“El Papa reza por la paz y la libertad de Venezuela”, dice la Madre Pilar Yragorri


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Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de JesúsPapa Francisco recibe de la Hna Pilar Yragorri libro sobre la la Madre Ysabel Lagrange, una religiosa venezolana rumbo a los altares

El mismo día de la liberación de Leopoldo López, el 30 de abril, el Papa Francisco recibió a la vice postuladora de la causa de beatificación de la Madre Ysabel Lagrange, y le reveló que le pedía a Dios por Venezuela

May 03, 2019
El 30 de abril de este año será una fecha para recordar en Venezuela. Mientras Caracas amanecía en un ambiente de guerra; en El Vaticano, la hermana María Del Pilar Yragorri, de las Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús, asistía a una eucaristía privada con el Papa Francisco en la Capilla de Santa Marta. Gracias a una concesión especial de la Santa Sede, saludó al Santo Padre y le entregó los libros editados y dos cartas vinculadas a la causa de beatificación de la Madre Ysabel Lagrange, otra religiosa venezolana que se encamina rumbo a los altares.
El Santo Padre me manifestó que reza mucho por la situación de Venezuela y pide al Señor que se logre la paz y libertad que necesitamos”, escribiría más tarde la religiosa en la página que su Congregación mantiene en Facebook.

No era para menos. En esas horas del amanecer venezolano, el país necesitaba mucha oración para que los hechos de violencia no se impusieran, y se redujeran la incertidumbre y los vientos de guerra.
La Hermana Pilar ampliaba parte de su encuentro y conversación con el Papa Francisco, y hasta dijo que lo abrazó: “Para despedirme, yo le pregunté que si me podía despedir de él al estilo venezolano, cuando queremos a alguien”. Comentó que “él se echó a reír y me dijo que sí, y yo le dije: “con un fuerte abrazo, Santo Padre”, “y nos lo dimos”.

La franciscana del sagrado corazón de Jesús pidió rezar por el Papa: “puede querer que muchas cosas mejoren, pero no todo lo puede resolver”, dijo acerca de las muchas responsabilidades que lleva el Pontífice. Pidió también rezar, “por el Proceso de Beatificación de Nuestra Madre Ysabel, para que podamos, la doctora Silvia Correale (Postuladora en Roma) y yo, avanzar en el trabajo del informe de virtudes y el proceso del presunto milagro. Dios les bendiga”, concluía en su mensaje.
María del Pilar Yragorri, había viajado a Roma en febrero pasado, para continuar con la sustanciación del “presunto milagro” que elevaría a los altares a la Madre Lagrange. Esta vez, el propio Francisco le brindó el honor de recibir algunos de estos documentos.

¿Miedo y desesperanza en Venezuela?

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Un día antes de este encuentro, la Hermana Jasmín Ríos, sub directora del Colegio San Antonio, de Caracas, en conversación con Aleteia, indicó que en esta congregación “le oran a su fundadora por la libertad, paz y reconciliación de Venezuela”. La religiosa se lamentó: “el país vive actualmente en un ambiente de desasosiego, intranquilidad, miedo y desesperanza que no ayudan en nada a la existencia del ciudadano de a pie, porque no sabe qué hacer para superar esta situación, y seguir adelante”.
Justamente, el lunes 29 de abril se cumplieron 86 años de la desaparición física de la Madre Isabel Lagrange Escobar, ocurrida en 1933 en Caracas. Ella fundó la Congregación de las Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús. Desde su juventud y hasta su muerte se encargó de proteger y cuidar a la infancia abandonada.
En los estados Apure, Mérida, Trujillo y Bolívar, aún sobresale la obra de caridad, de amor y entrega hacia el prójimo sufriente que dedicó la religiosa venezolana en su paso por la tierra. Actualmente la Congregación para la Causa de los Santos, en el Vaticano está dedicada a analizar cuidadosamente los testimonios de las personas que dan fe de la curación de dolencias y enfermedades al invocar su nombre.
La Hermana Jasmín Ríos, informó que en las Casas Hogar que funcionan en el interior del país atienden entre unos 25 a 30 jóvenes, e igual número de personas de la tercera edad están alojados en el asilo de ancianos San Vicente de Paúl, en Ciudad Bolívar.

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Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús

No ocultó las dificultades económicas que enfrenta la congregación para no desmayar en la atención de los sectores de bajos recursos, ante la grave crisis que afecta a los venezolanos; sin embargo, agradeció profundamente a las personas de gran corazón que cooperan diariamente para dar abrigo y comida a los más necesitados del país.

La Madre Lagrange realizó un gran trabajo por los necesitados

En el Colegio San Antonio, en pleno centro de Caracas, se encuentra una Casa Hogar que inauguró la religiosa para la creación de su obra social a favor de las niñas abandonadas. En uno de sus salones se encuentra el dormitorio de la Madre Lagrange. Aleteia pudo entrar aunque sin el permiso para las gráficas. Su mesa de noche, escritorio y la mueblería que utilizaba la Sierva de Dios están en perfectas condiciones.

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Madre Ysabel Lagrange, una religiosa venezolana en ruta a la beatificación

En otro espacio yacen sus restos mortales y los del sacerdote caraqueño Calixto González Rodil, quien la apoyó para la creación de la Congregación, el 4 de octubre de 1890, Día de San Francisco de Asís. Comentó que para la época de la fundación también cooperaron en esta misión evangelizadora las señoritas de la “alta sociedad caraqueña”, nombrando a Adela Álvarez Chapellin y Vicenta Ponce, entre otras.
La Madre Ysabel heredó de sus padres Juan Bautista Lagrange y Doña Rita Escobar la piedad, la generosidad, la solidaridad, el compartir con los más necesitados, el orden, la responsabilidad por el trabajo, el respeto por la vida. “Estos valores la motivaron desde muy joven a ayudar al prójimo, especialmente a los niños abandonados”, dijo Ríos.
De acuerdo con los datos recabados en su biografía, la Madre Ysabel Lagrange fundó otras instituciones: Asilo San Antonio, en Valencia, en 1896, cuando tenía 41 años de edad; Colegio Nuestra Señora de la Guadalupe, en 1909, en Caracas; Hospital Pérez de León, en Petare, estado Miranda, en 1910; Hospital San Fernando, en el estado Apure, en 1912; la Casa de la Misericordia, en Mérida, en 1915; y el Asilo San Vicente de Paúl, en Ciudad Bolívar, en 1927.
La Madre Ysabel colaboró con la fundación de otras congregaciones religiosas como las Hermanas de los Pobres y las Siervas del Santísimo; San José de Tarbes, Caridad de Santa Ana, Terciarias Capuchinas, Nuestra Señora de La Consolación, Monjes Benedictinos, Hijos de María Inmaculada, Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle). Apoyó y asistió a seminaristas y sacerdotes enfermos y necesitados.
Durante 39 años estuvo al frente en la dirección como superiora general de la Congregación Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús (1890-1929), y por instrucciones de la Santa Sede debe convocar a Capítulo General para la elección de un nuevo gobierno, y es sustituida por su hermana de sangre Madre San José (Ana Teresa), la última de los Lagrange. 
La Madre Ysabel Lagrange Escobar dejó de existir a los 78 años de edad, luego de padecer varias enfermedades, entre ellas arterioesclerosis, artrosis, flebitis y obesidad endocrina.

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