El arzobispo emérito de Caracas exige a las autoridades “velar por que no se presente una hambruna y posible revuelta
social, con saqueos y gravísima violencia”. Por otra parte, llama a rezar el Padrenuestro convocado por el papa Francisco para el 25 de marzo
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 23 de marzo 2020
“Esta
inevitable cuarentena de aislamiento social comunitario, nos obliga a estar
atentos ante las posibles situaciones de grave peligro social para nuestra
Venezuela”, alerta el cardenal Jorge Urosa Savino, en un mensaje que
difundió este 23 de marzo, recordando que la pandemia del coronavirus ha sumido al
mundo “en una verdadera tragedia”.
El arzobispo
emérito de Caracas mostró preocupación ante “la escasez de dinero para quienes
trabajan a destajo, que no cobran sueldo”; “la posible situación de
desabastecimiento total de comida y medicinas, debido a la maltrecha situación
del campo venezolano”; y “la escasez de gasolina, indispensable para el
trasporte de alimentos del campo a las ciudades”.
“Todo ello configura una
gravísima situación de peligro”, asegura.
Jorge Urosa
Savino quien fue creado cardenal el 24 de marzo de 2006 por Benedicto XVI, considera
que esta pandemia pudiera generar otros peligros y efectos colaterales en
Venezuela. “Toca a las autoridades nacionales y locales resolver esos problemas
y velar
por que no se presente una hambruna y una posible revuelta social, con saqueos
y gravísima violencia”. Por tanto, los llama a “evitar excesos o situaciones de
violencia como algunos asesinatos ocurridos recientemente”.
Expresa que este
coronavirus “es una verdadera calamidad y una peste peligrosa” a la que compara
con la “Gripe española” del año 1918, y “las
trágicas guerras de la humanidad través de la historia, especialmente de la
segunda guerra mundial”.
Sin embargo, el Purpurado mantiene la esperanza de que,
“como esas calamidades, esta también pasará”. “Con fortaleza y esperanza
afrontemos ahora esta plaga que esperamos sea contenida y pase pronto!
¡Tengamos esperanza! ¡Dios nos ama y está con nosotros!”, indica Urosa.
Participar en el llamado del Papa el 25 de marzo
Urosa hizo un llamado
a “unirnos con el resto de la Iglesia en
oración como nos pide el Papa Francisco, este próximo 25 de marzo, a mediodía,
rezando todos el Padre nuestro. Podríamos incluso prolongarlo con el Santo
Rosario. Además, debemos interiorizar nuestra identificación con Cristo
Nazareno, doloroso, que ofreció sus tribulaciones, su pasión y muerte por
nuestra salvación”.
“Aunque no
podamos participar en la Misa como sería nuestro deseo, podemos hacerlo a
través de las transmisiones que se están realizando diariamente tanto por
televisión, como por las redes sociales”, como se ha realizado en los últimos
días en Venezuela y el mundo.
Valoró la creatividad
de la iglesia católica recordando a muchos sacerdotes que sacaron en procesión
algunas imágenes e inclusive el Santísimo Sacramento para rezar contra esta
peste. “Ha habido una gran creatividad pastoral y religiosa, que los fieles
católicos han recibido con gozo. Además, debemos aprovechar el tiempo para leer
la Palabra de Dios en familia, para meditar más largamente las verdades de
nuestra fe”, acotó.
A
continuación se anexa el mensaje del cardenal Urosa:
UNIDOS A CRISTO EN SU PASIÓN Y RESURRECCIÓN
Cardenal
Jorge Urosa Savino, Arzobispo Emérito de Caracas
Estamos
ya en la segunda parte de la cuaresma, muy cerca de la Semana Santa, en la que
conmemoraremos litúrgicamente la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor
Jesucristo. Para nosotros los cristianos y católicos estas semanas son muy
importantes, pues tenemos la ocasión de acercarnos más a Jesús, quien es el camino, la verdad y la vida, la luz del mundo, y nos enseña el camino
hacia la plena felicidad. Y este no es otro que el seguido por él, de su
pasión, muerte y resurrección.
UNIDOS
A CRISTO, TENGAMOS ESPERANZA
Esta
cuaresma del año 2020 es única. El mundo entero se encuentra sumido en una
verdadera tragedia por le pandemia del coronavirus. Y por lo tanto se nos hace
más necesaria la unión con Jesús, que sufre y muere por la humanidad, para luego
resucitar y darnos vida y vida abundante y eterna. San Pablo así nos lo enseña
cuando en su carta a los Colosenses y en relación a la unión con Jesús nos
dice: “Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo” (Col
1,24).
Estas
palabras de San Pablo nos hacen ver que el sufrimiento nos une, nos identifica
con Cristo redentor, que se ofreció a la muerte, una muerte ignominiosa, por
nuestra salvación. Y la Semana Santa, que festeja la resurrección de Cristo,
nos enseña que la muerte, el dolor, el sufrimiento, unidos a Cristo, serán
transformados en la gloria de la resurrección.
Ahora
bien: Este coronavirus es una verdadera calamidad y una peste peligrosa,
semejante a la “Gripe española” del año 1918, a las trágicas guerras de la
humanidad través de la historia, especialmente de la segunda guerra mundial.
Como esas calamidades, esta también pasará. Con fortaleza y esperanza
afrontemos ahora esta plaga que esperamos sea contenida y pase pronto!
¡Tengamos esperanza! ¡Dios nos ama y está con nosotros!
LA
CUARENTENA: UNIRNOS MÁS A DIOS Y SER SOLIDARIOS
Y
afrontamos esta pandemia acogiendo y cumpliendo las medidas de los expertos de
la Organización Mundial de la Salud, y las indicaciones de las autoridades en
Venezuela. Esperamos que el impacto entre nosotros no sea muy grave, y así lo
pedimos a Dios. Nos recuperaremos, como después de las guerras, ha dicho el
Papa Francisco!
Para
quienes creemos en Dios, Padre misericordioso, esta situación y la necesaria
cuarentena, debe llevarnos, -desde el punto de vista real, cristiano,
religioso-, a intensificar nuestra fe y nuestro amor a Dios, a unirnos con el
resto de la Iglesia en oración como nos pide el Papa Francisco, este próximo 25
de marzo, a mediodía, rezando todos el Padre nuestro. Podríamos incluso
prolongarlo con el Santo Rosario. Además, debemos interiorizar nuestra
identificación con Cristo Nazareno, doloroso, que ofreció sus tribulaciones, su
pasión y muerte por nuestra salvación.
Aunque
no podamos participar en la Misa como sería nuestro deseo, podemos hacerlo a
través de las transmisiones que se están realizando diariamente tanto por
televisión, como por las redes sociales. Así se hizo en Caracas ese domingo
pasado, por feliz iniciativa del Cardenal Baltazar Porras, Administrador
Apostólico de nuestra Arquidiócesis. Y muchos sacerdotes también sacaron en
silenciosa y solitaria procesión algunas imágenes e, inclusive algunos, el
Santísimo Sacramento, para la adoración personal de los feligreses de sus
parroquias. Ha habido una gran creatividad pastoral y religiosa, que los fieles
católicos han recibido con gozo. Además, debemos aprovechar el tiempo para leer
la Palabra de Dios en familia, para meditar más largamente las verdades de
nuestra fe.
Pero
también, algo muy importante: debemos practicar la solidaridad con muchos
hermanos nuestros menesterosos y necesitados: los indigentes, niños de la
calle, personas que viven día a día en la economía informal, o vecinos menos
favorecidos que nosotros. Ya lo están haciendo nuestras organizaciones católicas
de caridad, y muchas parroquias que continúan con la olla solidaria. ¡Seamos
nosotros generosos con los más pobres!
PELIGROS
Y EFECTOS COLATERALES DE LA CUARENTENA
Por
otra parte, esta inevitable cuarentena de
aislamiento social comunitario, nos obliga a estar atentos ante las posibles
situaciones de grave peligro social para nuestra Venezuela. Especialmente
la escasez de dinero para quienes trabajan a destajo, que no cobran sueldo; la
posible situación de desabastecimiento total de comida y medicinas, debido a la
maltrecha situación del campo venezolano; el problema de la escasez de
gasolina, indispensable para el trasporte de alimentos del campo a las
ciudades, todo ello configura una gravísima situación de peligro.
Toca
a las autoridades nacionales y locales resolver esos problemas y velar por que
no se presente una hambruna y una posible revuelta social, con saqueos y
gravísima violencia. Y deben evitar excesos o situaciones de violencia como
algunos asesinatos ocurridos recientemente.
Por
nuestra parte, en medio de esta cuarentena debemos estar atentos a defender
nuestros derechos y los derechos de los demás.
¡INVOQUEMOS
CONFIADAMENTE LA MISERICORDIA DE DIOS, Y LA INTERCESIÓN AMOROSA DE NUESTRA
PATRONA, LA VIRGEN DE COROMOTO!
Caracas,
23 de marzo de 2020
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