramento.
Te entregamos cuanto somos y cuanto tenemos cubre nuestra ofrenda con tú mirada paternal y hazla aceptable y valiosa en tú divina presencia.
Otra vez te pedimos nos recibas, que no nos deseches, y que este acto de nuestro amor y de nuestra gratitud sea repetido, cada vez con mayor fervor, de generación en generación, mientras Venezuela exista, para que jamás la apartes de tú Sagrado Corazón. Que así sea para nuestra vida del tiempo y después. Por los siglos de los siglos. Amén”.
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