Sucedió
en la parroquia La Asunción en Santiago y los manifestantes lo saquearon,
usaron bancas y otras imágenes religiosas como barricadas. Horas antes, el
administrador apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, había pedido una
nueva Constitución para Chile
Nov 09, 2019
Chile ha vivido en las últimas horas una nueva jornada de furia y protestas que han derivado una vez más en una grave agresión a un templo católico.
Esta vez, el lugar elegido para la agresión –a pocas cuadras de una nueva manifestación pacífica en Plaza Italia- ha sido la parroquia La Asunción ubicada en el centro de Santiago.
Fotografías y vídeos en redes sociales mostraban como jóvenes encapuchados, vestidos en su mayoría de negro, arrastraban las bancas de la iglesia y las amontonaban para prenderles fuego e interrumpir el tránsito, la misma suerte corrió el confesionario y las imágenes que fueron destruidas en la calle. El interior del templo quedó absolutamente vacío y se podían leer en sus paredes rayados tales como “fuego a la iglesia”.
Ver imágenes aquí:
Los primero días de las manifestaciones la Catedral de Valparaíso había sido vandalizada, pero fueron las personas que trabajan en el templo, vecinos y carabineros quienes pudieron detener los destrozos. En la parroquia de la Asunción fue imposible por el nivel de violencia, miedo de los vecinos y la falta de carabinero.
Este suceso ha sido el más grave, en estos 24 días de protestas, sufrido en un templo católico.
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Una nueva Constitución para Chile
El 8 de noviembre es el inicio del Mes de María en Chile, un país profundamente mariano, y no es casualidad que haya salido publicada la entrevista de Monseñor Celestino Aós, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Santiago, sobre la situación que vive el país en medio de esta crisis social.
Es por esto que la entrevista dada por monseñor Aós, un día antes de lo acontecido en la iglesia de la Asunción, al periódico Encuentro, perteneciente al arquidiócesis, habla directamente de una nueva Constitución para Chile; y que el Gobierno se ha abierto a discutir una nueva carta recién en la última semana. Porque la actual carta magna quedó estrecha para las demandas sociales; y porque es vital escuchar a todos y encauzar todas las necesidades.
“Si no se hacen cambios profundos, estaremos hablando de maquillaje y volveremos a repetir la misma historia y el estallido va a ser igual de fuerte o mayor. La sociedad y los que están sufriendo están muy alertas, y no van a tolerar algo que no se sostiene. Por tanto, creo que tiene que haber cambios profundos, pero los cambios profundos no son sólo en las estructuras, sino que también en las personas. Es indudable que hay que cambiar la Constitución y ciertas estructuras, pero también es indudable que tenemos que cambiar a la persona que está dispuesta a ir a quemar un bien público o a insultar al otro”, dice el administrador apostólico.
Para Aós es fundamental “ponernos de acuerdo sobre qué queremos decir con un nuevo Pacto Social, porque, en definitiva, no es un encuentro para imponernos hegemónicamente los unos por sobre los otros, sino para escucharnos, para discernir juntos y llegar a puntos de consenso. Cuando hablamos de un Pacto Social indudablemente que es un compromiso que está sobre la base del respeto a los derechos y deberes fundamentales”.
San Juan Pablo II en su visita a Chile en 1987 ya había dicho que los pobres no pueden esperar. Y Aós retoma esa línea en la entrevista y se refiere a que “la situación social de desmedro en que estaban muchos ciudadanos que carecen de lo básico”.
“La tragedia, no sólo de Chile, sino que del mundo, es que mientras una parte de la humanidad despilfarra recursos, como comida, agua y otros bienes, hay otros hermanos y hermanas que se mueren de hambre. Si queremos avanzar hacia una sociedad nueva, no va a ser descartando -como dice el Papa Francisco- a los más desvalidos”, agrega.
Para el administrador apostólico de Santiago el rol de la Iglesia hoy es muy claro. Por un lado, rezar por Chile y por los chilenos, por los que están sufriendo más, por aquellos que van por el camino de la violencia, para que cambien, por aquellos que están desconcertados.
Y además invita:“Si vamos a hacer este Pacto Social, tenemos que hacer lo que podamos en nuestras iglesias. Tenemos infraestructura, locales, salones de catequesis o parroquiales y a veces la gente de la población no tiene otro lugar donde reunirse”.
“Abramos nuestras iglesias, convoquémoslos a que dialoguen, a que expresen sus sentimientos. Hay gente que está muy tensa, con miedo o quizá con rabia. Yo sé, porque he tenido el testimonio de varios sacerdotes que lo han hecho, y ha sido muy enriquecedor ver que los jóvenes hayan participado duro. Quizá ir a visitar a esas personas. Cuando uno tiene amor, el Espíritu Santo va mostrando cosas que se pueden hacer”.
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Nota de redacción: A pocas horas de lo acontecido en la parroquia La Asunción ya había varios voluntarios que se habían acercado al lugar para limpiar y expresar sus sentimientos con respecto a lo ocurrido:
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